Alejandro Casona
La barca sin pescador
Teatro
1945
Diablo
Otros
En este texto no se puede hablar, en sí, de motivo mágico, sino simplemente de pacto diabólico. No estamos ante un nigromante que establece contacto con el diablo a través de una invocación, nos hallamos ante Ricardo, un empresario de éxito que está atravesando delicados momentos económicos, y es visitado por un "Caballero de negro", el cual se presenta como el diablo y le ofrece un trato. Dado que Ricardo ha cometido muchos pecados en su vida, solo le falta uno: el asesinato; si comete uno, el demonio, tras firmar el contrato, lo colmará de poder y riqueza. El crimen será al azar; el Caballero escoge un punto del mapa y al instante ven a un pescador que vuelve de faenar. Ricardo se muestra dispuesto a matar, aunque es el propio Satán quien, con un soplo de aire, hace que Péter, la víctima, se despeñe. Tiempo después, Ricardo, rico y exitoso otra vez, se persona en el pueblecito marítimo en el que falleció Péter. El remordimiento no lo deja vivir y traba amistad con su esposa, Estela, y su familia. El amor comienza a anidar en su corazón, pero la culpa tiene más peso. Y en el momento en que se siente dispuesto a renunciar a todas sus riquezas para quedarse junto a Estela, descubre que el asesino de Péter no fue él, sino Cristián, su cuñado, que ha confesado los hechos. El diablo burló a Ricardo, haciéndole creer que él había cometido el crimen. Cuando el Caballero se persona nuevamente ante el protagonista, este le explica que renuncia a sus riquezas y que quiere empezar de nuevo, dado que él no asesinó a Péter. El demonio, que se mueve en el campo de la voluntad, le recrimina su intención; él sí tuvo intención de matar, y eso es lo que cuenta. ¿Cómo se piensa redimir ahora? El amor hacia Estela es la respuesta. Junto a ella comienza una nueva vida, y el contrato diabólico queda anulado.
Como vemos, no topamos con ningún nigromante, brujo o similares, pero sí estamos ante la estela de Fausto, por lo que merece la pena reseñar esta pieza dramática.