Torquemada presenta una anécdota extraída del "Malleus Maleficarum", que relata la experiencia de unos inquisidores, los cuales han apresado a una de estas mujeres. Le prometen no castigarla al ejecutar lo que van a pedirle y solicitan que provoque, ante ellos, una tormenta, con el fin de comprobar la eficacia de sus hechizos. Ella hace un agujero en el suelo, orina dentro y con un dedo remueve el líquido, a lo cual suma el trazo de ciertos caracteres y la pronunciación de algunas palabras. Acto seguido, se forma una nube y estalla una tormenta, que la mujer puede dirigir adonde ella quiera. Así queda probada la eficacia de estos actos mágicos.
Torquemada solamente cita un ejemplo de un tratado, mas le debemos el hecho de que lo haya puesto a disposición de un público mucho más amplio que el que, de por sí, habría tenido acceso al "Malleus Maleficarum", restringido a teólogos, inquisidores y ciertos intelectuales.