Cecilia Bohl de Faber (Fernán Caballero)
Cuentos, oraciones, adivinanzas y refranes
Descripción
LOS CABALLEROS DEL PEZ:
En este relato de encantamiento, hallamos varios elementos maravillosos pero un solo personaje mágico, en este caso femenino, al que en el propio cuento se cataloga como hechicera y también bruja.
Todo comienza cuando un pobre zapatero remendón decide dedicarse a la pesca para poder llevar una vida más digna. Cuál es su sorpresa cuando pesca un pez de San Pedro que le habla y le da pautas para que lo cocine y para obtener beneficios si dos pedazos los da a comer a su mujer, dos a su yegua, dos a su perra y dos los planta en el jardín. A causa de la ingesta de este pescado, la esposa del zapatero tendrá dos hijos, la yegua, dos potros; la perra, dos cachorros; y en el jardín crecerán dos lanzas con sus escudos.
Cuando los hijos de este buen hombre crecen, se convierten en dos extraordinarios y valerosos caballeros, que parten de casa de su padre sobre dos corceles, seguidos de dos sabuesos y armados con sus lanzas y escudos. Tanto se parecen los hermanos que finalmente los llaman "El caballero doble", pero como ellos desean conservar su individualidad, se separan, y uno de ellos va a parar a Madrid; lugar en el que encuentra a todos los habitantes aquejados de una gran tristeza, puesto que la princesa está a punto de ser víctima de un dragón, hijo de una malvada vieja, que todos los años acude a la ciudad para llevarse a una bella joven, y ahora le ha tocado en suerte a la hija del rey.
El cabellero no está dispuesto a permitir que la princesa perezca, así que va a verla y le expone su plan. La muchacha acepta su ayuda y cuando la bestia aparece, en lugar de topar con la doncella, lo hace con un espejo que ha sido cuidadosamente colocado, de modo que el dragón cree que se está enfrentando a un enemigo, aunque solamente se está viendo a sí mismo. Mientras el monstruo se halla ofuscado ante esta visión, el valeroso joven encuentra la ocasión para atravesarlo con su espada. Así termina el horror que se repetía cada año y Madrid podrá encontrar la paz.
El héroe recibe a la princesa como esposa, como no podría ser de otro modo, pero no termina ahí la historia. El príncipe descubre que en los alrededores se encuentra el castillo de Albatroz, que está encantado, y no puede resistir el impulso de acercarse hasta allí. Lo recibe un extraño eco que parece responder a sus preguntas e instarle a que abandone su empresa, pero él no se amilana y pronto la dueña del castillo le abre la puerta. Su fealdad no se puede describir y el lector no duda de que se trata de una bruja (que resulta, además, ser la madre del fallecido dragón), doña Berberisca, de la que el nombre basta para señalar su heterodoxia. La anciana recibe al huésped y le pide que se case con ella, a lo cual es muchacho se niega, respondiendo de manera hiriente. La vieja lo conduce entonces por los pasadizos más oscuros de tal fortaleza, de modo que cae por una trampilla en el abismo, reuniéndose con otros mucho que allí habían ido a parar antes que él. Así venga su afrenta la bruja, arrebatando la vida del Caballero del Pez.
Mientras tanto, el otro Caballero del Pez también arriba a Madrid y, concreto al palacio real, y se da cuenta de que le hablan como si le conocieran; pronto descubre que su hermano está casado con la princesa y decide seguirle el juego a esta cuando le recrimina su tardanza en regresar del castillo encantado. De esta manera, el joven sospecha que algo le ha sucedido a su gemelo y parte para rescatarlo. Una vez allí, sigue los mismos pasos que su hermano, y la anciana cree estar viendo un fantasma. Este caballero la atraviesa con su lanza, pero antes de que muera le pregunta por su hermano. La moribunda señala que deberá ser resucitada para poder darle esa información. Así lo hará el joven, siguiendo las indicaciones que la bruja le ha dado antes de partir hacia el otro mundo. Una vez completado el hechizo de resurrección, la hechicera confiesa, y el caballero podrá descender al abismo y recoger los cadáveres de varios muchachos y también doncellas secuestradas por el dragón. Sigue el mismo patrón que para devolver la vida a la mágica y consigue devolver la vida a todas las víctimas.
Observaciones
Vemos que en este cuento popular, recogido por Bohl de Faber, destaca la figura de la malvada anciana que habita en un castillo encantado y es madre de un dragón. Su tremenda fealdad y su costumbre de asesinar a jóvenes caballeros, además de su conocimiento de las artes mágicas, la acercan al arquetipo de la bruja. Además, se indica que el objeto de su devoción era Belcebú. Faltan, sin embargo, otras cualidades o costumbres propias de la bruja, como el antropofagia o el vampirismo; por lo que este personaje en concreto es fácilmente identificable con la simple hechicera. Eso sí, en el siglo XIX y más en el terreno del cuento tradicional, solía usarse el términa de bruja para referirse al agresor de la historia, sin atender a sus características específicas.