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XXI. Enxemplo del homme bueno con el lobo.

Acaesció ansí que un homme bueno se queria ir en romería, é habia doce ovejas, é encomendólas á su compadre el lobo que gelas guardase , é él juróle que gelas guardaria muy bien; ansí que el buen homme fuése á su romería, é el lobo guardó las ovejas en tal manera, que el un dia comia la una é el otro dia comia la otra, é cuando el buen homme vino, non falló mas de las tres. El homme bueno preguntó al lobo que qué era de las otras ovejas, é díjole que eran muertas todas con el fuerte tiempo que ficiera, é dijo el homme bueno: "Pues la ovejas son muertas, dame las pellejas." Cuando gelas dió, falló señales de los dientes del lobo. El señor de las ovejas dijo: "Amigo, razon es que mueras por lo que feciste; cata aquí la señal de los tus dientes," en guisa que por la señal que falló allí, fízolo enforcar. Bien ansí nuestro Señor Jesucristo acomendó sus ovejas, que se entiende por el su pueblo, á los obispos é á los curas. Et muchos dellos por sus malos enxemplos ó por su negligencia pierden las ovejas de Jesucristo; onde el mal prelado es condenado á tantas muertes é á tantos tormentos, cuantos enxemplos malos da á sus sujetos. Estonce Jesucristo que es señor de las ovejas, para enforcar los lobos en la forca del infierno, demanda los pellejos, que son los pecados por él cometidos. Otrosí, algunos hommes que andan en casa de algunos señores que se facen amigos de todos, é desque los pueden confondir confóndelos muy buenamente cuando pueden. Otrosí, es aun esto semejante á algunos hommes que vienen á casa de los señores á vevir, é fácense muy sirvientes, é están pensando en sus corazones cómmo los podrán matar con yerbas ó con otra manera; estos tales son semejantes á la gulpeja é al gallo.


XXII. Enxemplo de lo que acaesció á los hommes con los asnos.

Acaesció ansí que una vez unos hommes que traian unos asnos en romería, cargáronlos mucho é facíanlos andar todo el dia, é cuando no querian andar dábanles muchos palos. E un dia pasaban por un camino é fallaron un leon, é los hommes comenzaron á foir dél, é los asnos pensaron entre sí mesmos: que pues los hommes habian miedo de los leones, que tomasen ellos píeles de leones, é que las vistiesen, é luego habrian miedo los hommes dellos; é ficiéronlo ansí. Despues que los asnos se hobieron vestidas las pieles de los leones de la una pa(r)te é de la otra, los hommes fuian dellos cuidando que eran leones, é estando en esto los asnos, comenzaron á bramar, é los hommes escucharon é dijeron: "Estas voces de asno son mas que de leones; lleguémosnos á ellos é verémos qué son." Et llegaron tanto fasta que los vieron las colas é los piés, é dijeron: "Ciertamente estos son asnos, que non leones." É llegaron á ellos en manera que los tomaron é diéronles muchos palos. Estos hommes son los hommes falsos é perezosos de servir á Dios, é que toman la Orden de san Benito, mas por estar viciosos é porque los honren los hommes que non por servir á Dios; et estos tales á veces echan bramidos de asnos, que se entiende cuando fablan de lujuria é de otros vicios. Estonce podemos decir que la su palabra les faz manifiesto, et bien podemos entender que tales commo estos son asnos del diablo, mas non monjes.


