Ars Magica
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Johann Wilhelm Meinhold
La bruja del ámbar / Maria Schweidler, die Bernsteinhexe : der interessanteste aller bis her bekannten Hexenprocesse, nach einer defekten Handschrift ihres Vaters, des Pfarrers Abraham Schweidler in Coserow auf Usedom.
Género
Novela gótica, subgénero crónica
Año edición / composición / representación
1839 (composición), 1843 (edición)
Lugar / Librero / Editor
Berlín, Duncker und Humblot
Personaje Mágico
Maria Schweidler y Lizzie
Tipología
Bruja
Descripción
Esta interesante novela gótica (un intento de crónica ficticia) narra la historia de pastor protestante y su hija, una devota joven que es acusada de brujería por no haber querido someterse a los deseos sexuales del Justicia Mayor del pueblo. Eso desencadena una serie de acontecimientos que llevan a la muchacha a ser apresada, acusada y juzgada por brujería. Se detalla todo el proceso, incluidos los interrogatorios y las torturas, mas finalmente la protagonista logra salvarse de la hoguera, porque un muchacho, su pretendiente, testifica a su favor, y resulta ser de ascendencia noble. Se descubre así toda una trama bien urdida de venganzas que se materializan en falsas acusaciones de brujería. No obstante, tratándose de una obra gótica, no podrían faltar los verdaderos elementos y personajes sobrenaturales, por lo que la vieja Lizzie, una anciana bizca que arremete constantemente contra el pastor y su hija, resulta ser una auténtica bruja, amante de Satán, compinche del Justicia Mayor, que también había vendido su alma al maligno, y por ello ambos eran capaces de hacer morir al ganado, de echar a perder las cosechas o de provocar tormentas a voluntad. Todos ellos reciben su merecido, y encuentran la muerte al final.
Observaciones
la razón de la inclusión de este texto en una base de datos que recoge casi única y exclusivamente obras hispánicas es que en ella se encuentra una de las más importantes claves para comprender la consolidación de la figura de la bruja como personaje de ficción, pues el género idóneo en el que este podía llegar a desarrollarse totalmente es, cómo no, la novela gótica. De ahí que hasta el siglo XIX apenas la hallemos en las letras de ficción. Por otra parte, dado que en la península los materiales estéticos de carácter brujeril son tan limitados, nos vemos obligados a abarcar la literatura europea para comprender la evolución de la bruja como personaje.
José Dueso (compilador)
"En el aquelarre de Zugarramurdi". En "Leyendas navarras de brujas"
Género
Leyenda
Año edición / composición / representación
2014
Lugar / Librero / Editor
País Vasco / José Dueso
Personaje Mágico
María de Zozaya
Tipología
Bruja
Descripción
Cuenta esta leyenda que María de Zozaya estuvo unida durante mucho tiempo a un extranjero, quien, al conocer su oficio brujeril la abandonó. Eso sí, no pudo dejar de personarse a escondidas en el aquelarre par ver lo que allí tenía lugar. Pronto pudo observar cómo llegaban personas de diferente condición venidas de todas partes, volando sobre bestias. Estos asistentes se dedicaron a prepararlo todo para recibir a su señor, que salió de la cueva de Zugarramurdi en forma de macho cabrío. Después de que todos los brujos lo hubieran adorado, María de Zozaya, ante la sorpresa del hombre, subió al estrado para, desnuda, servir como altar a la misa sacrílega. Fue el propio cura del pueblo el que ofició la eucaristía y posteriormente animó a los presentes a practicar al mal. Del mismo modo, algunas de las brujas comentaron los peores actos que habían llevado a cabo en nombre de la secta. Después de estas confesiones y nuevas adoraciones, María y el diablo comenzaron una grotesca danza en cueros, que condujo a la consabida orgía propia de estos conventículos. La historia llega a su clímax cuando se le ofrece al demonio una virgen. La pobre joven se presenta atada y amordazada. Está aterrorizada, pues una persona virtuosa en medio de una reunión de malvados y pérfidos brujos. El cabrío le ofrece la posibilidad de renegar, pero ella se niega, por lo que se ordena su muerte. El propio sacerdote le clava un puñal en el pecho y cae exánime. Ante esto, el hombre que se hallaba oculto se descubre, para increpar a los asesinos. María lo reconoce al instante y todos se muestran amenazadores por la presencia de un intruso. El demonio manda que lo aten al cuerpo de la joven finada y lo despeñen. Y así sucede. Este es el fatal desenlace de una narración que muy bien podría tildarse de terrorífica.
