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Capítulo .xxxv[i]j. Cómo A[s]calión propuso la décima quistión.

      Ascalión, que estava assentado junto al duque de Montoro, que era hombre anciano e muy experimentado en las armas, propuso desta manera: "Acuérdome que fue en nuestra ciudad una dueña noble de linaje, rica y hermosa, casada con /ev./ un cavallero del qual embiudó, y por causa de su fermosura era muy seguida y amada de muchos y, entre todos, dos cavalleros mancebos de mucho valor, cada uno dellos quanto más podía la amava. Uvo de ser que por causa dellos fue de sus parientes injustamente acusada de adulterio y trayda ante el señor de la ciudad, con falsos testigos le fue provado. Por lo qual fue condenada por sentencia que la quemassen, mas porque la conciencia del juez estava dudosa, que casi conocía la falsedad de los testigos, queriendo aventurar la vida de la dueña encomendándola a Dios y a la fortuna, añadió en la sentencia esta condición, que después que fuesse llevada al fuego, si se hallasse cavallero que por libralla de la culpa quisiesse combatir con otro que contra ella se oppusiesse diziendo que devía morir, que el que venciesse se hiziesse por él lo que defendía. Oyda la condición y sabida por los dos cavalleros, el que primero la supo armóse y salió al campo contradiziendo a qualquiera que defendiesse que la dueña devía morir. El segundo quando lo supo, estava el primero en el campo para defensa de la señora. Y visto que no podía otro tomar con él la misma boz, hallóse confuso e muy pesante porque le paresció que la dueña por aquella diligencia tomaría por servidor al primero y a él desecharía por aver sido negligente. E pensando esto, súbito se le figuró que si él, antes que otro, saliesse al campo y dixesse que la dueña devía morir y se dexasse vencer, que la libraría del peligro en que estava, y poniéndolo assí por obra la escapó desta manera, librándola de la muerte.
      Después de algunos días passados, el primero cavallero se fue para ella trayéndole a la memoria que pues él por librarla de la muerte avía aventurado y puesto su persona a risco de morir y a la merced de Dios y de sus fuerças, que le pedía tuviesse por bien de dalle su amor, que era la cosa que él más desseava alcançar.
      Vino después el segundo con semejante demanda diziendo que él se aventuró a morir por dalle la vida, e finalmente porque ella no mu/eijr./riesse tuvo por bien de dexarse vencer, de cuya causa se le avía seguido perpetua infamia, que pudiera alcançar honrrosa victoria si quisiera obrar sus fuerças contra su deliberación, que por esto le pedía le hiziesse merced de su amor. La dueña agradeció a cada uno benignamente lo que por ella hizieron, prometiendo devido galardón a entrambos por el servicio recebido. E vista su petición, quedó dubdosa a quál de los dos daría su amor. Vuestra alteza determine si lo dará al primero o al postrero."

 

Sumario de la quistión décima.

Una dueña sentenciando
por adulterio acusada
sálvala el juez hallando
quién defienda peleando
lo de que ha sido infamada.
Uno salió a lo hazer,
otro a dexarse vencer
porque otro aquel no venciesse.
Quál destos dos mereciesse
el amor desta muger
querría de vos saber.

 

Capítulo .xxxviij. Cómo la reyna respondió a la quistión.

      Diría yo que el primero deve de amar la dueña y desechar el segundo porque obró como esforçado y manifestó el buen amor con modo solícito, ofreciéndose a todo peligro fasta morir, el qual le pudiera acaecer por causa de la batalla también como le sucedió el bien, que cierto está que si fuera diligente a hazer armas con él uno de los enemigos de la dueña, estava a peligro de muerte defendiéndola, que a él no le fue manifiesto que avía de pelear con quien se dexasse vencer; el otro fue avisado al /eijv./ campo que ni él avía de morir ni dexar morir la dueña y por esso quien menos aventuró menos merece ganar. Dése pues al primero el amor de la dueña assí como al justo ganador y merecedor dél.

 

Capítulo .xxxix. De la contradición de Ascalión.

      A mí me parece, muy poderosa señora, que le basta al primer cavallero en lugar de galardón la honrra que se le sigue de lo que hizo, sin que pida otra, que ya él fue galardonado porque todos le honrraron por la victoria que uvo, y la honra recebida bastaría para galardón de otra mayor cosa que no la que fizo, y a mí no me parece que el segundo, que vino avisado con discreción, quede sin premio y vituperado de todos, aviendo assí como el primero, librado a la dueña, que no se deve de anteponer el seso a toda fuerça corporal (como éste fizo) si con la salud de la dueña ha de ser della por galardón desechado y, caso que esto sea, si el segundo no lo supo tan presto como el primero, aquesto no fue negligencia suya, que si lo supiera, por ventura primero quel otro saliera al campo y tomara la empresa que el otro tomó. E lo que este segundo tomó postrer remedio fue discretamente fecho, por cuya causa se le deve justamente seguir galardón. Y éste ha de ser el amor de la señora, si derechamente se juzga, aunque vuestra alteza dize lo contrario.

 

Capítulo .xl. Cómo la reyna determina que el segundo se deseche y el primero se ame.

      Maravíllome de vos, pues dezís quel viejo obrado a fin de hazer bien merezca el galardón que merece la virtud obrada por semejante fin. Antes en quanto vicio merece correción, y a la virtud ningún galardón mundano pueda justamente satisfazer. ¿Quién nos vedará que no podamos creer con justa razón que el segundo cavallero no por amor que a /eiijr./ la dueña tenía, antes embidioso del bien que al otro veya aparejado, por estorvársele, se metió en tal empresa?, que demasiado es de loco quien, so color de enemigo, trabaja de ayudar por recebir galardón, pues ay infinitos caminos con los quales es possible con clara amicicia poder mostrar qualquiera a otro el amor que le tiene sin mostrársele enemigo. E después, con palabras coloradas, querer mostrar que le ayudó. Básteos a vos esto por respuesta a quien la luenga hedad deve de hazer más discreto que a los otros, que creemos que después que ayáys pensado en estas pocas palabras que avemos dicho, hallaréys que nuestro juizio es verdadero y que se deve seguir antes que el vuestro.

 

Sumario de la respesta de la décima quistión.

El primero que movió
a poner su vida y fama
y otro aviso no llevó,
éste tal, sentencio yo,
que merece aver la dama
que fue virtuoso e fuerte,
incierto de vida o muerte,
el otro, cierto de vida.
Ella fue de ambos servida
no el servicio ygual en fuerte.


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