XXIII. Enxemplo de lo que acaesció á Galter con una mujer.

Un homme, que habia nombre Galter, puso de ir buscar un lugar do siempre hobiese gozo é nunca pudiese su corazon entristecer; et tanto andido fasta que falló en una tierra una mujer muy fermosa, é era linda, é habia poco que muriera su marido. Et desque la vió Galter fuése para ella, et ella preguntóle qué queria, é él díjola: " Yo ando buscando dos cosas: la una que falle un lugar do siempre goze, que nunca mi corazon pueda ser triste." Et dijo la mujer estonce: "Si tú quisieras ser mi marido, folgarás aquí é habrás todo cuanto hobieres menester; ca darte-he yo casas, tierras, viñas é otros muchos vienes." Et fuéle mostrar su posada, é mostróle primeramente el palacio, é desque vió el palacio, plúgole mucho, é preguntó le á ella: "Decid, señora, ¿á do está la cama en que habemos de dormir de noche?" Ella fué é mostróle una cama, é en ella un leon, et en aquel lecho estaba de la una parte un oso, é de la otra un lobo, é de la otra muchos gusanos, é de la otra muchas sepientes. Et estonce dijo: "Las tus riquezas é los tus bienes, ¿hanme de durar para siempre?" Estonce respondió ella é dijo: "Dígote que non; ca mi marido que las habia, muerto es, é lo mismo te conviene á tí morir. ¿Vees este lecho?" Dijo él: "Sí." Dijo ella: "Aqueste oso te ha de matar: non sé si será la primera noche, ó á cabo de un año, ó á cabo de diez, ó si por ventura vivirás mas; otrosí, el lobo é los gusanos é las serpientes te han de tragar á tí é á todas tus cosas." Respondió: "Todas estas cosas son buenas, mas este lecho me espanta, que por tí nin por todo el mundo non estaria yo en él." Et despidióse della é fuése su camino, é fuése á un reino en que habia poco que era muerto el rey, é dijéronle los hommes del reino: "Galter, seades bien venido; rogámoste que nos digas qué es lo que buscas." El dijo: "Busco lugar do siempre goce é nunca haya pesar." E dijéronle los hommes: "Sey nuestro rey, é habrás todo lo que hobieses menester; cata aquí qué palacio é qué cámaras, qué riquezas." Entre todas las cosas que le mostraron, mostráronle un lecho que estaba guisado de otras tales bestias commo le mostrara la mujer, é dijo Galter: "Si yo fuere rey en esta tierra ¿habré de yacer en este lecho?" Dijéronle los otros: "Sí" Estonce dijo Galter: "Estas bestias que aquí están, facerme-han mal." "El oso te matará, las otras gastarán todo lo tuyo, ansí como ficieron á los otros reyes; mas no sabemos cuándo ni cuándo no." Respondió Galter: "Peligroso es este lecho, é el reino non lo tomaria por cosa del mundo, pues he de yacer en este lecho, é por esto me quiero ir." É fuése é andido tanto fasta que llegó á un palacio muy fermoso; todas las paredes é la madera eran de oro é de piedras preciosas, é los hommes que en él moraban ficiéronle señor del palacio é de todas las otras riquezas; desí á postremas mostráronle otro tal lecho commo los otros. Él espantóse mucho dél, ansí commo las otras veces, é fuése su camino, é acaesció que falló un viejo asentado al pié de una escalera, é la escalera estaba llegada á un muro, é en ella habia tres escalones . El viejo que estaba en la escalera preguntó a Galter que qué queria, él dijo: "Querria lugar en que siempre goce é en que nunca haya tristeza." É díjole el viejo: "Galter, sube por esta de tres escalones. É fallarás lo que cobdicias. " É Galter subió por la escalera é falló lo que cobdiciaba. Esto se entiende por muchos hommes que cobdician estas tres cosas, ó algunas dellas, é se entiende por muchos hommes que buscan fermosas mujeres por pecado, ó reinos, ó señoríos, ó dignidades, por honra, ó por oro ó por plata, ó por vanagloria ó por cobdicia; mas si bien parasen mientes en qué lecho han de dormir, non habrian cuidado de tales cosas, que cualquier homme ó mujer que viva en este pecado yace en mal lecho; commo por aquel oso que estaba á la cabecera del lecho se entiende la muerte que non perdona á ninguno en este mundo, alto nin bajo, nin pequeño, nin grand, é de aquel oso cuenta el Libro del Oso, commo la osa perdiera sus fijos.