Observaciones
Resulta interesante ver cómo relatos que no se incluyen en las dos relaciones que se conservan sobre el Auto de Fe de Logroño de 1610, pero que seguramente circularon, hoy forman parte de las leyendas de la zona. La vida de María de Zozaya se literaturiza y da paso a narraciones como la que hemos presentado. Como curiosidad, cabe añadir que este episodio se plasma en "Las brujas" de Fernando Claudín, novela de baja calidad que ha hecho uso de esta leyenda, con la pertinente adaptación.
José Dueso (recopilador)
"Mariatxo para nosotras", en Leyendas guipuzcoanas de brujas
Género
Leyenda popular
Año edición / composición / representación
2014
Lugar / Librero / Editor
José Dueso
Personaje Mágico
Voz de bruja
Tipología
Bruja
Descripción
Mariatxo era la muchacha más guapa de Bedaio y siempre estaba presumiendo de no tenerle miedo a la noche. En su afán de presumir ante sus amigas, decidió, una madrugada en la que las amigas habían quedado para preparar su ajuar, dar tres vueltas a la casa, mostrando así su arrojo y valentía. Solo logró dar dos vueltas, pues a la tercera una voz cavernosa procedente de las tinieblas le dijo que "el día para los del día y la noche para los de la noche. Ahora Mariatxo para nosotras". Y nunca más volvió a saberse nada de la joven.
Observaciones
Este relato de terror no especifica a qué criatura pertenece la terrible voz ni cuáles son los denominados seres de la noche. Se da por supuesto que ha de tenerse miedo a la noche, pues Mariatxo alardeaba precisamente de no temer esas horas de oscuridad. La noche posee sus particularidades y sus habitantes, y se les ha de tener respeto. Llama la atención que la voz indica que la muchacha ha de ser para "ellas" y habla en femenino. Podemos imaginar que son brujas, aunque también se podría estar haciendo referencia a otras criaturas mitológicas de la zona. Recordemos que existen otras narraciones en las que se castiga la presunción y la incredulidad, como "Ez Direla...", "Un pastor de pelo rojo" y "¿No hay sorgiñas?". En estos ejemplos, siempre hay una persona que dice no creer en brujas. En la leyenda que nos ocupa hallamos cuestiones más generales, que no recalan en las brujas en sí, sino en los seres nocturnos.
José María Pereda
Las brujas
Género
narrativa
Año edición / composición / representación
22 de marzo-10 de mayo de 1896
Lugar / Librero / Editor
Madrid / Revista Apuntes
Personaje Mágico
Tía Bernarda, alias "La Miruella"
Tipología
Bruja
Descripción
La bruja a la que hace referencia José María Pereda en este relato publicada en la prensa no se puede catalogar como tal, pues de bruja solo posee la fama, mas no se trata de una de esas mujeres que cerraba un pacto con el diablo y asistía a aquelarres. No obstante, en el texto se deja muy claro qué se entiende por brujería, y por eso mismo resulta una obra de interés en relación con esta temática. El relato gira en torno al miedo y rechazo que genera la anciana tía Bernarda, para la mayoría una bruja capaz de causar enfermedades y echar a perder las cosechas. Los vecinos la temen y ese miedo se transmite a las nuevas generaciones, de modo que los más pequeños también lo interiorizan y sienten terror ante esta pobre mujer. De hecho, el núcleo de la historia se concentra en el momento en que algunos niños toman de manera ilícita frutos del terreno de La Miruella. Y al verla aparecer, se arma un gran revuelo que se zanja con una pedrada de uno de los chicos a la anciana. Este golpe dejará a la vieja malherida, de forma que a los pocos días se hallará al borde de la muerte. Por otra parte, el autor nos informa sobre la vida cotidiana en la aldea, por ejemplo sobre el maltrato físico que sufre una de las vecinas por parte de su marido alcohólico; o la depresión en que se halla sumida una joven que ha sido burlada y abandona por el hombre con quien iba a casarse cuando queda embarazada, etc. La muerte de La Miruella reúne junto a su cama a varios de los vecinos que la habían acusado y la tenían por bruja sin serlo. Aprovecha para pedir perdón por cualquier daño causado, aunque niega rotundamente ser bruja y en este trance la comunidad se reconcilia y todos reflexionan sobre sus actos y sus faltas. Como consecuencia de esta situación y tras la muerte de la tía Bernarda, Teresa deja de ser maltratada, pues su marido deja la bebida; y la moza abandonada por Felipe consigue casarse con él y rehacer su vida. Aun así, la función que había cumplido la bruja hasta entonces, servir como chivo expiatorio, tendrá que ser desempeñada por alguien. Muerta la Miruella, pronto existirá una nueva bruja en el pueblo. No podría ser de otro modo.
