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CAPITULO SIETE DE LA Iglesia del Calvarie, y sancto Sepulchro.

 

AVIENDO ya visto lo que toca a Bethlem, pedimos al Guardian diesse orden como entrassemos en la Yglesia del sancto Sepulchro, y Calvarie, y concertado el dia y hora con el Subasi, que es el Governador de la ciudad, y tiene las llaves de la sancta Iglesia. (la qual siempre està cerrada, y no se abre sino, quando el quiere, o es avissado del Guardian para que entren frayles, o peregrinos, o alguna de las otras naciones Christianas) Llegado el dia que fue Jueves en la tarde, vino el Subasi con el Escrivano y portero, y sentose a la puerta de la sancta Iglesia en un poyo, sobre un tapete y coxines de terciopelo, y llego el Guardian con otros frayles, y un Christiano de la tierra que se llama Ana, muy buen hombre y fiel interprete del con-[32 r]vento, que habla bien Italiano, y su lengua Arabica, que es la comun en toda Palestina y Siria. Llegados siete peregrinos que eramos, dio el Guardian cuenta al Subasi Turco, de nosotros, y preguntandome a mi nuestro interprete (que era el primero) como tenia por nombre, le respondi que mi nombre era Alberto: porque pareciesse nombre Tudesco, y no Español, que es cosa peligrosa que sepan que somos Españoles, porque piensan que somos espias, y nos toman por esclavos, y con hablar Italiano los asseguramos desta sospecha.

El Turco escrivio mi nombre con una pluma de caña, y dile nueve zequies de oro, que cada uno vale quinze reales, y lo mesmo dio mi compañero. Los frayles sacerdotes ningun[a co]sa pagan, los frayles legos pagan la [mita]d, esto es la primera vez que se entra en la sancta Iglesia, que despues todas las vezes que se abre se entra con no mas de dar uno, o dos maydines al portero.

Entrando la puerta adentro desta santissima Iglesia, no puede estar la vista un momento ociosa, y assi luego nos ocupamos en mirar de arriba abaxo lo que ay en ella.

Lo primero que se nos ofrece es, el lugar [32 v] donde fue ungido nuestro Redemptor para sepultarle: y a la mano derecha en la misma nave, es el sanctissimo monte Calvarie.

A la mano siniestra en la nave del medio, frontero de la puerta del coro al Poniente, es el sancto sepulchro de nuestro Redemptor. En medio de la Iglesia està el coro, el qual tiene quatro sillas Patriarchales adonde algun tiempo estuvieron juntos los principales Patriarchas de la Christiandad. Tienenlo a su cargo los Griegos, y alli tienen su altar mayor de figuras de sanctos muy bien pintados y dorados: las naves son derechas, excepto que a la parte del Oriente, y Poniente, son redondas a manera de Coliseo. La Iglesia es de hermosa fabrica: en lo alto en algunas partes es de mosayco, y las paredes estuvieron otro tiempo cubiertas de marmol, agora està descubierta la piedra: no pierde su hermosura esta excelentissima fabrica, aunque le falta esto.

Las naciones de Christianos que ay en Hierusalem de diversos Reynos, y Provincias, y lenguas, son estas.

 

Latinos.

 

Jacobitas.

 

Griegos.

 

Abisinos.

 

Armenios.

 

Surianos.

 

Gorgios.

 

Maronitas.

[33 r]

De cada una destas naciones ay dos, o tres Religiosos, repartidos por las capillas desta sancta Iglesia, los quales dizen el officio divino cada uno a su modo y lengua, y tienen cuydado de sus lamparas que esten encendidas y limpias. La estancia de nuestros frayles Franciscos Latinos es la mejor, porque tienen refectorio, y dormitorio, y todo lo que basta para poder estar treynta personas. Estas naciones comen, y duermen dentro en esta santa Iglesia, y assi mesmo los peregrinos que dentro della estan, dandoles de comer y lo que piden por un agujero que tiene la puerta como ventana que cruza con dos barretas de hierro. Por esta ventana hablan y negocian, y se vee un pedaço de la Iglesia desde la puerta. Por esta ventana hazen oracion los de fuera. Tiene puesta el Turco tal orden para que tengan conformidad y hermandad entre si estas naciones, la una con la otra, que si una lampara se estuviesse apagando, y quisiesse el vezino atizalla por comedimiento, le penarian en muchos ducados, y assi con este rigor ay summa paz entre todos, y nadie se entremete en el negocio del otro.

