Malleus Maleficarum (El martillo de las brujas, para golpear a las brujas y sus herejías con poderosa maza).
Tratado teológico reprobatorio.
1486 (composición), 1487 (edición).
Alemania, s.e.
Brujo
Brujo
(Parte II, capítulo XV) En esta ocasión, los inquisidores exponen un ejemplo extraído del "Formicarius" de Níder. En él se cuenta que un detenido por brujería confesaba ante el juez que a los brujos les resultaba fácil provocar tempestades y causar otros males, pero no podían dañar a aquellas personas que estaban protegidas por los ángeles de la guarda. Aquellos que se hacían la señal de la cruz también quedaban a salvo. Para causar mal tenían que emplear ciertas palabras para llamar al diablo, y ofrecerle un pollo negro en un cruce de caminos, así se lograba que enviara a otros demonios, que servían al brujo haciendo caer rayos y pedrisco.