Ars Magica
Registros encontrados: 9
Julián Medrano
Silva curiosa
Género
Miscelánea
Año edición / composición / representación
1583
Lugar / Librero / Editor
París, en casa de Nicolas Chesneau
Personaje Mágico
Pastor coridón
Tipología
Otros
Descripción
En la Parte I: sección pastoril, hallamos el pastor Coridón, que al viajar en busca de su amada Silvia topa con una dificultad, llega a un lugar en el que unas peligrosas fieras se atacan cruelmente y se despedazan entre sí. Por ello, necesitando atravesar tal zona, se ve obligado, además de a encomendarse a Dios, a realizar un conjuro mágico. Posee un libro que le entregó el Ermitaño de Salamanca, junto al cual aprendió esta ciencia, y hace uso de él, traza un círculo en el suelo, escribe unas letras y nombres extraños, realiza un conjuro y así amansa a las fieras, que dejan de atacarse unas a otras. Del mismo modo, cuando él camina y pasa junto a las bestias, estas se muestran dóciles y agachan la cabeza ante él.
Observaciones
En ningún momento se tilda de mago o de nigromante al pastor, aunque sí se indica que aprendió su ciencia del Ermitaño de Salamanca y se puede clasificar como mago en tanto posee un libro que contiene multitud de secretos, traza un círculo en el suelo, realiza un conjuro y consigue amansar a las fieras. No pasa a ser nigromante a causa de que no se observa ninguna invocación de demonios. Por otra parte, según el texto hace patente, el pastor no se dedica a estas prácticas habitualmente. Se trataría de una actuación casual, fruto de la necesidad. De todo esto es testigo Julio, el narrador, que viaja con él.
Julián Medrano
Silva curiosa
Género
Miscelánea
Año edición / composición / representación
1583
Lugar / Librero / Editor
París, en casa de Nicolas Chesneau
Personaje Mágico
Astrólogos judiciarios
Tipología
Astrólogo
Descripción
En la parte II: cuentos, hallamos este relato "Que los astrólogos judiciarios -que predican las cosas fatales y no limitan el tiempo en el qual ellas han de acontescer ni cómo an de suceder- son ignorantes o locos". Se narra la historia de un filósofo al que han presagiado que moriría desdichadamente por el golpe que tenía que recibir en la cabeza por alguna cosa que caería de lo alto. Como consecuencia, este hombre siempre andaba en montes desiertos y despoblados, sin ponerse nunca a la sombra ni abrigo de ningún árbol o techo. Así vivía el pobre hombre. Un día, cuando se encontraba sentado en una peña, leyendo, un águila que había pescado una tortuga en el mar la dejó caer sobre la cabeza del hombre, confundiéndola con una piedra porque era calva; pretendía quebrar así el caparazón de la tortuga. Así murió el pobre hombre, sin poder evitar el destino que le habían vaticinado los astrólogos, pues ellos pudieron predecir su muerte, pero no dar un remedio para la misma.
Observaciones
Los astrólogos judiciarios ni siquiera aparecen en la historia, pero sí están detrás de la decisión que toma el filósofo protagonistas. La causa por la cual el autor de la miscelánea incluye este relato no está relacionada con la incredulidad ni con la necesidad de desmentir los vaticinios de estos astrólogos. En realidad, la crítica se debe a que si no se precisan las circunstancias en que va a tener lugar esa muerte ni el momento, pueden inducir a la locura del afectado, como sucede en este cuento. En realidad, la profecía es al final la que causa el desastroso final. Si no se hubiera producido tal vaticinio, no sabemos cómo hubiera terminado sus días el filósofo.
Julián Medrano
Silva curiosa
Género
Miscelánea
Año edición / composición / representación
1583
Lugar / Librero / Editor
París, en casa de Nicolas Chesneau
Personaje Mágico
Astrólogo
Tipología
Astrólogo
Descripción
En la parte II: cuentos, encontramos también un ejemplo sobre un caballero que deseaba saber qué decían sobre su hijo los cuerpos celestes. Por ello consultó al astrólogo más famoso de la zona, el cual le indicó que su hija estaba amenazado, pues había de morir al año siguiente por el ataque de una fiera cruel, y pudo concretar que sería un león. Le aconsejó que no dejara a su hijo salir a cazar y que lo tuviera encerrado hasta que pasara tal año. En consecuencia, el caballero privó a su hijo de su ejercicio favorito, que era la caza y lo encerró en una casa que tenía en el campo. Un día, el joven paseaba por una de las estancias que estaba adornada por figuras de animales. Al ver un león, se enojó y comenzó a enfrentarse a él como si estuviera vivo, reprochándole que estaba allí encerrado por su causa. Finalmente, arremetió contra él y le dio un golpe con el brazo, de manera que se clavó un madero que sobresalía en un dedo. De la infección que le sobrevino halló la muerte.