Observaciones
En este relato de tipo costumbrista, el autor presenta la brujería de un modo muy realista, porque no hay absolutamente nada de sobrenatural. La bruja es una figura pintoresca más necesaria en cualquier aldea porque cumple una misión imprescindible en la vida del pueblo, como ya hemos dicho, sirve como chivo expiatorio sobre el que descargar el ansia y la culpa. La bruja ayuda a explicar las desgracias y, por tanto, a enmascarar la realidad, como cuando Teresa dice que las brujas le pellizcan y muerden por las noches, pero el párroco, muy racional, le rebate su tesis y expone que esas señales y cardenales son resultado de las palizas que le pega su marido cuando regresa borracho a casa.
Juan de Mongastón
Auto de Fe celebrado en la ciudad de Logroño en los días 6 y 7 de noviembre de 1610
Género
Relación de sucesos (archivos inquisitoriales)
Año edición / composición / representación
1611
Lugar / Librero / Editor
Logroño, Juan de Mongastón
Personaje Mágico
María de Ximildegui y María de Iureteguía
Tipología
Bruja
Descripción
Extraemos historias brujeriles por orden de aparición en la relación: 1.- Una joven, María de Ximildegui, de la que Mongastón no aporta el nombre y simplemente dice que fue una bruja oriunda de Zugarramurdi, marchó a Francia con su padre, y allí una mujer la convenció para que la acompañara al campo; así la condujo al aquelarre y, situada delante del demonio, no pudieron finalmente forzarla para que renegara de la Virgen. Desde entonces, todos los brujos la perseguían, por miedo a que los delatara. Ella fue una bruja más durante un año y medio, haciendo lo mismo que el resto de integrantes de la secta, mas en ningún momento estuvo convencida de la autenticidad del diablo como dios al que adorar, y estaba recelosa. Un día, cuando fue a comulgar, no pudo ver la hostia consagrada, esto la dejó muy confusa, de modo que cayó gravemente enferma, y cuando estaba al borde de la muerte, el sacerdote le aconsejó decir el nombre de Jesús, de forma que se reconciliara con la religión católica; así volvió a ver la hostia, se recuperó de la enfermedad y nunca más volvió a ser acosada por las brujas y brujos. Tras este suceso, regresó a su pueblo, Zugarramurdi, y allí comenzó una cadena de acusaciones, pues dijo haber visto en el aquelarre al que ella misma había acudido a una vecina de tal aldea: María de Iureteguía. Y tales cosas dijo a la muchacha que esta se vio obligada a confesar, no sin antes sufrir una serie de síntomas que hacían pensar que el diablo le ataba la lengua. A su vez, María de Iureteguía acusó a su tía, María Chipía, y así comenzaron las delaciones que condujeron al Auto de Fe de 1610. Después de su confesión, María de Iureteguía fue constantemente perseguida por los demás brujos, que la acosaban de noche en su propia casa, en forma de animales, y la amenazaban. Solo ella podía verlos realmente, el resto de personas presentes no. Para vengarse de la bruja, los demás integrantes de la secta dañaron sus propiedades. La protagonista de este historia fue, finalmente, reconciliada y pudo volver a su tierra tras el Auto de Fe.
Observaciones
Para comprender en toda su dimensión al personaje de la bruja hay que acudir a la relación de un proceso inquisitorial como la presente, para ver cómo se consolida a través de lo que se pueden considerar auténticos "cuentos de brujas", como los llamará Pedro de Valencia. No obstante, no podemos olvidar que los protagonistas de las narraciones aquí recogidas fueron personas de carne y hueso que sufrieron los rigores de la Inquisición.
