Anónimo
Las brujas de Barahona y la castellana de Arbaizal
Relato gótico y fantástico
1841
Oficina del Establecimiento Central
Brujas de Barahona en general y la Belífea, una de las brujas
Bruja
La historia se narra en primera persona y con un tono jocoso. El narrador se encuentra en su casa y, de repente, su gato le habla. Acto seguido, se convierte en un demonio, Florivel, quien le anuncia que ha llegado el momento de ir al infierno. Guzmán, que así se llama el protagonista-narrador, se resiste, pero finalmente se ve obligado a marcharse con él por los aires. En el curso de ese viaje, son sorprendidos por un grupo de cien brujas voladoras, dechado de fealdad y ridiculez, que pretenden atraparlo y llevarlo a Barahona. Así sucede, pues Florivel les cede su presa, y Guzmán asistirá de primera mano al conciliábulo, que es como un gran delirio. Durante el aquelarre, una de las brujas principales, la Belífea, le declara su interés, pero Guzmán, asqueado, la rechaza. Este rechazo despertará en la horrenda mujer un intenso odio hacia él, de modo que no cejará jamás en su empeño por atormentarlo. Afortunadamente, en esa reunión accede a un salón subterráneo y conoce a tres gracias que danzan y que le piden que escoja a una de ellas. Son la Fortuna, la Sabiduría y la Belleza. Guzmán escoge a la Sabiduría, quien, desde ese momento, se convertirá en su protectora (le entrega un talismán). Esto hará que las brujas no puedan tocarlo y que pueda instalarse en Pamplona y prosperar. Las brujas lo acechan continuamente y un día en que ha olvidado coger su talismán, lo arrebatan por los aires y lo conducen a una cueva para devorarlo. La Sabiduría, respondiendo a su llamada, lo asiste y lo libera. Posteriormente, le aconseja que, para hallar la felicidad, tome su talismán y viaje a Occidente. Su marcha da inicio a una segunda parte de la narración, de carácter puramente gótico. Guzmán llega a un imponente castillo, solicita asilo y se enamora de la bella hija de su anfitrión. La primera noche que pasa allí tiene una serie de visiones. Cree ver a una mujer fantasmal que se cuela por un espejo y le muestra desde allí una escena criminal. Más tarde sabrá que la esposa del castellano despareció hace años y nunca más regresó. Esa mujer era diestra en la nigromancia. Guzmán pide la mano de Berenguela y, a pesar de ser casi un desconocido para ella y su padre, la joven acepta. Cuando se celebra la boda, todo se precipita. La madre desaparecida de la muchacha no es otra que la Belífea, cuya belleza (conseguida por tratos infernales para un máximo de 10 años; pasados los cuales ella vuelve a su forma original de fealdad. De modo que nadie la reconoce y la dan por desaparecida. Guzmán intenta matarla, pero en realidad, por arte de magia, asesina a su recién estrenada esposa. Este acto le supone la pérdida del favor de la Sabiduría. Las brujas, duendes y vampiros entran en escena y él cae exánime. Se despierta en las ruinas del castillo. Esta gracia se le presenta una vez más para indicarle la conveniencia de escribir todo lo vivido, como lección para otros incautos. El manuscrito con sus aventuras es hallado en un archivo de un pueblo de Navarra por un curioso que decide mostrarlo al público para que sienta placer con su lectura. Se sabe que el castillo se hundió en 1357, por lo que la historia se desarrolla durante la Edad Media.
Las brujas que aquí se presentan son viejas y horrendas. Se dice de ellas que son ridículas y grotescas. Así se comportan durante sus viajes por los aires y en las reuniones. Lo que más les gusta es atormentar a sus presas (con pellizcos y palizas), jugar con ellas, transformarlas e incluso comérselas. Con respecto de las reuniones, se indica hay una orquesta desafinada, se habla del hedor a ungüento y del baile indecente y exagerado.