Observaciones
Nunca se personalizan estos astrólogos en los relatos que estamos registrando aquí de la "Silva curiosa". Se presentan simplemente como "astrólogos". Se da mucha más importancia a la persona que los consulta y que se siente determinada por sus presagios, condicionando toda su vida a lo que estos mágicos han vaticinado. Nuevamente, vemos que el astrólogo es capaz de presagiar, pero no de dar los suficientes datos como para evitar la muerte predicha. A veces parece una broma cruel del destino, pues si el chico no hubiera estado encerrado no habría tenido tal altercado con la figura del león. De esta forma, la profecía parece ser en realidad la que cause el desastroso fin, o bien se puede pensar que lo que marcan las estrellas no se puede evitar.
Julián Medrano
Silva curiosa
Género
Miscelánea
Año edición / composición / representación
1583
Lugar / Librero / Editor
París, en casa de Nicolas Chesneau
Personaje Mágico
El fámulo del ermitaño
Tipología
Nigromante
Descripción
En la Parte II: Los epitaphios hallados por Julio, el protagonista, el propio Julio narrador, nos introduce en el reino de Galicia. Allí, Julio, Bretón y el Alemán (así llama a sus dos compañeros de viaje) llegan a una ermita en la que consiguen pasar unos días, junto al sabio ermitaño y su fámulo, un hombre deforme que habita junto a él. Tras varias vivencias de los protagonistas que no detallaremos aquí, se descubre que el ayudante del ermitaño es un nigromante, con sus artes consigue vengarse de todos cuantos lo desairan o desprecian, aunque también ayuda a las gentes del lugar. Se informa al lector de que uno de los ermitaños que precedió al que ha hospedado al narrador y sus amigos adoptó al fámulo cuando era solo un niño monstruoso, le enseñó a leer y escribir, y también algos secretos de las artes nigrománticas. Cuando su señor murió, le dejó sus libros de magia, que él guarda en una peña que hay en el rincón de la celda. Entre algunas de las cosas que logró este giboso con sus artes está el haber encantado a una pastora siete meses en una cueva, encantó también a la asna de un pastor, realizó un conjuro al propio ermitaño con quien ahora vive para que no pudiera orinar, ensalma sus objetos de caza para que no pudieran lograr presa alguna, etc. Pero los pastores de la tierra apreciaban en gran medida a este fámulo, puesto que también encantaba a los lobos y raposos para proteger los rebaños, sanaba el ganado, conjuraba la piedra para que cayera en en desierto, etc. Eso sí, si alguien tenía algún enfrentamiento con él, siempre se vengaba. La relación entre Julio y el giboso no comienza con buen pie, pero va mejorando y al final el curioso narrador, muy interesado todo el tiempo en las artes mágicas, consigue que el fámulo le enseñe la peña donde guarda todos sus libros y materiales. Al principio, Julio se hace el remilgado, al ver pergaminos escritos con sangre, imágenes con agujas clavadas, pentáculos..., pues afirma que solo le interesa la magia natural, que no ofende a Dios ni presupone tratos con el diablo, pero el nigromante lo retiene y le muestra, por ejemplo, a través de un espejo qué están haciendo sus familiares en ese momento, también le mostró libros con grandes secretos, de los que le enseñó seis o siete milagrosos. De esta forma, se inicia Julio en estas artes, aunque dejando claro que solo se interesa por lo aceptado y lo inofensivo.
Observaciones
El ermitaño también dice que el fámulo es brujo, aunque no se verifica esto en ningún momento. En esta historia queda muy patente el interés del autor por lo mágico, sobre todo por la nigromancia.
