Luis habla de un hombre que conoció en Italia, al que llamaban el astrólogo de Échari, el cual nunca fallaba en sus juicios, y también era quiromántico. A un amigo suyo le dijo que tuviera cuidado el día 28, porque sufriría una herida, y le mataron de una lanzada. También predijo la inminente muerte de un soldado. En cambio, cuando anunció que Florencia, cercada por el ejército imperial del Papa Clemente, sería saqueada, falló estrepitosamente.
Una vez más, estamos ante una anécdota oída o vivida directamente por uno de los dialogantes.