Antonio de Torquemada
Jardín de flores curiosas
Miscelánea
1570
Salamanca, Juan Baptista Terranova
Brujo
Brujo
Antonio relata esta vez una historia que le contaron por muy cierta. Un hombre letrado, cuyo vecino es brujo, desea iniciarse en los misterios de la secta y conciertan un viaje al aquelarre. Vuelan hasta lejanas tierras y se reúnen con varios hombres y mujeres. Allí, en un trono, está el macho cabrío, al cual deben adorar y besar en sus partes pudendas. El letrado no puede soportar tal situación y clama por Dios y la Virgen. Como resultado de ello queda solo e inconsciente. Por la mañana despierta en un lugar que no identifica, pues se halla muy lejos de su hogar. Tarda tres años en regresar y cuando lo hace no duda en acusar de brujería a su vecino y otras personas que identificó en el conventículo.
Extraña encontrar el caso de un brujo, pues suele ser más común hallar a mujeres como las integrantes de esta secta. Torquemada recurre en esta ocasión a una experiencia que le ha hecho llegar una tercera persona, la cual afirma haber leído, incluso, las actas del proceso que se inició tras las acusaciones del letrado.