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Resumen |
En dos ejemplos tempranos de la novela sentimental española, la exposición abierta del estado anímico viene acompañada de una serie de procesos de pensamiento que cada vez adquieren una forma más concreta y que evidencian una organización efectiva de las formas de conocimiento. En Grimalte y Gradissa (1495) la mención de los estados anímicos solamente aparece en relación a procesos de (auto)evaluación,
mientras que en LC (1499) lo hace vinculada a una necesidad de interacción humana cada vez mayor. Puesto que los estados anímicos unidos a procesos de pensamiento desempeñan numerosas funciones de mediación en ambas obras, evidencian que las relaciones entre individuos, el mundo y su contexto se están volviendo frágiles en el paso a la Modernidad. [Adaptación del resumen de la autora] |
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