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EL DIA SIGUIENTE que fueron quinze dias del dicho mes, y dia de la Assumpcion de nuestra Señora, començamos a navegar algo de espacio por ser el viento un poco flaco, y despues que mejorò el tiempo, llegamos a la ciudad de Parenço, que es en la provincia de Istria. Despues que de aqui salimos començamos prosperamente a navegar, passando por la costa de Dalmacia, tierra y patria del bienaventurado sant Hieronymo, y por la Esclavonia, y Albania, llegamos en quinze dias a la Isla del Zante, tierra en la Grecia de Venecianos, que son trezientas leguas de Venecia, dexando a la mano siniestra la Isla de la Chafalonia, y golfo de Lepanto, donde fue la gran batalla de la armada y liga Christiana con la de los Turcos, y tuvo la victoria la parte Christiana, siendo general della [9 v] el serenissimo señor don Juan de Austria, hermano del Rey don Philippe nuestro señor. Estuvimos en el Zante quatro dias.
Esta Isla del Zante es bien proveyda de lo que es menester para la vida humana, especialmente de Vino, que lo ay en abundancia, y es muy excelente, donde vienen a cargar de Levante y Poniente muchas naves, y para todas ay abundantemente. Toda la tierra es de Griegos, aunque los Governadores son Venecianos como señores de la tierra. Ay Obispo Griego, y otro Latino. Son dos poblaciones, una junto al mar, y otra en un cerro alto, donde està la fortaleza. La mayor parte de las yglesias son de Griegos. Ay un convento pequeño de frayles Franciscos, donde dezimos missa los Latinos. Aqui oymos una missa a los Griegos, y la officiaron de canto llano algunos eclesiasticos, y legos.
Su canto es muy simple, e ignorante. La missa se dize con devocion, y muchas cerimonias, y una de ellas es, que la ofrenda que tienen de pan y vino que se ha de consagrar, el Sacerdote sale de un altar por una puerta que lo divide del cuerpo de la Iglesia, y da una buelta por ella, y vuelvese al altar, trayendo en la cabeça el Caliz y el [10 r] pan todo cubierto, el qual es fermentado, y va un ministro incensando delante, y estan los Griegos de Rodillas adorando aun lo que no està consagrado.
Esta tierra de la Isla del Zante, està cerca y frontero de la Morea, que es Corinthio, adonde sant Pablo escrivio dos de sus epistolas.
Partidos del Zante, nos engolfamos hasta llegar a la Isla de Candia, que por otro nombre se llama Creta: que seran dozientas leguas. Fuymos costeandola, casi cien leguas, y sin desembarcar en ella entramos por otro golfo, que seran otras dozientas leguas poco mas, y llegamos a la Isla de Cipro, tierra hermosissima, y fertil, de todo lo que se puede dessear. Esta Isla, y Reyno, posseen los Turcos de veynte años a esta parte, ganando la por fuerça de armas a los Venecianos, que eran señores della: aunque se quedaron los naturales en ella con sus casas, y haziendas, empero subjetos a los Turcos, como señores dellos, y de la tierra. Son los moradores della Griegos y Latinos, llegamos a una ciudad desta Isla que se llama Limisol en veynte y siete dias desde que salimos de Venecia. [10 v] Desembarcados en la dicha ciudad començamos a tratar con los Turcos, y aunque al principio de nuestra entrada andavamos con miedo, desde a pocas horas ya los miravamos y saludavamos sin miedo, porque como los Venecianos tienen paz con ellos y nosotros los peregrinos vamos a titulo de Venecianos, hablando en esta lengua, no avia que temer. Esta ciudad de Limisol, esta muy mal tratada desde el tiempo de la guerra. La fortaleza està hecha ceniza de la gran bateria que le dieron los Turcos, y la mayor parte de las casas, y la Iglesia y Cruzes de piedra que avia en la entrada de la ciudad, està todo derribado. Ay en esta Isla muchas cosas necesarias y regaladas para la vida, mucho pan, y vino, y açucar, y gran suma de algodon, donde cargan muchas naves para Levante y Poniente. Ay aqui un Consul de la nacion de Italia y Francia, que es el que està de por medio entre los Turcos y Christianos, y con este tratamos nuestros negocios. Fuymos a su posada y nos regalò en ella, y del supimos de la guerra que el Turco tiene en Persia, y de las compañias de gente de guerra que passan por la Caramania que està muy cerca de aqui en la tierra firme de Asia, y de la [11 r] buena ocasion que al presente avia para poder tomar a cobrar este Reyno por la poca guardia que los turcos tienen en el. Mas por demas es pensar en este caso, porque ya tenemos experiencia, que lo que estos barbaros una vez conquistan, tarde lo pierden.
Estando en esta ciudad de Limisol, nos dixo nuestro Capitan, que avia de estar con su nave mas de veynte dias, y de alli se avia de yr a Tripol de Suria, que le parecia que de alli nos fuessemos a Jafa puerto de la tierra Sancta, distante de Hierusalem doze leguas, y que ganassemos estos dias: y assi nos concerto a quatro peregrinos con un barquero que tenia tres compañeros, y dezia que eran Christianos: estos llevavan su barca cargada de algarrovas a la ciudad de Damiatha, en Egypto, y concertados en el precio que fueron veynte y cinco zequies, que cada zequi vale quinze Reales de España, y en quatro dias llegamos al puerto de Jafa que son ciento y veynte leguas de la Ciudad de Limisol. Fue alegrissima vista a todos quando descubrimos tierra que con tanta razon se dize Santa, antes de llegar a Jafa vimos la ciudad Cesarea de Palestina, y otros pueblos, aunque ni llegamos [11 v] a ellos, por yr con buen tiempo, y llegar con brevedad al puerto desseado: estuvimos en llegar a Jafa desde Venecia treynta y dos dias.
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