XXIV. Enxemplo de la gulpeja con las gallinas.

Una gulpeja habia muy grand fambre, é vino al gallinero do estaban las gallinas é rogó á las gallinas que le abriesen la puerta, et ellas respondieron: "Non queremos abrir, ca nuestra enemiga eres é siempre nos feciste mal." Et ella les dijo: "Por todos los santos que son en paraíso vos juro de non vos facer mal." Et dijeron las gallinas: "Non queremos." Et dijo la gulpeja: "Bien me podedes creer; ca tanto estó aquejada de fambre é de frio, que si allá non me acojedes habré a morir de frio; é si moriere, Dios demandarlo-ha á vos é al gallo." Et las gallinas hobieron piedad della é abriéronle la puerta, é la gulpeja entró dentro é descansó un poco; é despues que fué escalentada é perdido el frio olvidó el prometimiento que ficiera, é tomó una gallina é matóla, é despues echólas á mal. La gulpeja se entiende por algunos hommes que son pobres é engañosos é llenos de baratos, que por tal que coman bien mandan que les abran las puertas de algun monasterio rico, por tal que puedan vevir con los simples monjes, é si los non acogen dicen que non han de ir á morir al mundo, é dicen que si allí mueren, que Dios demandará la su ánima á los monjes; et ellos habiendo piedad dél, déjanlo entrar, é acógenlo é fuelgan un poco en tiempo de la Pascua porque non sean conoscidos, é despues que son profesos tornarán é negarán todos los monjes é demandarán comeres delicados é honrados paños, mas que la Orden manda, é habiendo envidia del abad é diciendo mal de los otros, acúsanlos de pecado, en guisa que ansí los revuleven commo la gulpeja á las gallinas.


XXV. Enxemplo de lo que acaesció á la gulpeja con las ovejas.

Era una gulpeja tan cognoscida del ganado que todas las ovejas se guardaban della, en manera que las ovejas non salian fuera de su término nin se partian de enrededor de los canes que las guardaban. La gulpeja desque vió esto pensó entre sí diciendo: "Yo sé qué faré. Vestirme-he una piel de oveja, é entraré entre las ovejas, et cuando viere tiempo podré comer de los corderos é de las ovejas," et fízolo ansí. Bien ansí es de muchos que traen vestiduras blancas é parescen que son ovejas de Jesucristo é son falsos profetas; ca viven vestidos commo ovejas et de parte de dentro son lobos é gulpejas engañosas. Aquestos tales son religiosos falsos é falsos pecadores, ó los falsos clérigos que non quieren otra cosa de los hommes ricos, sinon tierras, ó viñas, ó posesiones; onde más querria yo un moro ó judío por vecino que non tal religioso; é si yo supiese que las vestiduras blancas me ficiesen santo, tantas me vestiria una sobre otra, fasta que non pudiese mas traer.


XXVI. Enxemplo del Conde con los mercaderes.

E
ra un Conde que habia de costumbre que robaba á cuantos pasaban por un camino. Los hommes que entendian esto facian ansí, que cuando lo veian foian muy fuertemente, et si podian armábanse et defendíanse muy fuertemente. Et el Conde cuando esto vió, tornóse muy bien él é todos los suyos é vestiéronse encima cogullas de monjes del Cistel, é fuéronse en pos una compaña de mercaderes; é los mercaderes cuando los vieron vestidos de hábitos blancos de monjes, dijeron: "Aquí vienen monjes é hommes buenos, é bien podrémos ir seguros con ellos." Et los mercaderes íbanse su paso, et el Conde é los suyos alcanzaron los mercaderes, et desque fueron llegados á ellos, desnudaron las cogullas é dieron en ellos en manera que los mataron é les tomaron cuanto traian. Aquesto mismo facen algunos monjes é religiosos que vienen á los ricos é se facen ante ellos muy santos, é si pueden llevan dellos cuanto han.


