En el ejemplo 23 hallamos una historia que ha alcanzado gran repercusión en la literatura no solo española, sino universal: la del hombre que pacta con el diablo por un amor loco y termina volviendo al seno del Cristianismo de mano de un santo que es capaz de vencer al demonio y de romper el trato; en este cas será San Basilio.
Dos son los personajes que llaman la atención del estudioso en este relato: el encantador al que recurre el sirviente de Eradio para forzar el amor de la hija de su amo, con quien le gustaría contraer matrimonio (lo cual indica que no se trata de amor puramente pasajero y carnal); y el mozo mismo, que por indicación del nigromante al que visita, que envía una carta al diablo avisando de la posibilidad de conseguir un adepto más. Por esto mismo, el demonio se persona ante el criado y le promete todo cuanto desea, siempre que él le entregue su alma. No obstante, no satisfecho con la palabra del joven, lo compromete todavía más haciéndolo renegar de su Fe por escrito. Según él, este contrato es mucho más fuerte e impide que el pactante se aproveche del favor de Satanás y después regrese como si nada a los brazos de Cristo.
El demonio cumple, tras todo esto, su promesa y tienta de tal manera a la hija de Eradio, que esta comienza a arder en amores del sirviente de una manera que no puede controlar. Así que, forzada por tales sentimientos, ruega a su padre, que quería casarla con Dios, para que le permita contraer matrimonio con el mozo. Finalmente, así sucede.
Cuando los muchachos comienzan su vida en común, la joven observa que su marido no puede entrar en la iglesia, y hace que él confiese todo lo que ha hecho para conseguir estar a su lado. De ahí que ella vaya a visitar a San Basilio y el santo se comprometa a neutralizar el pacto. Para ello, encierra al sirviente durante tres días, cada uno de los cuales va a verlo para saber cómo evoluciona, pues al principio los diablos lo atormentan; el segundo día solo los oye, pero no los ve; y el tercero, solo visualiza la batalla de Basilio contra el demonio.
Finalmente, el santo hace entrar al yerno de Eradio en la iglesia, y allí, acompañado por muchos fieles, se enfrenta de nuevo a Satán y le arrebata la carta firmada por el pactante. El joven queda, por fin, liberado de sus ataduras.
El final, como vemos, es feliz para el pactante, a pesar de la renuncia de la Fe que ejecutó en su día. Y esto es así porque se pretende recalcar la inmensa misericordia de Dios y el poder que los santos y los ángeles poseen para enfrentarse al Maligno. !Qué lejos están estos ejemplos de aquellos que ilustrarán ciertos manuales de inquisidores y tratados sobre magia y brujería! En ellos, el diablo hará gala de un enorme poder; eso sí, con la permisión de Dios, que para castigar ciertos pecados del ser humano, permitirá la enfermedad y la muerte de personas inocentes.
Hemos tomado los relatos que aquí se comentan de la edición del "Libro de los Exemplos por ABC" de Mª del Mar Gutiérrez Martínez, publicada en dos partes en "Memorabilia" 12 y 13, en http://parnaseo.uv.es/memorabilia.htm