Libros del "Cuentamiedos"
En el aquelarre de Zugarramurdi, en Brujas en el Pirineo fantástico
Género
Leyendas
Año edición / composición / representación
2006
Lugar / Librero / Editor
Libros del "Cuentamiedos"
Personaje Mágico
María de Zozaya
Tipología
Bruja
Descripción
María de Zozaya, una de las brujas más conocidas de todo Euskal Herria, estuvo una temporada casada con un hombre extranjero, que sospechando la calidad de bruja de su mujer, decidió abandonarla. No obstante, quiso presenciar uno de los aquelarres para poder identificar a su esposa y para ello acudió al prado de Zugarramurdi donde normalmente se celebraba el conventículo. Oculto, no tardó en ver a varios brujos y brujas llegar volando por los aires. Una vez allí, montaron un estrado y pronto se personó, saliendo desde la famosa cueva, una criatura mitad humana mitad macho cabrío. Todos lo honraron como su señor y ocupó un trono sobre el escenario. Pronto descubrió a su mujer como la persona que subió y se colocó ante el demonio, desnuda, para servir como altar para una misa negra, que ofició el mismo cura de Zugarramurdi. En un momento dado, tras la misa, tiene lugar la confesión de los brujos de sus maldades y una danza con una orgía. El hombre lo observa todo con excitación y fascinación, hasta que todo toma un cariz terrorífico, pues se presenta ante el diablo a una virgen del pueblo que ha sido arrancada de su cama; como no acepta unirse a la secta, es apuñalada y, por tanto, sacrificada por el cura del pueblo, ante la petición del diablo. No puede evitar, entonces, salir para reclamar justicia, pero al ser descubierto y acusado por María de Zozaya, la preferida del demonio, de haberla abandonado e intentar ahora humillarla, es atado al cadáver de la virgen, llevado hasta la cima de una montaña y despeñado.
Observaciones
En este relato, de Navarra, se literaturiza un suceso muy conocido, a partir del Auto de Fe de Logroño de 1610. Resulta interesante porque María de Zozaya, que ya se había convertido en protagonista de varias historias recogidas en las relaciones editadas tanto por Mongastón en Logroño, como por Varesio en Burgos, vuelve a convertirse en la figura central de una leyenda que no coincide con las contenidas en las mencionadas relaciones. Esto da cuenta de cómo circularon narraciones que partían de un hecho histórico muy concreto, pero que posteriormente conocieron una vida independiente y larga.
Luis de Fonseca (recoge y ordena los datos)
Relación summaria del Auto de la Fe que los Señores Doctor Alonso Bezerra Holguin, del ábito de Alncántara, Licenciado Ioan del Valle Alvarado, Licenciado Alonso de Salaçar Frías, Inquisidores Apostólicos en el Reyno de Navarra y su destricto, celebraron en la Ciudad de Logroño, en siete y ocho días del mes de Noviembre, de mil y seycientos y diez años.
Género
Relación de sucesos
Año edición / composición / representación
1611
Lugar / Librero / Editor
Burgos, Juan Bautista Varesio
Personaje Mágico
María de Zozaya
Tipología
Bruja
Descripción
Se presenta otro ejemplo sobre la réplica demoníaca que queda en el lugar de la bruja, en este caso protagonizado por María de Zozaya. Mientras ella está en el aquelarre, una vecina llama a la puerta de su casa pidiendo un poco de pan. El diablo, con su forma, le responde que no tiene. Después informa de todo a la ausente, por si se encuentra con su vecina y ésta le menciona su visita.
Observaciones
Se presenta dos relatos totalmente similares en estructura y con un argumento idéntico, fruto, probablemente, del acuerdo entre las detenidas; o bien porque una de las acusadas escuchó el testimonio de la otra. Existen pruebas que demuestran que los encarcelados/as tuvieron contacto entre ellos/as y pudieron preparar confesiones similares, con el fin de no ser quemadas. Solo los brujos/as que confesaban serlo podían salvarse; quienes mantenían su inocencia eran torturados y, si seguían negando, eran ajusticiados. Curiosamente, María de Zozaya fue quemada a pesar de haber confesado, pues tan grandes fueron los crímenes que reconoció que ni siquiera el reconocimiento de sus delitos fue suficiente.
