anterior][siguiente]
- XXI. Enxemplo del homme bueno con el
lobo.
Acaesció ansí que un homme bueno se queria ir
en romería, é habia doce ovejas, é
encomendólas á su compadre el lobo que gelas
guardase , é él juróle que gelas guardaria
muy bien; ansí que el buen homme fuése á su
romería, é el lobo guardó las ovejas en tal
manera, que el un dia comia la una é el otro dia comia la
otra, é cuando el buen homme vino, non falló mas de
las tres. El homme bueno preguntó al lobo que qué
era de las otras ovejas, é díjole que eran muertas
todas con el fuerte tiempo que ficiera, é dijo el homme
bueno: "Pues la ovejas son muertas, dame las pellejas." Cuando
gelas dió, falló señales de los dientes del
lobo. El señor de las ovejas dijo: "Amigo, razon es que
mueras por lo que feciste; cata aquí la señal de los
tus dientes," en guisa que por la señal que falló
allí, fízolo enforcar. Bien ansí nuestro
Señor Jesucristo acomendó sus ovejas, que se
entiende por el su pueblo, á los obispos é á
los curas. Et muchos dellos por sus malos enxemplos ó por
su negligencia pierden las ovejas de Jesucristo; onde el mal
prelado es condenado á tantas muertes é á
tantos tormentos, cuantos enxemplos malos da á sus sujetos.
Estonce Jesucristo que es señor de las ovejas, para
enforcar los lobos en la forca del infierno, demanda los pellejos,
que son los pecados por él cometidos. Otrosí,
algunos hommes que andan en casa de algunos señores que se
facen amigos de todos, é desque los pueden confondir
confóndelos muy buenamente cuando pueden. Otrosí, es
aun esto semejante á algunos hommes que vienen á
casa de los señores á vevir, é fácense
muy sirvientes, é están pensando en sus corazones
cómmo los podrán matar con yerbas ó con otra
manera; estos tales son semejantes á la gulpeja é al
gallo.
XXII. Enxemplo de lo que acaesció á los hommes
con los asnos.
Acaesció ansí que una vez unos hommes que
traian unos asnos en romería, cargáronlos mucho
é facíanlos andar todo el dia, é cuando no
querian andar dábanles muchos palos. E un dia pasaban por
un camino é fallaron un leon, é los hommes
comenzaron á foir dél, é los asnos pensaron
entre sí mesmos: que pues los hommes habian miedo de los
leones, que tomasen ellos píeles de leones, é que
las vistiesen, é luego habrian miedo los hommes dellos;
é ficiéronlo ansí. Despues que los asnos se
hobieron vestidas las pieles de los leones de la una pa(r)te
é de la otra, los hommes fuian dellos cuidando que eran
leones, é estando en esto los asnos, comenzaron á
bramar, é los hommes escucharon é dijeron: "Estas
voces de asno son mas que de leones; lleguémosnos á
ellos é verémos qué son." Et llegaron tanto
fasta que los vieron las colas é los piés, é
dijeron: "Ciertamente estos son asnos, que non leones." É
llegaron á ellos en manera que los tomaron é
diéronles muchos palos. Estos hommes son los hommes falsos
é perezosos de servir á Dios, é que toman la
Orden de san Benito, mas por estar viciosos é porque los
honren los hommes que non por servir á Dios; et estos tales
á veces echan bramidos de asnos, que se entiende cuando
fablan de lujuria é de otros vicios. Estonce podemos decir
que la su palabra les faz manifiesto, et bien podemos entender que
tales commo estos son asnos del diablo, mas non
monjes.
XXIII. Enxemplo de lo que acaesció á Galter con
una mujer.
