En el ejemplo 432 (389), se presenta el caso de un encantador de la Toscana que invoca al diablo tras recibir el encargo de una mujer, la cual desea poder tener hijos, pues no lo consigue. El diablo se persona y en ese momento acierta a pasar un sacerdote que lleva el cuerpo de Cristo, ante lo cual el diablo arroja su corona y se arrodilla. Tras este suceso, el encantador se da cuenta de que hasta el demonio rinde pleitesía al hijo de Dios, así que se da cuenta de su herejía, renuncia a ella y se convierte. Y, claro está, dice a su clienta que si quiere hijos, lo demande a Dios.