Clemente Sánchez de Vercial
Libro de los exemplos por abc
Ejemplario
1436-1438, primera edición en 1961.
Madrid / John E. Keller
Mujeres que andan de noche
Bruja
En realidad, en ningún momento se nombra a las brujas como tales en este relato. Se trata del ejemplo 112 (41), en el que San Germán ha de pasar la noche en la casa de un buen hombre que le da cobijo (no se especifica el lugar), y observa una extraña costumbre: sus anfitriones, una vez han cenado, vuelven a poner de nuevo la mesa con más viandas. Le explican que son para las buenas mujeres que andan de noche (se supone que llevaban la abundancia a los hogares que visitaban), pero el santo se queda velando y ve que no se trata de hombres y mujeres sino de diablos. De hecho, despierta a las personas que allí habitan y les pregunta si conocen a quienes están sentados a la mesa; ellos indican que son sus vecinos, pero él los conjura en nombre de Dios, de modo que las criaturas confiesan ser diablos. Y, de hecho, se comprueba que los supuestos vecinos y vecinas duermen en su lecho, por lo que ellos no podían estar al mismo tiempo en ningún otro lugar.
Hemos señalado que en esta narración se halla presenta la bruja o el fenómeno de la brujería porque la creencia en las mujeres que vuelan de noche, a la que se hace referencia, por ejemplo, en el "Canon Episcopi", desemboca posteriormente, tras la aglutinación de otros elemento variados, en la creencia en brujas. Vemos aquí que lo que en un principio eran buenas mujeres que seguían a la dama Abundia (Abundancia) ahora son demonios que se hacen pasar por vecinos y vecinas, pero que no son más que servidores del mal. Este relato evidencia la existencia de una tradición en torno a las mujeres que vuelan de noche, un antecedente claro de la brujería.