Un homme, que habia nombre Galter, puso de ir buscar un
lugar do siempre hobiese gozo é nunca pudiese su corazon
entristecer; et tanto andido fasta que falló en una tierra
una mujer muy fermosa, é era linda, é habia poco que
muriera su marido. Et desque la vió Galter fuése
para ella, et ella preguntóle qué queria, é
él díjola: " Yo ando buscando dos cosas: la una que
falle un lugar do siempre goze, que nunca mi corazon pueda ser
triste." Et dijo la mujer estonce: "Si tú quisieras ser mi
marido, folgarás aquí é habrás todo
cuanto hobieres menester; ca darte-he yo casas, tierras,
viñas é otros muchos vienes." Et fuéle
mostrar su posada, é mostróle primeramente el
palacio, é desque vió el palacio, plúgole
mucho, é preguntó le á ella: "Decid,
señora, ¿á do está la cama en que
habemos de dormir de noche?" Ella fué é
mostróle una cama, é en ella un leon, et en aquel
lecho estaba de la una parte un oso, é de la otra un lobo,
é de la otra muchos gusanos, é de la otra muchas
sepientes. Et estonce dijo: "Las tus riquezas é los tus
bienes, ¿hanme de durar para siempre?" Estonce
respondió ella é dijo: "Dígote que non; ca mi
marido que las habia, muerto es, é lo mismo te conviene
á tí morir. ¿Vees este lecho?" Dijo él:
"Sí." Dijo ella: "Aqueste oso te ha de matar: non sé
si será la primera noche, ó á cabo de un
año, ó á cabo de diez, ó si por
ventura vivirás mas; otrosí, el lobo é los
gusanos é las serpientes te han de tragar á
tí é á todas tus cosas." Respondió:
"Todas estas cosas son buenas, mas este lecho me espanta, que por
tí nin por todo el mundo non estaria yo en él." Et
despidióse della é fuése su camino, é
fuése á un reino en que habia poco que era muerto el
rey, é dijéronle los hommes del reino: "Galter,
seades bien venido; rogámoste que nos digas qué es
lo que buscas." El dijo: "Busco lugar do siempre goce é
nunca haya pesar." E dijéronle los hommes: "Sey nuestro
rey, é habrás todo lo que hobieses menester; cata
aquí qué palacio é qué cámaras,
qué riquezas." Entre todas las cosas que le mostraron,
mostráronle un lecho que estaba guisado de otras tales
bestias commo le mostrara la mujer, é dijo Galter: "Si yo
fuere rey en esta tierra ¿habré de yacer en este
lecho?" Dijéronle los otros: "Sí" Estonce dijo
Galter: "Estas bestias que aquí están, facerme-han
mal." "El oso te matará, las otras gastarán todo lo
tuyo, ansí como ficieron á los otros reyes; mas no
sabemos cuándo ni cuándo no." Respondió
Galter: "Peligroso es este lecho, é el reino non lo tomaria
por cosa del mundo, pues he de yacer en este lecho, é por
esto me quiero ir." É fuése é andido tanto
fasta que llegó á un palacio muy fermoso; todas las
paredes é la madera eran de oro é de piedras
preciosas, é los hommes que en él moraban
ficiéronle señor del palacio é de todas las
otras riquezas; desí á postremas mostráronle
otro tal lecho commo los otros. Él espantóse mucho
dél, ansí commo las otras veces, é
fuése su camino, é acaesció que falló
un viejo asentado al pié de una escalera, é la
escalera estaba llegada á un muro, é en ella habia
tres escalones . El viejo que estaba en la escalera
preguntó a Galter que qué queria, él dijo:
"Querria lugar en que siempre goce é en que nunca haya
tristeza." É díjole el viejo: "Galter, sube por esta
de tres escalones. É fallarás lo que cobdicias. "
É Galter subió por la escalera é falló
lo que cobdiciaba. Esto se entiende por muchos hommes que
cobdician estas tres cosas, ó algunas dellas, é se
entiende por muchos hommes que buscan fermosas mujeres por pecado,
ó reinos, ó señoríos, ó
dignidades, por honra, ó por oro ó por plata,
ó por vanagloria ó por cobdicia; mas si bien parasen
mientes en qué lecho han de dormir, non habrian cuidado de
tales cosas, que cualquier homme ó mujer que viva en este
pecado yace en mal lecho; commo por aquel oso que estaba á
la cabecera del lecho se entiende la muerte que non perdona
á ninguno en este mundo, alto nin bajo, nin pequeño,
nin grand, é de aquel oso cuenta el Libro del Oso, commo la
osa perdiera sus fijos.