XXVII. Enxemplo de una oveja blanca é de un asno é un cabron.

Una oveja blanca é otra negra, é un asno é un cabron fablaban en religion, et dijo la oveja blanca: "Catad qué pellejo trayo yo; aquesto significa limpieza é honestidad que he de parte de dentro, é por esto valgo mas que ninguno de vos." Dijo la oveja negra: "Yo so de fuera negra, menospreciada; mas de dentro só fermosa, et acá en el mundo soy negra, é por esto menosprecio el mundo é lo tengo por sucio." Et dijo el asno: "Yo só mas santo que ninguno, que trayo cruz en los hombros é só semejante al crucifijo, et de mayores voces que ninguno." Et dijo el cabron: "Yo só mas santo que ninguno, ca soy vestido de cilicio, que se face de los cabellos de los cabras, é desí he muy grand barba que nunca me la rapé por tal que non parezca fermoso al mundo." Por estas cuatro maneras de bestias se entienden todas las maneras de las Ordenes: por las ovejas blancas se entienden todos todos cuanto son vestidos, ansí commo los del Cistel ó canónigos reglares de la Orden de Premostratenses; por la oveja prieta se entienden todos aquellos que visten hábitos prietos, ansí commo monjes prietos; et por el asno que trae cruz en las espaldas se entienden todos aquellos que traen hábitos con cruz, ansí commo los del Espistal, é commo los templeros , é commo los de San Juan; alguno toma destorpalo todo bien é así destorparé yo las entrañas de sus corazones, que ansí commo la os(a) que ha perdido sus fijos non perdona á ninguno, nin rico nin pobre. Los lobos se entienden por los señores dellos ó de los señores que han cuidado de sus almas que se salven, antes les consejan facer cosas que sean á honra del mundo é á pró de sus cuerpos; é á las veces les consejan mas á su pró dellos que non de sus señores por cobdicia de llevar algo dellos, é tanto que facen ellos pró con los señores, tanto les da que se dañen commo que se salven. Los gusanos roerán el cuerpo é lo tragarán: las serpientes son los diablos que llevarán las ánimas de los dapnados á las penas del infierno. Sobre todas las otras cosas nos guarde destas tres nuestro señor Dios; onde dícese en el libro Eclesiástico: "Cuando muere el homme, heredarlo-han serpientes é bestias é gusanos." El dapnado se parte en tres partes las serpientes, que se entienden por los diablos que lievan el alma; et los hommes que se entienden por las bestias que lieven en este mundo, ansí commo bestias é ansí commo lobos cobdiciosos que levarán los bienes de los muertos, é los gusanos comerán el cuerpo. Onde un grand señor encontró unos monjes que llevaban á enterrar un grand logrero; et preguntó el señor á los monjes que qué traian, et ellos respondiéronle que traian el cuerpo de aquel homme, é los dineros que los habia mandados. Et dijo el señor: "No será ansí, ca este homme mio fué, é vos é los gusanos al cuerpo, mas yo habré los dineros, et el diablo llevará el ánima." Si vos todos aquellos queredes salvar, facet ansí commo Galter que subió en la escalera dorada de Jacob de los tres escalones . El primero escalon se entiende haber el homme contricion de sus pecados é pesarle mucho porque los ha fechos, é poner en su corazon de nunca mas tornar en ellos. El segundo escalon es confesarse el homme verdaderamente; ca si el homme va á confesion é confiesa veinte pecados é deja uno membrándosele, cuando partiere de la confesion tiene todos los otros é uno de mas, porque non confiesa verdaderamente. El tercero escalon es mansar á Dios por penitencia de sus pecados, segun que gela diere su confesor. Otrosí, emendar su prójimo todos los tuertos que le tiene en cualquier manera que gelos hobiere fechos, o por tomar algo de lo suyo, ó por levanatarle falso testimonio, ó por haberle buscado mal con los señores, ó por otros tuertos muchos que se pueden acusar ó acaescer entre los hommes é entre las mujeres, ó por peleas ó por otros males, ca dice Jesucristo en el Evangelio: "Si fueres ofrecer al altar é se te membrare en el camino que tienes tuerto á tu vecino ó á tu prójimo, deja la ofrenda é vé, é fazle emienda; é desque le hobieres fecho emienda, tórnate á ofrecer." Et todo homme que ficiere estas tres cosas, que se entienden por tres escalones, si subiere por ellos, sepa que subirá á la gloria perdurable, do non habrá tristeza ninguna, á la cual gloria nos traya Dios, amen.


