Madrid, por Carlos Sánchez (se publica en "Segunda Parte de las comedias de Calderón de la Barca").
Circe
Hechicera mediterranea
El primer acto presenta el episodio de Circe y Ulises tal y como lo conocemos gracias a la tradición clásica. Se introduce alguna modificación, como que es la ninfa Iris quien entrega el talismán protector a Ulises. Por otra parte, Circe se dibuja como una mágica cuya ciencia aprendió junto a un mago, lo cual la prestigia. Puede adivinar el futura por diversos métodos, controlar los astros y los fenómenos atmosféricos, metamorfosear a los hombres, convocar al infierno, etc. Destaca el matriarcado que ha diseñado, en el que habita con las ninfas, y para demostrar su poder somete a todos los hombres que llegan hasta sus tierras. Este aspecto se resalta mucho.
El acto segundo varía con respecto a la historia conocida de Circe y Ulises y posee un carácter cortesano. Se destacan los juegos palaciegos de amores y presenciamos también una temible batalla, entre Arsidas y los suyos, y Ulises y los griegos.
En el tercer acto, Ulises, impelido por Aquiles, decide despertar de su amoroso y mágico sueño y volver a ponerse en marcha. Circe no está dispuesta a permitirlo, pero la ninfa Galatea, antes de que Circe pueda tomar la decisión que se resaltan en "La Odisea" y "La Circe" de Lope, sale del mar, y libera a las ninfas y a los marineros. Circe no puede más que reconocer que el mayor encanto es el amor.
Calderón lleva más allá el acierto de Lope de Vega en "La Circe" y transforma a este personaje en prptagonista de una pieza que la dota de una gran fuerza dramática y pone en su boca deliciosos parlamentos que la definen como mujer y como mágica como nadie antes había hecho ni haría posteriormente.