XXIV. Enxemplo de la gulpeja con las gallinas.
Una gulpeja habia muy grand fambre, é vino al
gallinero do estaban las gallinas é rogó á
las gallinas que le abriesen la puerta, et ellas respondieron:
"Non queremos abrir, ca nuestra enemiga eres é siempre nos
feciste mal." Et ella les dijo: "Por todos los santos que son en
paraíso vos juro de non vos facer mal." Et dijeron las
gallinas: "Non queremos." Et dijo la gulpeja: "Bien me podedes
creer; ca tanto estó aquejada de fambre é de frio,
que si allá non me acojedes habré a morir de frio;
é si moriere, Dios demandarlo-ha á vos é al
gallo." Et las gallinas hobieron piedad della é
abriéronle la puerta, é la gulpeja entró
dentro é descansó un poco; é despues que
fué escalentada é perdido el frio olvidó el
prometimiento que ficiera, é tomó una gallina
é matóla, é despues echólas á
mal. La gulpeja se entiende por algunos hommes que son pobres
é engañosos é llenos de baratos, que por tal
que coman bien mandan que les abran las puertas de algun
monasterio rico, por tal que puedan vevir con los simples monjes,
é si los non acogen dicen que non han de ir á morir
al mundo, é dicen que si allí mueren, que Dios
demandará la su ánima á los monjes; et ellos
habiendo piedad dél, déjanlo entrar, é
acógenlo é fuelgan un poco en tiempo de la Pascua
porque non sean conoscidos, é despues que son profesos
tornarán é negarán todos los monjes é
demandarán comeres delicados é honrados
paños, mas que la Orden manda, é habiendo envidia
del abad é diciendo mal de los otros, acúsanlos de
pecado, en guisa que ansí los revuleven commo la gulpeja
á las gallinas.
XXV. Enxemplo de lo que acaesció á la gulpeja con
las ovejas.
Era una gulpeja tan cognoscida del ganado que todas las
ovejas se guardaban della, en manera que las ovejas non salian
fuera de su término nin se partian de enrededor de los
canes que las guardaban. La gulpeja desque vió esto
pensó entre sí diciendo: "Yo sé qué
faré. Vestirme-he una piel de oveja, é
entraré entre las ovejas, et cuando viere tiempo
podré comer de los corderos é de las ovejas," et
fízolo ansí. Bien ansí es de muchos que traen
vestiduras blancas é parescen que son ovejas de Jesucristo
é son falsos profetas; ca viven vestidos commo ovejas et de
parte de dentro son lobos é gulpejas engañosas.
Aquestos tales son religiosos falsos é falsos pecadores,
ó los falsos clérigos que non quieren otra cosa de
los hommes ricos, sinon tierras, ó viñas, ó
posesiones; onde más querria yo un moro ó
judío por vecino que non tal religioso; é si yo
supiese que las vestiduras blancas me ficiesen santo, tantas me
vestiria una sobre otra, fasta que non pudiese mas traer.
XXVI. Enxemplo del Conde con los mercaderes.
Era un Conde que habia de costumbre que robaba á
cuantos pasaban por un camino. Los hommes que entendian esto
facian ansí, que cuando lo veian foian muy fuertemente, et
si podian armábanse et defendíanse muy fuertemente.
Et el Conde cuando esto vió,
tornóse
muy bien él é todos los suyos é
vestiéronse encima cogullas de monjes del Cistel, é
fuéronse en pos una compaña de mercaderes; é
los mercaderes cuando los vieron vestidos de hábitos
blancos de monjes, dijeron: "Aquí vienen monjes é
hommes buenos, é bien podrémos ir seguros con
ellos." Et los mercaderes íbanse su paso, et el Conde
é los suyos alcanzaron los mercaderes, et desque fueron
llegados á ellos, desnudaron las cogullas é dieron
en ellos en manera que los mataron é les tomaron cuanto
traian. Aquesto mismo facen algunos monjes é religiosos que
vienen á los ricos é se facen ante ellos muy santos,
é si pueden llevan dellos cuanto han.
XXVII. Enxemplo de una oveja blanca é de un asno
é un cabron.