XXVIII. Enxemplo de los dos compañeros.

Una vegada aceaesció que dos compañeros que fallaron una grand compaña de ximios, é dijo el uno al otro: "Yo apostaré que gane yo agora mas por decir mentira que tú por decir verdad." Et dijo el otro: "Dígote que non farás: ca mas ganaré yo por decir verdad que tú por decir mentira; é si esto non crees, apostemos." Dijo el otro: "Pláceme." E desque hobieron fecho su apuesta, fué el mentiroso é llegóse á los ximios, é díjole un ximio que estaba y por mayoral de los otros: "Dí, amigo, ¿qué te paresce de nosotros?" Et respondió el mentiroso: "Parésceme, señor, que sois un rey muy poderoso, é estos otros ximios que son las mas fermosas cosas del mundo, é los hommes vos precian mucho." En manera que los lisonjeó tanto cuanto pudo, en guisa que por las lisonjas que les dijo, diéronle muy bien á comer, é honráronle mucho, é diéronle mucha plata é mucho oro é muchas otras riquezas. Et despues llegó el verdadero, é preguntáronle los ximios que qué le parescia de aquella compaña, et respondió el verdadero é dijo: "que nunca viera tan sucia compaña, nin tan feos, é que atales commo vos precian son locos. Estonce fuéronse para él é sacáronle los ojos, é desque le hobieron sacados los ojos, fuéronse é dejáronlo desamparado. Et estonce Buena Verdad oyó voces de osos é de lobos, é de otras bestias que andaban por el monte; é atentó lo mejor que pudo, é subióse en un árbol por miedo que le comerian las bestias. Et de que estaba encima de aquel árbol, hae vos las bestias que se ayuntaron todas á cabildo so el árbol, é preguntábanse las unas á las otras de qué tierra eran, ó que condiciones habian cada una de las bestias, ó con qué arte sabian cada una escapar de mano de los hommes, et dijo la raposa: "Yo só cerca de aquí, do hay un rey, é aquel rey es el mas nescio homme que yo nunca ví, é tiene una fija muda en casa; poderla-y-a ligeramente sanar si quisiese, sinon que non sabe." Et dijeron los otros: "¿ Cómmo seria eso?" Et dijo ella: "Yo vos lo diré: el domingo cuando van ofrecer las buenas mujeres é dejan el pan sobre las fuesas, é vo yo é rebato una torta, si el primero bocado que yo tomo me lo sacasen de la boca, ante que yo lo tragase, é gelo diesen á comer, luego fablaria. Et otra nescedad mayor vos diré: que aquel rey está ciego é tiene una plancha de piedra en cabo de su casa; si aquella fuese alzada, saldria una fuente de allí, é cuantos ciegos se untasen los ojos con aquel agua, luego guarescerian." Et desque fué amanescido fuéronse las bestias de allí, é ellas de que se iban pasaban por unos harruqueros por allí, é Buena Verdad que estaba encima de aquel árbol, que que habia miedo de lo que las bestias dijeran, dió voces á los harruqueros que iban, é dijeron los harruqueros: "Santa María, voces de homme son aquellas que oimos, vamos allá." Et desque llegaron fallaron á Buena Verdad do estaba encima del árbol, é preguntáronle quién era, é dijo: "Buena Verdad." Ellos dijéronle: "Amigo, ¿quién te paró tal?" Et él díjoles: "Un mio compañero; mas pídovos de mercet que me digades do ides." Ellos dijeron: "Imos á tal reino con estas mercadurías." Et díjoles: "Ruégovos que me querais llevar allá por amor de Dios, é que me pongades á la puerta del rey." Et los harruqueros dijeron que les placia, é ficiéronlo ansí; et desque se vió y, dijo al portero: "Amigo, ruégote que digas al rey que está aquí un homme que lo guarescerá de la ceguedad que él ha, et aun que le mostrará con que su fija fable." Et el portero entró é díjole al rey: "Señor, allí está un homme que dice que vos sanará de los ojos, si vos quisiéredes que entre delante vos." Et dijo estonce el rey: "Amigo, dile que entre, é veremos lo que dice." El portero fué é trájolo ante el rey; et desque fué ante el rey, dijo: "Señor, la vuestra mercet sea que mandeis alzar una plancha que está en cabo de vuestro