Fechado en 1335 (circuló manuscrito).
Editado en 1575.
Fechado en 1335 (circuló manuscrito).
Editado en 1575.
Sevilla, Hernando Díaz
Don Yllán
Nigromante
En el Exemplo XI, “De lo que contesçió a un deán de Sanctiago con don Yllán, el grand maestro de Toledo”, encontramos a don Yllán, un versado y reconocido nigromante de Toledo, al cual acude el deán, con el objetivo de aprender su ciencia. No obstante, el mago expone sus dudas al deán, pues piensa que cuando él aprenda sus artes no le pagará como se merece, y para comprobarlo lo somete a una prueba. Representa con sus poderes una realidad alternativa, en la que ambos viven el futuro. El deán llega a Papa y durante todo su proceso de encumbramiento nunca recompensa debidamente a don Yllán, por lo que finalmente, se ve de nuevo en el presente y en la realidad del momento. Sigue siendo un simple deán y el nigromante se niega a ser su maestro.
El mago se presenta aquí como un venerado individuo, un sabio iniciado en las artes ocultas que en su apartada gruta transmite su ciencia a quienes deseen aprenderla (a cambio de algún tipo de pago). La visión con respecto al personaje es positiva y quien es visto de modo negativo es el desagradecido deán.
“El conde Lucanor” nos ilustra magníficamente sobre los oficiantes mágicos femeninos y, en sus distintos relatos, los hace desde diversos prismas. Esta colección de ejemplos no tiene desperdicio en lo que a la configuración y clasificación de practicantes mágicos masculinos se refiere.