Luis de Fonseca (recoge y ordena los datos)
Relación summaria del Auto de la Fe que los Señores Doctor Alonso Bezerra Holguin, del ábito de Alncántara, Licenciado Ioan del Valle Alvarado, Licenciado Alonso de Salaçar Frías, Inquisidores Apostólicos en el Reyno de Navarra y su destricto, celebraron en la Ciudad de Logroño, en siete y ocho días del mes de Noviembre, de mil y seycientos y diez años.
Género
Relación de sucesos
Año edición / composición / representación
1611
Lugar / Librero / Editor
Burgos, Juan Bautista Varesio
Personaje Mágico
María de Iureteguía y María de Ximildegui
Tipología
Bruja
Descripción
La historia de María de Iureteguía es la más extensa, aunque no se presenta de forma completa y unitaria, como sucede en Mongastón, sino que se deja parte del final para más adelante. En este relato se habla primeramente de María de Ximildegui, bruja arrepentida que regresa de Francia a su pueblo natal, Zugarramurdi. Haciendo gala de cierta información que consiguió siendo bruja en el pasado, acusa a una amiga de la infancia, María de Iureteguía. Esta última no reconoce tal condición, pero tras extenderse la noticia de la acusación, confiesa por la presión que ejercen sobre ella sus familiares. Se centra después la narración en el momento en que, de noche, es guardada por los suyos en su casa para que los supuestos brujos compañeros suyos de secta no puedan llevársela al aquelarre. Ella cree verlos, aunque nadie más puede, y se resiste ante ellos, deseosa de volver a seno de la Iglesia. Por esto, tras este incidente, puede volver a ver la hostia consagrada, que por sus pecados se había vuelto invisible para ella.
Observaciones
Este relato, el más relevante del panfleto, posee un tono más neutro y menos melodramático y terrorífico que en el caso de Mongastón.
Luis de Fonseca (recoge y ordena los datos)
Relación summaria del Auto de la Fe que los Señores Doctor Alonso Bezerra Holguin, del ábito de Alncántara, Licenciado Ioan del Valle Alvarado, Licenciado Alonso de Salaçar Frías, Inquisidores Apostólicos en el Reyno de Navarra y su destricto, celebraron en la Ciudad de Logroño, en siete y ocho días del mes de Noviembre, de mil y seycientos y diez años.
Género
Relación de sucesos
Año edición / composición / representación
1611
Lugar / Librero / Editor
Burgos, Juan Bautista Varesio
Personaje Mágico
María de Iureteguía
Tipología
Bruja
Descripción
Parte final del relato de María de Iureteguía. Se corresponde con el primer relato de la relación de Mongastón, que inaugura el texto, aunque aquí se presenta de forma independiente y con variantes. Cuando fueron los brujos a por María, para conducirla al aquelarre, también estaba el cura del lugar guardándola, con agua bendita, sobrepelliz y estola. El religioso, de este modo, hizo huir a los brujos, aunque no se fueron sin antes realizar destrozos en el huerto y arrancar el rodezno del molino y ponerlo en el tejado.
Observaciones
La narración presente en el panfleto de Mongastón posee más entidad, pues en el opúsculo de Fonseca se divide en dos partes, es decir, aparece en dos ocasiones a lo largo del texto, una primera parte, y esta segunda parte a la que se añaden detalles y matices que no aparecían en el ejemplo anterior. En esta ocasión sirve como apoyo al poder de la religión.
María de Zayas
El desengaño amando y premio de la virtud
Género
novela corta
Año edición / composición / representación
1637
Lugar / Librero / Editor
Zaragoza, Pedro Escuer ("Novelas amorosas y ejemplares, primera parte)
Personaje Mágico
Lucrecia
Tipología
Hechicera mediterranea
Descripción
Lucrecia es una hechicera que utiliza sus conocimientos mágicos solo en su propio beneficio. Es una grandísima mágica, pero esto solo se desvela cuando se encapricha del enamorado de su amiga doña Juana. Lucrecia es una mujer de mediana edad, que conserva su belleza y usa hechizos para granjearse amantes. Consigue, de hecho, controlar tanto la voluntad de don Fernando, su nueva adquisición, que logra sacarlo de casa cuando ella lo desea, dejando a doña Juana sola, se encuentre en la circunstancia que se encuentre. Durante un tiempo, don Fernando, ya separado definitivamente de doña Juana, será libre, pero Lucrecia volverá a la carga cuando don Fernando se case con doña Clara, hasta que consiga que huya con ella a Sevilla, abandonando a su esposa e hijas. Finalmente, Clara se infiltrará como sirvienta en casa de Lucrecia, y logrará hallar el mecanismo que tiene a su marido recluido y sin sentido, en el que participa, por ejemplo, un gallo con anteojos. Lucrecia, desesperada por el hallazgo de su hechizo y por el hecho de no tener ya bajo control a Fernando, realiza un último acto mágico maléfico, arrojando al fuego un muñeco de cera que simboliza a su amante. Después de esto ella se suicida, y a los pocos días fallece también Fernando, víctima de tales acciones "venéficas".