Los Santuarios son comunes de todos, en quanto a visitarlos a qualquiera hora que [33 v] cada uno quiere, porque todos estan perpetuamente abiertos: y como la puerta de la Iglesia està siempre cerrada, està todo lo de dentro muy guardado: y assi es gran contento y devocion poder entrar libremente a todos los Santuarios desta dicha sancta Iglesia, assi de noche como de dia, porque es grande el alegria que ay en ella, por la muchedumbre de lamparas que arden siempre. Tambien es comun de todos tener lamparas en cada Santuario, unos mas, y otros menos, y cada uno cuyda de las suyas.

Començamos nuestra procession peregrinos y frayles en esta sancta Iglesia, con velas encendidas, cantando el hymno y antiphona del Santuario que vamos a visitar: y llegando el que va vestido de Preste, nos dize el misterio que alli passò, con la indulgencia que se gana.

Fue la primera estacion una capilla que se dize, la carcel de nuestro Salvador, en la qual estuvo en tanto que los Judios esperavan, que la Cruz y el lugar donde ponella fuesse aparejado.

Passando mas adelante visitamos una capilla en la qual los soldados que prendieron a Christo echaron suertes sobre sus vestiduras. [34 r] Passando mas adelante entramos por una puerta, y baxando treynta escalones, llegamos a la capilla de sancta Helena madre del Emperador Constantino, donde està una silla de piedra junto a un altar en que ella se sentava mientras yvan cavando mas abaxo buscando la Cruz.

Aqui en esta silla de sancta Helena, ay muchas indulgencias. Baxamos otros onze, o doze escalones, los quales son de la mesma peña del monte Calvarie donde sancta Helena hallò la Cruz de Christo nuestro Redemptor, y el titulo, y clavos, y las demas Cruzes de los ladrones: llamanse estas Capillas la invencion de la Cruz. Estan muy bien fabricadas, y muy espaciosas, aunque estan debaxo de tierra que corresponde al Calvarie.

Salidos desta Capilla, visitamos otra donde està un pedaço de una columna donde Christo estuvo assentado quando los ministros de Pilato despues de averle açotado le coronaron de espinas. De aqui fuymos a visitar el sagrado monte Calvarie, subimos a el por diez y nueve escalones, que parece que entramos el Cielo. Estando en lo alto, vimos una capilla que son dos estancias a modo de tribuna, que corresponde [34 v] a la primera nave de la Iglesia. En la primera es el lugar sacratissimo donde fue el hijo de Dios ensalçado en la Cruz. En este lugar està el agujero donde estuvo la sancta Cruz fixada, tiene un brocal de plata, y poniendo en el los ojos y boca, lo adoramos y besamos como Santuario tan admirable. Dentro deste precioso agujero pusimos los braços desnudos: terna de hondura como tres palmos. A los lados estan señalados los lugares de las Cruzes de los Ladrones, que me parece que tocavan una Cruz con otra. Ay entre la Cruz de Christo y el mal Ladron, un abertura en la peña de siete palmos en largo, y mas de uno en ancho, que llega a lo baxo de la invencion de la Cruz: esta se hizo, quando Christo nuestro Redemptor espirò. En la otra parte de la capilla a tres passos es el lugar donde Christo fue enclavado, estando la Cruz en el suelo, y de alli le levantaron y pusieron en el lugar que està dicho. Ay una señal de muchas labores de jaspe y marmol, donde passò este mysterio. Esta Capilla que se dize de la Crucifixion, y la parte donde fue levantado, toda està cubierta de hermosissimo marmol, y jaspe de muchas labores, y el techo todo es de mosayco, donde estan colgadas mas de cin[35 r]cuenta lamparas de todas las naciones Christianas. Dezimos missa en la parte de la Crucifixion que se divide con una cortina del lugar do estuvo fixada la Cruz. Diximos la el Viernes siguiente del dia que entramos: fue de la passion segun sant Juan. No se puede dezir la grande devocion que alli se halla, considerando que todo lo que en el Evangelio dezimos, se obrò en aquel sanctissimo lugar.

