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AVIENDO (por la misericordia de Dios) ydo y venido a la santa ciudad de Hierusalem, y visitado lo que en ella ay, y lo demas de la tierra Santa, (como adelante se dira) muchos curiosos y devotos me han persuadido a que escriviesse este tan santo viage, para encender sus animos a procurar hazer el mismo camino, y ser informados de lo que para ello es menester. Y yo por condecender a sus desseos: y por el gusto que tengo de la dulce memoria de averlo andado, no me sera pesado hazer una breve relacion de todo lo que he visto. Y para dar mejor razon del movimiento que tuve para hazer esta peregrinacion, es menes-[5 v]ter començar desde que tiempo me incline a dessear ver cosas tan preciosas. Desde los primeros años de mi niñez me incline al arte de la musica, y en ella fuy enseñado de un hermano mio, llamado Pedro Guerrero, muy docto maestro. Y tal priessa me dio con su doctrina y castigo, que con mi buena voluntad de aprender, y ser mi ingenio acomodado a la dicha arte, en pocos años tuvo de mi alguna satisfacion. Despues por ausencia suya, desseando yo siempre mejorarme, me vali de la dotrina del grande y excelente maestro Christoval de Morales, el qual me encamino en la compostura de la musica bastantemente, para poder pretender qualquier Magisterio. Y assi a los diez y ocho años de mi edad fui recebido por maestro de capilla de la Iglesia cathedral de Jaen, con una Racion, adonde estuve tres años. En fin deste tiempo vine a Sevilla a visi-[6 r]tar mis padres, y el Cabildo de la santa Iglesia me mando, que les sirviesse de Cantor, con un salario bastante. Y yo por agradecer esta merced, y obedecer el mandato de mis padres, dexè lo que tenia en Jaen, teniendo por mucha honra la que en esto se me hazia, aunque fuera mayor la perdida de lo que dexava.
Desde a pocos meses de mi residencia en esta santa Iglesia, fuy llamado para el magisterio y Racion de la Iglesia de Malaga, y aviendose hecho examen entre seys opositores, fuy nombrado el primero, por el Obispo don Bernardo Manrique, y el Cabildo: y embiado el nombramiento a su Magestad, fuy proveydo por su mandado, y se tomo la possession por mi. Y poniendome en orden para yr a residir mi Racion, el Cabildo desta santa Iglesia de Sevilla, no permitio que yo dexasse su servicio. Y para que con mejor [6 v] titulo pudiesse dexar lo que ya posseya se ordeno que el maestro Pedro Fernandez maestro de Capilla de la santa Iglesia de Sevilla, y maestro de los maestros de España fuesse jubilado y se le diesse media Racion, y la otra media se me dio a mi, y mas el salario de Cantor, con cargo de enseñar y dar de comer, y lo demas necessario a los Seyses cantorcicos. Y que si le alcançasse de dias, entrasse yo en toda la Racion: Y assi estuvimos veynte y cinco años en compañia, y despues de sus dias, fuy proveydo con perpetuydad en toda la Racion con bulas Apostolicas.
Y como tenemos los deste officio por muy principal obligacion componer Chançonetas, y Villancicos, en loor del santissimo nacimiento de Jesu Christo nuestro salvador y dios, y de su santissima madre la virgen Maria nuestra señora, todas las vezes que me ocupaba en com-[7 r]poner las dichas Chançonetas y se nombrava Bethleem, se me acrecentava el desseo de ver, y celebrar en aquel Sacratissimo lugar, estos cantares en compañia y memoria de los Angeles y pastores que alli començaron a darnos lecion desta divina fiesta, y aunque esta pretension era cosa tan grande que me parecia estar muy lexos de conseguirla, por muchos inconvenientes que avia (especialmente el de mis padres) propuse (aunque no hize voto) de que si Dios me dava vida mas larga que a ellos, de hazer este sancto viaje: y assi despues que Dios los llevo desta vida, me parecio que tenia hecha la mayor parte deste camino. Estando siempre con este cuydado quando seria el tiempo de verme en este viaje, sucedio, que el año mil y quinientos y ochenta y ocho, nuestro santissimo y Beatissimo padre Papa Sixto Quinto, embio a llamar al Illustrissimo [7 v] y Reverendissimo Señor el Cardenal Don Rodrigo de Castro Arçobispo de Sevilla, y estando a punto para yr a Roma, le suplique me llevasse en su servicio, y pidiesse al Cabildo lo tuviesse por bien, y assi se hizo lo que su Señoria Illustrissima pidio. Llegados que fuymos a Madrid, como su Magestad le detuviesse, y el Verano entrava rezio de calores, determinò por entonces no passar de alli hasta que refrescasse el tiempo, y yo como desseoso de verme ya en Italia, y via esta nueva dilacion, supliquè a su Señoria Illustriss. me diesse licencia para yr a Venecia a estampar unos libros entretanto que se llegasse el tiempo de proseguir su jornada, porque al presente estavan en Cartagena las galeras del gran Duque de Florencia. El Cardenal no tan solamente me dio licencia mas tambien me hizo merced de darme el ayuda que fue menester para la jornada y assi [8 r] me fuy a embarcar a Cartagena, adonde halle otras galeras que estavan a punto de navegar.
Llegado a Genova, passe a Venecia, y llegue a los ocho de Agosto.
Lo primero que hize de mis negocios fue concertar la estampa de dos libros de musica. Y diziendome el Impressor que era menester para estamparlos mas de cinco meses, dixe a un amigo mio, en este tiempo pudiera yo hazer mi viage a Hierusalem. Respondiome, a buen tiempo aveys venido, que ay una nave buena y nueva que va a Tripol de Suria. Fue muy grande alegria para mi, y tomando a su cuenta la correccion de la estampa el maestro Joseph Zerlino, maestro de capilla de S.Marco, y de la Señoria de Venecia, varon doctissimo en la musica, y en las otras artes Liberales, me concerte con el escrivano de la nave lo que se suele pagar por cada per-[8 v]sona, que son cinco escudos por la embarcacion, y por comer con el Capitan siete escudos por cada mes.
Llevè desde España por mi compañero en todo este viage a Francisco Sanchez discipulo mio, y assi alegremente nos embarcamos a catorze dias del mes de Agosto, del año de mil y quinientos y ochenta y ocho, a los sessenta años de mi edad, sin temor del mar, ni de tantas naciones de enemigos como en esta peregrinacion ay, porque el gusto que tenia desta jornada hazia que todo me fuesse facil y suave.
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