Julián Medrano
Silva curiosa
Género
Miscelánea
Año edición / composición / representación
1583
Lugar / Librero / Editor
París, en casa de Nicolas Chesneau
Personaje Mágico
Mago
Tipología
Nigromante
Descripción
El protagonista de este relato, intercalado en la historia del ermitaño y su fámulo, en la Parte II: Los epitaphios hallados por Julio, es el Alemán, que comienza a comportarse de un modo muy extraño la primera vez que entran en la ermita, en concreto donde hay algunas tumbas interesantes. El Alemán dice que ha visto un cadáver (que está allí al descubierto, congelado) moverse e intentar a atacarle. A partir de ese momento, el hombre vive atemorizado, en constante alerta y en varias ocasiones está a punto de dañar físicamente a sus compañeros, puesto que se agarra a ellos aterrorizado y no los suelta. Más adelante, será el ermitaño quien cuente su historia, tras la confesión del Alemán, que prefiere que sea el anciano quien la dé a conocer a sus amigos. El miedo constante de este peregrino se debe a que en el pasado recurrió a los servicios de un mago, para conseguir el amor de una doncella. El mago le promete ayudarle pero le marca algunos requisitos, ya que el acto mágico que se ha de realizar es peligroso. Ha de hacerse en un lugar apartado, el Alemán deberá entrar con él en un círculo y repetirlo todo con él, incluso hacer homenaje al demonio. También le demanda que prometa que si el mago sufre persecuciones o tormentos diabólicos, él también los padecerá, incluso si uno de los dos muere por esta causa, el otro lo seguirá. El enamorado acepta. Se realizan los terribles conjuros y los diablos se personan, posteriormente, un montón de nubes cargadas de demonios se llevan al encantador y a sus clientes, los maltratan y dejan caer al Alemán en Transilvania. Del encantador no se supo nada, hasta que una semana después un labrador encontró su cadáver. Desde ese momento, el nigromante se aparece ante el Alemán y le indica que ya es tiempo de que le siga en la muerte. Por ello, se hizo peregrino de Santiago y hasta el día en que llegaron a la ermita, no había sido molestado de nuevo por el mago. Más adelante, cuando los amigos ya han abandonado la ermita y han seguido su camino, el Alemán morirá, cumpliéndose así la promesa que le había hecho al Nigromante.
Observaciones
Se utiliza el nombre Mago todo el tiempo, sin precisar más datos. Por los actos que lleva a cabo este mágico, sabemos que se trata de un nigromante. En alguna ocasión se utiliza tal término para denominarlo. Aquí vemos que se llega al último escalón de la gradación que había presentado Medrano, desde la magia natural a la negra, desde el pastor Coridón al nigromante-espectro que persigue al alemán, pasando por Cristóbal y los enseres relativos a la nigromancia que guarda en su gruta.
Julián Medrano
Silva curiosa
Género
Miscelánea
Año edición / composición / representación
1583
Lugar / Librero / Editor
París, en casa de Nicolas Chesneau
Personaje Mágico
Marcolpho
Tipología
Astrólogo
Descripción
En la Parte II: Los epitaphios hallados por Julio, encontramos una última historia, "Estraña Aventura, y Epitaphio contra los Astrólogos". A Julio le cuenta este relato en Redondella, sobre Marcolpho, un astrólogo muy famoso en toda Galicia. Este astrólogo se casó con Almena, la hija de un marinero, muy hermosa. La noticia sobre la situación envidiable de esta pareja llegó a oídos de un pirata, el Capitán Sempronio, que decidió secuestrar a Almena. Durante unas fiestas en Redondella, cuando Marcolpho estaba adivinando el porvenir a los vecinos, Sempronio asaltó su casa y se llevó todas las riquezas, así como también a Almena. Lo cargó todo en su barco y se lo llevó. Jamás se supo nada más de este pirata. Marcolpho, cuando se dio cuenta de todo, se subió a una peña e intentó hacer volver al barco, pero no lo consiguió. Se tiró entonces desesperado al mar, entre las rocas, y feneció. No lo pudieron enterrar en tierra santa porque se había quitado la vida y le hicieron el sepulcro entre aquellas peñas. En el epitafio se destaca lo curioso de que fuera tan famoso por sus vaticinios y que, en cambio, no pudiera adivinar lo que le había se suceder a él.
Observaciones
No se cuestiona la capacidad de Marcolpho para predecir lo que le pasará a los vecinos de su pueblo, pero sí se somete a escarnio su incapacidad para ver lo que le iba a suceder a él.
©Eva Lara Alberola (2012-2024)
Proyecto 2017