palacio, é saldrá una fuente que cualquier ciego que se lavare los ojos en aquella agua, luego será guarido, et señor, porque lo creades lavarme-he-yo primero que non vos." El rey, desque oyó aquello, mandó luego á sus hommes que alzasen la plancha, é ansí commo fué alzada salió luego la fuente, é vino la Verdad, é lavó luego sus ojos, é nasciéronle luego los ojos ansí commo de antes los solia haber. El rey lavó luego sus ojos é cobró su vista, et despues todos los hommes de la tierra, que cualquier ciego que venia á se lavar los ojos con ella, luego eran guaridos. Estonce dijo Buena Verdad al rey: "Señor, sea la vuestra mercet que aun otra cosa te quiero mostrar: que quieras el domingo parar tus hommes arrededor de las fuesas, é paren mientes cuando veniere la raposa á tomar del pan que lievan las buenas mujeres á ofrecer. El primer bocado que metiere en la boca, échenle manos tus hommes á la raposa á la garganta, é sáquengelo é non se lo dejen comer, é dénlo á comer á tu fija, é luego fablará. El rey mandólo facer ansí commo él mandara, et los hommes desque hobieron tomado el bocado á la raposa de la garganta, tanto hobieron priesa de llevar el pan á la infanta con que fablase, que non tovieron á la raposa et dejáronla ir, et la hora que la infanta comió el pan, luego fabló. El rey desque vió esto, mandó facer mucha mercet á Buena Verdad: lo uno porque habia guarido á él de los ojos, é lo otro porque habia guarescido á su fija. Et los de la corte todos le facian mucha honra, é iban con él fasta la posada, é dábanle muchos dones por aquel bien que les habia fecho. Et yendo un dia por la calle muy bien vestido é en buen caballo é muchas compañas con él, encontró á Mala Verdad é conoscióle luego, é maravillóse mucho que le veia sano de los ojos é tan bien andante, é fué á su posada, é díjole: "Dios te salve, amigo." Et díjole Buena Verdad: "Amigo, bien seas venido." "Amigo, quererte-y-a rogar que me dijeses con qué guaresciste del mal de los ojos; ca tengo un fijo ciego é querríalo sanar si podiese; ruégote que me muestres cómmo deprendiese." Et todo esto decia Mala Verdad por cuita de saber cómmo llegara á aquella honra é á aquel estado. Estonce Buena Verdad, que non sabe de ál sinon de verdad, díjole: "¿Viste, amigo, cuando tú me sacaste los ojos en el monte, é viste ese árbol grande en que yo estaba? Con cuita subí en él, é juntáronse y todas las animalias del mundo á facer cabildo." Et contóle todo el fecho commo le acaesciera; et Mala Verdad desque supo aquello, plógole mucho, é fuese cuanto pudo para allá, é subióse encima de aquel árbol. Et élestando y ahe-vos las bestias que se juntaron á cabildo so aquel árbol, é dijo una: "¿Estamos aquí todos?" Et dijeron todos: "Comadre, sí." Et dijo: "Compadres, cuanto aquí dije en otra noche, ansí fué dicho al rey, et echáronme sus hommes mano á la garganta, que á pocas non me afogaron." É dijo el uno: "Pues yo non dije." É dijo el otro: "Yo non lo dije." Et juraron todos que lo non dijeran. Et dijo la raposa: "Pues non lo dijistes, quiera Dios que non nos aceche aquí alguno." Estonce alzó los ojos arriba é vió á Mala Verdad é dijo: "¿Allá estais vos? Yo vos faré que mala pro vos faga el bocado que me sacastes de la boca." Et dijo al oso: "Compadre, vos que sois mas ligero sobid allá." É el oso sobió é derribóla á tierra. Estonce despedazáronla las bestias é comiéronla toda. Enxemplo. Deben para mientes aquellos que quieren facer ó decir traiciones ó falsedades, que si non se fallan á un año, fallarse han á dos, et si non, fallarse han á los diez; et si por ventura non lo facen por consejo ó por mandado alguno, aquellos que gelo consejan ógelo mandan, aquellos los tienen despues por partes; et aunque en su vida non sefallen mal, fallarse han despues en la muerte, do les da Dios tan mal gualardon por ello, commo dieron las animalias á Mala Verdad .


