Malleus Maleficarum (El martillo de las brujas, para golpear a las brujas y sus herejías con poderosa maza).
Tratado teológico reprobatorio.
1486 (composición), 1487 (edición).
Alemania, s.e.
Brujas
Bruja
(Parte II, capítulo II) En las diócesis de Estrasburgo y Constanza, en las ciudades de Haguenau y Ratisbona, sucedieron ciertos hechos que los inquisidores ponen como ejemplo de que el diablo, si no consigue lo que quiere de sus brujas las conduce a la desesperación o la muerte. En Haguenau, una bruja se colgó con su pobre y frágil manto (lo cual hace pensar que todo fue obra del demonio y como esto tendría lugar porque la bruja se rebelaría contra su señor, sin duda recibiría el perdón de Dios).
En Ratisbona, para evitar la confesión de las brujas, una llamada Walpurgis (muy conocida porque había llevado a cabo un maleficio de taciturnidad) enseñaba a otras cómo guardar silencio: cociendo a niño varón y primogénito en el horno.
Esto viene a demostrar que el demonio siempre consigue lo que quiere de las brujas, quizás porque ya media un pacto entre ellos, un trato del que es muy difícil escapar.