Una oveja blanca é otra negra, é un asno
é un cabron fablaban en religion, et dijo la oveja blanca:
"Catad qué pellejo trayo yo; aquesto significa limpieza
é honestidad que he de parte de dentro, é por esto
valgo mas que ninguno de vos." Dijo la oveja negra: "Yo so de
fuera negra, menospreciada; mas de dentro só fermosa, et
acá en el mundo soy negra, é por esto menosprecio el
mundo é lo tengo por sucio." Et dijo el asno: "Yo só
mas santo que ninguno, que trayo cruz en los hombros é
só semejante al crucifijo, et de mayores voces que
ninguno." Et dijo el cabron: "Yo só mas santo que ninguno,
ca soy vestido de cilicio, que se face de los cabellos de los
cabras, é desí he muy grand barba que nunca me la
rapé por tal que non parezca fermoso al mundo." Por estas
cuatro maneras de bestias se entienden todas las maneras de las
Ordenes: por las ovejas blancas se entienden todos todos cuanto
son vestidos, ansí commo los del Cistel ó
canónigos reglares de la Orden de Premostratenses; por la
oveja prieta se entienden todos aquellos que visten hábitos
prietos, ansí commo monjes prietos; et por el asno que trae
cruz en las espaldas se entienden todos aquellos que traen
hábitos con cruz, ansí commo los del Espistal,
é commo los templeros
, é commo los de San Juan; alguno toma destorpalo todo bien
é así destorparé
yo las entrañas de sus corazones, que ansí commo la
os(a) que ha perdido sus fijos non perdona á ninguno, nin
rico nin pobre. Los lobos se entienden por los señores
dellos ó de los señores que han cuidado de sus almas
que se salven, antes les consejan facer cosas que sean á
honra del mundo é á pró de sus cuerpos;
é á las veces les consejan mas á su
pró dellos que non de sus señores por cobdicia de
llevar algo dellos, é tanto que facen ellos pró con
los señores, tanto les da que se dañen commo que se
salven. Los gusanos roerán el cuerpo é lo
tragarán: las serpientes son los diablos que
llevarán las ánimas de los dapnados á las
penas del infierno. Sobre todas las otras cosas nos guarde destas
tres nuestro señor Dios; onde dícese en el libro
Eclesiástico: "Cuando muere el homme, heredarlo-han
serpientes é bestias é gusanos." El dapnado se parte
en tres partes las serpientes, que se entienden por los diablos
que lievan el alma; et los hommes que se entienden por las bestias
que lieven en este mundo, ansí commo bestias é
ansí commo lobos cobdiciosos que levarán los bienes
de los muertos, é los gusanos comerán el cuerpo.
Onde un grand señor encontró unos monjes que
llevaban á enterrar un grand logrero; et preguntó el
señor á los monjes que qué traian, et ellos
respondiéronle que traian el cuerpo de aquel homme,
é los dineros que los habia mandados. Et dijo el
señor: "No será ansí, ca este homme mio
fué, é vos é los gusanos al cuerpo, mas yo
habré los dineros, et el diablo llevará el
ánima." Si vos todos aquellos queredes salvar, facet
ansí commo Galter que subió en la escalera dorada de
Jacob de los tres escalones
. El primero escalon se entiende haber el homme contricion de sus
pecados é pesarle mucho porque los ha fechos, é
poner en su corazon de nunca mas tornar en ellos. El segundo
escalon es confesarse el homme verdaderamente; ca si el homme va
á confesion é confiesa veinte pecados é deja
uno membrándosele, cuando partiere de la confesion tiene
todos los otros é uno de mas, porque non confiesa
verdaderamente. El tercero escalon es mansar á Dios por
penitencia de sus pecados, segun que gela diere su confesor.
