Representante de la corriente poética modernista, e influida por Verlaine y Darío, la obra de Manuel Machado es amplia, desde su primera colección de poemas de 1894, Tristes y extensas, hasta su Horario. Poemas religiosos, de 1947. Lo medieval brota en su obra al hilo del aprecio de la actitud modernista y parnasianista por los lugares lejanos espacial y temporalmente y es muy visible en Alma. Museo. Los cantares, de 1907, que recoge su libro de 1902, Alma, junto a otros nuevos poemas. En el citado poemario, son dos las composiciones que versan sobre el paje Gerineldos, famoso por el antiguo «Romance de Gerineldo y la Infanta», y que conforman una especie de díptico: en «Lirio» hay una única alusión, mientras que «Gerineldos, el paje» narra el vagar de este personaje por los jardines de palacio, probablemente, si tomamos el romance tradicional, tras haber sido sorprendido en la cama con la infanta por el rey. Los motivos cidianos emergen en «Castilla», poema en que el sujeto lírico se inserta en el universo medieval para narrar el episodio de la niña de nueve años que no permitió, a causa de un mandato del rey, que la hueste del Cid pasara la noche en su posada. Vuelve sobre el mismo imaginario en «Álvar Fáñez (Retrato)», una honrosa descripción del famoso lugarteniente del Cid en el Cantar. «Retablo», por su parte, imita la cuaderna vía del mester de clerecía para hablar de Silos y Gonzalo de Berceo. «Don Carnaval», por su parte, es una lectura jocosa e irónica del Libro del buen amor, salpicado por diversos personajes del poema del Arcipreste de Hita. «El rescate» es un romance morisco sobre la conquista, que tiene como protagonistas a Rodrigo de Lara y a Celinda, una musulmana cautiva. «Oliveretto de Fermo del tiempo de los Médicis» es el último de los poemas de temática medieval de Alma. Museo. Los cantares. Sus versos retratan a Oliveretto de Fermo a partir de diversos episodios biográficos: el supuesto cuadro de Tintoretto (que, para Miguel D’Ors no existe [1981]), su aparición en El príncipe de Maquiavelo y su muerte a manos de César Borgia. Finalmente, en El mal poema, de 1909, hay únicamente una alusión al Cid en «Yo poeta decadente», composición que también aquí recogemos.

 

Poemas – Descargar PDF

 

Índices      Bibliografía