Observaciones
Lucrecia es una hechicera mediterránea en tanto no ejerce un oficio, sino que posee unos vastos conocimientos mágicos que usa de forma ocasional para su beneficio. Cuadraría con aquellas mujeres que se pueden encontrar en los "Idilios" de Teócrito o las "Bucólicas" de Virgilio.
María de Zayas
El desengaño amando y premio de la virtud
Género
novela corta
Año edición / composición / representación
1637
Lugar / Librero / Editor
Zaragoza, Pedro Escuer ("Novelas amorosas y ejemplares, primera parte)
Personaje Mágico
Un estudiante de Salamanca
Tipología
Nigromante
Descripción
Doña Juana, la primera pareja de don Fernando, cuando ve que su enamorado muestra un extraño compartimiento, que revierte negativa en su relación, decide solicitar los servicios mágicos de un joven estudiante de Salamanca (una de las cunas de la magia en España) y este le entrega unos anillos, que, puestos en don Fernando, harán que el muchacho se decida a pedirle matrimonio. Pero en estos anillos se hallaban encerrados unos demonios, que terminan francamente enfadados, tras ser llevados todo el día, encerrados en los anillos, de arriba para abajo por una criada de doña Juana. Esta joven desiste de su amor por don Fernando y devuelve los anillos al estudiante, el cual quedará malherido por la venganza que contra él ejecutan los diablos familiares. El nigromante de este texto queda bien escaldado y aconseja a Juana que se redima para salvar su alma. Lo mismo hace él, pues cuando la joven vuelve a solicitar sus servicios, para recuperar a un nuevo amante que ha partido a las Indias, él se niega y solo accede a darle las pautas para que ella misma ponga en práctica los conjuros pertinentes.
Observaciones
Este nigromante posee un papel poco importante en la trama, pero su trayectoria resulta interesante, en tanto se comporta como hacen y harán otros mágicos de nuestra literatura: reconociendo el error en el que vive (tras recibir una lección) y decidiendo redimirse y cambiar de vida, con el fin de no terminar condenado.
María de Zayas
El desengaño amando y premio de la virtud
Género
novela corta
Año edición / composición / representación
1637
Lugar / Librero / Editor
Zaragoza, Pedro Escuer ("Novelas amorosas y ejemplares, primera parte)
Personaje Mágico
Doña Juana
Tipología
Otros
Descripción
Doña Juana es un personaje difícil de clasificar, dado que no es una hechicera en sí, sino que se ve obligada a, en un momento dado, ejecutar un acto mágico, tras la negativa del estudiante de Salamanca que tenía contratado, a continuar con la aplicación de las artes ocultas. El joven proporciona, eso sí, a doña Juana todas las premisas básicas para que ella, por primera y última vez en su vida, actúe como hechicera eventual. Esta situación se da de forma casual, por lo que Juana es una mujer que adopta el rol de hechicera de forma fugaz. No se especifican en el texto las instrucciones que el estudiante da a la muchacha, solo se explica que todas las noches había de encerrarse en su aposento y pronunciar unos conjuros. Su objetivo era recuperar a Octavio, quien se marchó lejos para olvidarla, ya que tuvo lugar una pendencia entre Fernando y él, y doña Juana le pidió que no se enfrentara a Fernando, su futuro marido. Ahora la joven se ha dado cuenta de que el candidato más adecuado para ser su esposo es Octavio. Por fin, una noche en que pronuncia su conjuro con más fuerza de la habitual, se persona Octavio, pero como espíritu cargado de cadenas. Ha fallecido y amonesta a la Juana para que abandone la clase de existencia que lleva y se dedique a otros menesteres, si no quiere terminar condenada. De ahí que ella decida dedicar todo el tiempo que le reste a salvar su alma.