Otrosí, emendar su prójimo todos los tuertos que le
tiene en cualquier manera que gelos hobiere fechos, o por tomar
algo de lo suyo, ó por levanatarle falso testimonio,
ó por haberle buscado mal con los señores, ó
por otros tuertos muchos que se pueden acusar ó acaescer
entre los hommes é entre las mujeres, ó por peleas
ó por otros males, ca dice Jesucristo en el Evangelio: "Si
fueres ofrecer al altar é se te membrare en el camino que
tienes tuerto á tu vecino ó á tu
prójimo, deja la ofrenda é vé, é fazle
emienda; é desque le hobieres fecho emienda, tórnate
á ofrecer." Et todo homme que ficiere estas tres cosas, que
se entienden por tres escalones, si subiere por ellos, sepa que
subirá á la gloria perdurable, do non habrá
tristeza ninguna, á la cual gloria nos traya Dios,
amen.
XXVIII. Enxemplo de los dos compañeros.
Una vegada aceaesció que dos compañeros que
fallaron una grand compaña de ximios, é dijo el uno
al otro: "Yo apostaré que gane yo agora mas por decir
mentira que tú por decir verdad." Et dijo el otro:
"Dígote que non farás: ca mas ganaré yo por
decir verdad que tú por decir mentira; é si esto non
crees, apostemos." Dijo el otro: "Pláceme." E desque
hobieron fecho su apuesta, fué el mentiroso é
llegóse á los ximios, é díjole un
ximio que estaba y por mayoral de los otros: "Dí, amigo,
¿qué te paresce de nosotros?" Et respondió el
mentiroso: "Parésceme, señor, que sois un rey muy
poderoso, é estos otros ximios que son las mas fermosas
cosas del mundo, é los hommes vos precian mucho." En manera
que los lisonjeó tanto cuanto pudo, en guisa que por las
lisonjas que les dijo, diéronle muy bien á comer,
é honráronle mucho, é diéronle mucha
plata é mucho oro é muchas otras riquezas. Et
despues llegó el verdadero, é preguntáronle
los ximios que qué le parescia de aquella compaña,
et respondió el verdadero é dijo: "que nunca viera
tan sucia compaña, nin tan feos, é que atales commo
vos precian son locos. Estonce fuéronse para él
é sacáronle los ojos, é desque le hobieron
sacados los ojos, fuéronse é dejáronlo
desamparado. Et estonce Buena Verdad oyó voces de osos
é de lobos, é de otras bestias que andaban por el
monte; é atentó lo mejor que pudo, é
subióse en un árbol por miedo que le comerian las
bestias. Et de que estaba encima de aquel árbol, hae
vos las
bestias que se ayuntaron todas á cabildo so el
árbol, é preguntábanse las unas á las
otras de qué tierra eran, ó que condiciones habian
cada una de las bestias, ó con qué arte sabian cada
una escapar de mano de los hommes, et dijo la raposa: "Yo
só cerca de aquí, do hay un rey, é aquel rey
es el mas nescio homme que yo nunca ví, é tiene una
fija muda en casa; poderla-y-a ligeramente sanar si quisiese,
sinon que non sabe." Et dijeron los otros: "¿ Cómmo
seria eso?" Et dijo ella: "Yo vos lo diré: el domingo
cuando van ofrecer las buenas mujeres é dejan el pan sobre
las fuesas, é vo yo é rebato una torta, si el
primero bocado que yo tomo me lo sacasen de la boca, ante que yo
lo tragase, é gelo diesen á comer, luego fablaria.
