Agustín de Rojas Villandrando
El viaje entretenido
Diálogo-miscelánea
1603
Madrid, Imprenta Real
Lucrecia
Hechicera celestinesca
Es una hechicera con la que entró en contacto uno de los dialogantes, Rojas, y de la que se dice que era aficionada al vino, bebida en la que gastaba casi todo su dinero, y que poseía un nutrido laboratorio, pues se dedicaba a las artes mágicas de carácter amatorio (los dialogantes, por su parte, no aceptan que se pueda forzar la voluntad y denuncian estas prácticas como una estafa) para ganarse la vida. El pago ante la justicia de sus pecadillos hechiceriles hace que decida poner pies en polvorosa y se traslade a Antequera, donde podrá empezar una nueva vida, pues no la conoce nadie. Termina muriendo en Málaga, según el testimonio de Rojas.
En este texto se critica duramente la actividad de estas mujeres, a las que se presenta como alcohólicas embaucadoras que no pueden más que terminar sus días tristemente. Se trata de una visión masculina de prácticas de carácter femenino que no se observan desde el prisma de la tragedia y la necesidad, sino del vicio y la corrupción.