XXIX. Enxemplo del abispa con la araña.

Dijo el abispa á la araña: "Tú nunca vuelas, mas siempre estás en los forados. Mas volaria yo en un dia que non farias tú en diez." Dijo la araña: "Yo te apostaré un cuartal de vino que non dices verdad." La abispa dijo: "Bebamos primero el vino so este árbol." Et dijo el araña: "Non quiero ahí, que non tengo aguisada una cortina muy blanca é muy fermosa cual á mí conviene; vámonos á mi casa é allí nos sentaremos muy bien." E el abispa se fué con el araña cuidando que decia verdad, et el araña metió la en su tela, é luego que el abispa se asentó en la tela, revolvióse la tela á sus piés é á la cabeza, é comenzóse á sacudir, mas non pudo salir dende. Estonce dijo la abispa: "maldicha sea tal cortina onde el homme non puede salir." "Ciertamente, dijo el araña, nunca de aquí saldrás viva." Et allegóse á ella et afogóla. El araña se entiende por el diablo que pone este corazon á los hommes de tomar barraganas é tomar riquezas é algo ajeno, que es mal ganado et despues que en ello están non se pueden partir dello. Aquestas cosas son dichas cortinas del diablo, é afógalos; mas non saben cuándo nin cuándo non, si á un dia, si á dos, si á diez, commo dice la fablilla de Galter. Si alguna cosa comenzares, para mientes que salgas con ella, así commo él fizo, que pasó las gradas, diciendo queria catar á do siempre hobiese gozo é sin tristeza.


XXX. Enxemplo de la mariposa.

Acaesció una vegada que la mariposa volaba por los almendrales é por los otros árboles floridos é por los manzanos; é desque hobo bien volado, vino se asentar á un moradral do estaba estiércol de bestias é de bueyes, é falló allí á su mujer, et ella preguntóle que de dónde venia, é él respondióle: "Cerqué la tierra é he volado por las flores de los almendros é de los lilios, mas nunca fallé tan placentero lugar commo este." Ansí es de muchos clérigos, monjes é legos que aun las vidas de los santos non oyen, é pasan por el valle de los lilios é por las rosas, que se entienden por los confesores é por los mártires, é por las violetas, que se entienden confesores, mas ninguna vida de estas non les parece tan placentera commo las malas mujeres ó su compañía, que non son sinon estiércol é allegamiento de pecados. Et por esto dice la Santa Escriptura eclesiástica: "Toda mala mujer ansí commo estiércol será fallada en el infierno." Pues maldicha es tal mariposa á quien mejor paresce el etiércol de pecado é los diablos que non Jesucristo, ó de las golondrinas que ciegan los ojos que non face la vida dellos; et por esto dice san Agustin: en tal manera ha rompido el palacio del corazon é por la fiebre de sus maldades.



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