Diego de Torres y Villarroel
Extracto de los pronósticos del Gran Picator de Salamanca, desde el año de 1725 hasta el de 1753.
Libro de pronósticos
1795
Madrid, Imprenta de la viuda de Ibarra
Astrólogo
Astrólogo
En estos pronósticos satíricos se intenta desacreditar a la figura del astrólogo en general, que redacta pronósticos que luego vende, embaucando a su potencial clientela. Es particularmente interesante el pronóstico: "Las brujas del campo de Barahona, pronóstico que sirvió para el año 1731". En este capítulo el autor/narrador va caminando con un capellán y un médico, por los campos de Barahona. El capellán critica duramente los pronósticos y, cómo no, a los astrólogos, que con sus vaticinios ambiguos, engañan a los crédulos. Astrólogo, para él, es lo mismo que pedigüeño. Y muchas cosas de las que pronostican no tienen que ver con los astros y sus influencias celestes, sino que son fruto de la propia naturaleza. El error de creer que los astros y los rituales de estos individuos poseen poder sobre la vida es un error, un error de origen diabólico.