Observaciones
Doña Juana posee puntos en común con, por ejemplo, doña Laura, de "La fuerza del amor", que recurre a una hechicera y debe cumplir también ella misma con un encargo mágico que le dará una importante lección. Del mismo modo, hallamos similitudes con la dama de "El licenciado Vidriera", que solo sigue las instrucciones de una morisca. No se trata de hechiceras en sí, sino del vehículo de otros actantes mágicos de la trama, aunque ese hecho las infecta igualmente y las hace dignas de consideración y análisis desde una perspectiva ocultista.
Maribel Lázaro
Humo de beleño
Género
teatro
Año edición / composición / representación
1985 (editado en 1986)
Lugar / Librero / Editor
Primer Acto, 212, 1986
Personaje Mágico
Susa de Caldas, María Belideza, Carmiña Asaño, Maruxa Folladel y Dominga la Temeraria
Tipología
Bruja
Descripción
n este texto, que guarda ciertas similitudes con "Las brujas de Barahona" de Domingo Miras, hallamos a varias mujeres, de entre las cuales destacan Susa de Caldas y María Belideza, las cuales mantienen una relación amorosa, relacionadas, al menos, con el universo hechiceril. La obra comienza cuando Susa realiza un hechizo para que el amado da Flora regrese a su lado; a esta escena sucede otra en la que a Susa se unen otras mujeres, como Carmiña, María, Maruxa Dominga llevan a cabo diferentes actos mágicos, y celebran, desnudas, una especie de aquelarre privado. Finalmente, se untan con un preparado que han dejado listo durante la celebración y participan de una orgía, que terminará con una serie de jadeos, antecesores del velo onírico que va a cubrir la actividad de estas féminas. Cuando a la mañana siguiente las encentra flora, con la boca llena de sangre (usaron la sangre de un gato negro en sus rituales), piensa que han estado chupando niños. Pronto descubrimos, por otra parte, que el hijo de un vecino de la aldea, Flores, ha aparecido muerto, por lo que las sospechas van a empezar a crecer, y todos piensan que han sido las brujas. El tribunal del Santo Oficio se persona en la zona y pide que se denuncie a todo hereje; los cristianos pobladores de la aldea deciden colaborar con la justicia, ser buenos fieles y servir a Dios; así comienza la ola de acusaciones. De otro lado, vemos que el hechizo que Susa preparara para Flora ha surtido efecto, y Anxelo ha regresado a su lado, mas pronto volverá a partir, y la furia de Flora causará estragos. Mientras, las hechiceras echan los naipes y se da el marco perfecto para que haya una premonición acerca del aciago futuro que las espera. De hecho, la justicia ha prendido a Socorra, la madre de María, y la acusa de bruja. Poco después, Flora se persona eante el párroco y confiesa haber visto un aquelarre cuando volvía de coger setas, y acusa a Susa de Caldas, como la reina del conventículo. Por otra parte, en la noche de Todos los Santos, Susa y María rondan el cementerio; allí son sorprendidas por Flora, que intenta apuñalar a Susa, mas es descubierta a tiempo, y la que termina muerta, y dentro de una tumba abierta es ella. La siguiente escena se da ya en las celdas del Santo Oficio; todas las supuestas brujas han sido apresadas y finalmente, la obra se cierra con el suicidio de todas ellas, pues deciden por unanimidad quitarse la vida con un veneno que portan, antes que dar su cuerpo a las llamas. Así las encontrarán los carceleros.
Observaciones
En este texto, al igual que en el de Domingo Miras, la brujería se construye sobre una base de hechicería. Susa, María, Carmiña... son hechiceras, de eso no cabe duda, y coquetean con el satanismo, pero no queda ninguna constancia de que la filiación diabólica brujeril sea real. De hecho, no se plasma la celebración del tradicional aquelarre, aunque sí de una especie de conventículo privado. Aquí las supuestas brujas son libertarias, que apuestan por un sexo transgresor. El resto es fruto de un sustrato de creencias en agresores mágicos y de la búsqueda de un chivo expiatorio, que dé una explicación a todas las desgracias; amén de las ansias de venganza, que encuentran en las denuncias al cauce perfecto. Es muy original el final, con un suicidio colectivo que habla mucho del carácter de las mujeres protagonistas.
©Eva Lara Alberola (2012-2024)
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