Et otra nescedad mayor vos diré: que aquel rey está
ciego é tiene una plancha de piedra en cabo de su casa; si
aquella fuese alzada, saldria una fuente de allí, é
cuantos ciegos se untasen los ojos con aquel agua, luego
guarescerian." Et desque fué amanescido fuéronse las
bestias de allí, é ellas de que se iban pasaban por
unos harruqueros
por allí, é Buena Verdad que estaba encima de aquel
árbol, que que habia miedo de lo que las bestias dijeran,
dió voces á los harruqueros que iban, é
dijeron los harruqueros: "Santa María, voces de homme son
aquellas que oimos, vamos allá." Et desque llegaron
fallaron á Buena Verdad do estaba encima del árbol,
é preguntáronle quién era, é dijo:
"Buena Verdad." Ellos dijéronle: "Amigo, ¿quién
te paró tal?" Et él díjoles: "Un mio
compañero; mas pídovos de mercet que me digades do
ides." Ellos dijeron: "Imos á tal reino con estas
mercadurías." Et díjoles: "Ruégovos que me
querais llevar allá por amor de Dios, é que me
pongades á la puerta del rey." Et los harruqueros dijeron
que les placia, é ficiéronlo ansí; et desque
se vió y, dijo al portero: "Amigo, ruégote que digas
al rey que está aquí un homme que lo
guarescerá de la ceguedad que él ha, et aun que le
mostrará con que su fija fable." Et el portero entró
é díjole al rey: "Señor, allí
está un homme que dice que vos sanará de los ojos,
si vos quisiéredes que entre delante vos." Et dijo estonce
el rey: "Amigo, dile que entre, é veremos lo que dice." El
portero fué é trájolo ante el rey; et desque
fué ante el rey, dijo: "Señor, la vuestra mercet sea
que mandeis alzar una plancha
que está en cabo de vuestro palacio, é saldrá
una fuente que cualquier ciego que se lavare los ojos en aquella
agua, luego será guarido, et señor, porque lo
creades lavarme-he-yo primero que non vos." El rey, desque
oyó aquello, mandó luego á sus hommes que
alzasen la plancha, é ansí commo fué alzada
salió luego la fuente, é vino la Verdad, é
lavó luego sus ojos, é nasciéronle luego los
ojos ansí commo de antes los solia haber. El rey
lavó luego sus ojos é cobró su vista, et
despues todos los hommes de la tierra, que cualquier ciego que
venia á se lavar los ojos con ella, luego eran guaridos.
Estonce dijo Buena Verdad al rey: "Señor, sea la vuestra
mercet que aun otra cosa te quiero mostrar: que quieras el domingo
parar tus hommes arrededor de las fuesas, é paren mientes
cuando veniere la raposa á tomar del pan que lievan las
buenas mujeres á ofrecer. El primer bocado que metiere en
la boca, échenle manos tus hommes á la raposa
á la garganta, é sáquengelo é non se
lo dejen comer, é dénlo á comer á tu
fija, é luego fablará. El rey mandólo facer
ansí commo él mandara, et los hommes desque hobieron
tomado el bocado á la raposa de la garganta, tanto hobieron
priesa de llevar el pan á la infanta con que fablase, que
non tovieron á la raposa et dejáronla ir, et la hora
que la infanta comió el pan, luego fabló. El rey
desque vió esto, mandó facer mucha mercet á
Buena Verdad: lo uno porque habia guarido á él de
los ojos, é lo otro porque habia guarescido á su
fija. Et los de la corte todos le facian mucha honra, é
iban con él fasta la posada, é dábanle muchos
dones por aquel bien que les habia fecho. Et yendo un dia por la
calle muy bien vestido é en buen caballo é muchas
compañas con él, encontró á Mala
Verdad é conoscióle luego, é
maravillóse mucho que le veia sano de los ojos é tan
bien andante, é fué á su posada, é
díjole: "Dios te salve, amigo." Et díjole Buena
Verdad: "Amigo, bien seas venido." "Amigo, quererte-y-a rogar que
me dijeses con qué guaresciste del mal de los ojos; ca
tengo un fijo ciego é querríalo sanar si podiese;
ruégote que me muestres cómmo deprendiese." Et todo
esto decia Mala Verdad por cuita de saber cómmo llegara
á aquella honra é á aquel estado. Estonce
Buena Verdad, que non sabe de ál sinon de verdad,
díjole: "¿Viste, amigo, cuando tú me sacaste
los ojos en el monte, é viste ese árbol grande en
que yo estaba? Con cuita subí en él, é
juntáronse y todas las animalias del mundo á facer
cabildo." Et contóle todo el fecho commo le acaesciera; et
Mala Verdad desque supo aquello, plógole mucho, é
fuese cuanto pudo para allá, é subióse encima
de aquel árbol. Et élestando y ahe-vos las bestias
que se juntaron á cabildo so aquel árbol, é
dijo una: "¿Estamos aquí todos?" Et dijeron todos:
"Comadre, sí." Et dijo: "Compadres, cuanto aquí dije
en otra noche, ansí fué dicho al rey, et
echáronme sus hommes mano á la garganta, que
á pocas non me afogaron." É dijo el uno: "Pues yo
non dije." É dijo el otro: "Yo non lo dije." Et juraron
todos que lo non dijeran. Et dijo la raposa: "Pues non lo
dijistes, quiera Dios que non nos aceche aquí alguno."
