Julián Medrano
Silva curiosa
Miscelánea
1583
París, en casa de Nicolas Chesneau
Orcavella
Hechicera mediterranea
Orcavella, ubicada en tierras gallegas, se describe como una mujer bárbara, fea, vieja, terrible. Se trata de una poderosa encantadora, cuyas artes diabólicas causan auténticos estragos entre las gentes de su entorno. Solo con mirar a los ojos a una persona o tocarla con la mano podía acabar con su vida. Poseía, igualmente, la capacidad de tornarse invisible o metamorofearse, hechos que le facilitaban el rapto de infantes, pues se alimentaba de su carne y su sangre. Por ello, los setenta años que permaneció en Galicia causó irreparables daños y perpetró una auténtica matanza. Finalmente, cansada de su existencia, decide terminar con todo y se encierra en un sepulcro que ha preparada para descansar eternamente, cubriendo antes de encantamientos los alrededores. Pero antes de marcharse definitivamente, comete un último crimen. Se ayuda de un pastor para concluir su empresa y termina encerrándolo con ella en la tumba y usándolo de almohada.
Orcavella es uno de los pocos personajes que se pueden considerar a medio camino entre la hechicera mediterránea y la bruja, es decir, simboliza el paso, la conversión, de la simple hechicera en la bruja satánica.