En la parte II: cuentos, encontramos también un ejemplo sobre un caballero que deseaba saber qué decían sobre su hijo los cuerpos celestes. Por ello consultó al astrólogo más famoso de la zona, el cual le indicó que su hija estaba amenazado, pues había de morir al año siguiente por el ataque de una fiera cruel, y pudo concretar que sería un león. Le aconsejó que no dejara a su hijo salir a cazar y que lo tuviera encerrado hasta que pasara tal año.
En consecuencia, el caballero privó a su hijo de su ejercicio favorito, que era la caza y lo encerró en una casa que tenía en el campo. Un día, el joven paseaba por una de las estancias que estaba adornada por figuras de animales. Al ver un león, se enojó y comenzó a enfrentarse a él como si estuviera vivo, reprochándole que estaba allí encerrado por su causa. Finalmente, arremetió contra él y le dio un golpe con el brazo, de manera que se clavó un madero que sobresalía en un dedo. De la infección que le sobrevino halló la muerte.
Nunca se personalizan estos astrólogos en los relatos que estamos registrando aquí de la "Silva curiosa". Se presentan simplemente como "astrólogos". Se da mucha más importancia a la persona que los consulta y que se siente determinada por sus presagios, condicionando toda su vida a lo que estos mágicos han vaticinado.
Nuevamente, vemos que el astrólogo es capaz de presagiar, pero no de dar los suficientes datos como para evitar la muerte predicha. A veces parece una broma cruel del destino, pues si el chico no hubiera estado encerrado no habría tenido tal altercado con la figura del león. De esta forma, la profecía parece ser en realidad la que cause el desastroso fin, o bien se puede pensar que lo que marcan las estrellas no se puede evitar.