Estonce alzó los ojos arriba é vió á
Mala Verdad é dijo: "¿Allá estais vos? Yo vos
faré que mala pro vos faga el bocado que me sacastes de la
boca." Et dijo al oso: "Compadre, vos que sois mas ligero sobid
allá." É el oso sobió é
derribóla á tierra. Estonce despedazáronla
las bestias é comiéronla toda. Enxemplo. Deben para
mientes aquellos que quieren facer ó decir traiciones
ó falsedades, que si non se fallan á un año,
fallarse han á dos, et si non, fallarse han á los
diez; et si por ventura non lo facen por consejo ó por
mandado alguno, aquellos que gelo consejan ógelo mandan,
aquellos los tienen despues por partes; et aunque en su vida non
sefallen mal, fallarse han despues en la muerte, do les da Dios
tan mal gualardon por ello, commo dieron las animalias á
Mala Verdad
.
XXIX. Enxemplo del abispa con la araña.
Dijo el abispa á la araña: "Tú nunca
vuelas, mas siempre estás en los forados. Mas volaria yo en
un dia que non farias tú en diez." Dijo la araña:
"Yo te apostaré un cuartal de vino que non dices verdad."
La abispa dijo: "Bebamos primero el vino so este árbol." Et
dijo el araña: "Non quiero ahí, que non tengo
aguisada una cortina muy blanca é muy fermosa cual á
mí conviene; vámonos á mi casa é
allí nos sentaremos muy bien." E el abispa se fué
con el araña cuidando que decia verdad, et el araña
metió la en su tela, é luego que el abispa se
asentó en la tela, revolvióse la tela á sus
piés é á la cabeza, é comenzóse
á sacudir, mas non pudo salir dende. Estonce dijo la
abispa: "maldicha sea tal cortina onde el homme non puede salir."
"Ciertamente, dijo el araña, nunca de aquí
saldrás viva." Et allegóse á ella et
afogóla. El araña se entiende por el diablo que pone
este corazon á los hommes de tomar barraganas é
tomar riquezas é algo ajeno, que es mal ganado et despues
que en ello están non se pueden partir dello. Aquestas
cosas son dichas cortinas del diablo, é afógalos;
mas non saben cuándo nin cuándo non, si á un
dia, si á dos, si á diez, commo dice la fablilla de
Galter. Si alguna cosa comenzares, para mientes que salgas con
ella, así commo él fizo, que pasó las gradas,
diciendo queria catar á do siempre hobiese gozo é
sin tristeza.
XXX. Enxemplo de la mariposa.
Acaesció una vegada que la mariposa volaba por los
almendrales é por los otros árboles floridos
é por los manzanos; é desque hobo bien volado, vino
se asentar á un moradral
do estaba estiércol de bestias é de bueyes, é
falló allí á su mujer, et ella
preguntóle que de dónde venia, é él
respondióle: "Cerqué
la tierra é he volado por las flores de los almendros
é de los lilios, mas nunca fallé tan placentero
lugar commo este." Ansí es de muchos clérigos,
monjes é legos que aun las vidas de los santos non oyen,
é pasan por el valle de los lilios é por las rosas,
que se entienden por los confesores é por los
mártires, é por las violetas, que se entienden
confesores, mas ninguna vida de estas non les parece tan
placentera commo las malas mujeres ó su
compañía, que non son sinon estiércol
é allegamiento de pecados. Et por esto dice la Santa
Escriptura eclesiástica: "Toda mala mujer ansí commo
estiércol será fallada en el infierno." Pues
maldicha es tal mariposa á quien mejor paresce el
etiércol de pecado é los diablos que non Jesucristo,
ó de las golondrinas que ciegan los ojos que non face la
vida dellos; et por esto dice san Agustin: en tal manera ha
rompido el palacio del corazon é por la fiebre de sus
maldades.
[anterior][siguiente]