La parte donde nuestro Redemptor fue enclavado, està a cargo de los frayles Franciscos. La parte do estuvo crucificado, està al de los frayles que se llaman Gorgianos, estos son en estremo devotissimos, que no se quitan de este sagrado lugar, rezando y cantando: son sanctissimos varones de gran abstinencia y pobreza. Esta estancia del sacro monte Calvarie, es tan agradable y devota para el alma y el cuerpo, que no cansa estar en ella, que parece que estamos en el Parayso.

Muy bien parecian aqui cantando algunos discretos musicos las lamentaciones de Hieremias, mirando y considerando el Calvarie y sancto Sepulchro, porque ambas cosas se pueden ver juntas.

Baxando deste sacro lugar, llegamos al [35 v] medio de la nave primera que ya hemos dicho, a una losa grande pegada en el suelo, cercada de una rexa de hierro de un palmo en alto, y encima estan colgadas ocho, o nueve lamparas de todas las naciones. Este lugar es donde Christo nuestro Redemptor fue ungido para sepultarle, por sus devotos siervos Nicodemus, y Joseph Abarimathia, en presencia de la virgen nuestra Señora, y de las demas sanctas mugeres, y de su amado discipulo sant Juan. Este sancto lugar està enfrente de la puerta de la Iglesia, y por la ventana que en ella ay se vee, y los de fuera hazen oracion, y ganan las indulgencias que en ella ay.

De aqui al sancto Sepulcro avra como quarenta passos hazia el Poniente, dentro desta sancta Iglesia. Esta inestimable reliquia, tienen a cargo nuestros frayles, y solos los Latinos dezimos en el missa. La forma del sancto Sepulchro es esta. Antes de la entrada ay una capilla pequeña quadrada, donde cabran diez, o doze personas, y en medio della està una piedra de dos palmos en alto, y otros dos de gruesso.

En esta piedra se dize, que el angel estava sentado quando hablo a las Marias, diziendoles como ya era resuscitado nuestro [36 r] Salvador. Por esta Capilla se entra a otra tan pequeña, que la puerta sera de quatro palmos en alto, y tres de ancho. A la mano derecha està el sancto Sepulchro de nuestro Salvador, donde estuvo su sanctissimo cuerpo, y adonde resuscitò. Es un altar como un arca, cubierto con una losa de marmol. Sobre este preciosissimo Sepulchro dezimos missa, y no cabe mas del Sacerdote, y el que ayuda. El vazio nadie lo vee, empero lo de encima, todos lo gozan y tratan con sus manos, y boca, y ojos.

Encima deste sanctissimo sepulchro, arden muchas lamparas de todas las naciones. Aqui dixe missa por la misericordia de Dios y el officio della fue de la Resurrecion, que fue de grande alegria para mi quando dezia en el Evangelio, Surrexit non est hic, ecce locus, ubi posuerunt eum. Señalando con el dedo el lugar donde estuvo nuestro Salvador. Ciertamente digo, que mueve grandemente esta representacion tan verdadera.

Esta capilla del sancto Sepulchro, aunque es por de dentro quadrada, por defuera es redonda, cubiertas las paredes de marmol.

Encima està un chapitel de columnas muy bien labrado, que haze por defuera muy [36 v] buena vista: està en medio de un circuyto de grandes columnas sin tocar a ninguna parte. El zimborio de la Iglesia que le corresponde, es una media naranja de madera de Cedro muy antigua. Y en medio ay una grande abertura como corona, por donde entra la lumbre a todo lo baxo. A la una parte de lo alto està el retrato de santa Helena, y de la otra el del Emperador Constantino su hijo, de rico mosayco muy antiguo; y otras figuras de Sanctos, que casi no se parecen de muy mal tratadas de la antiguedad del tiempo.

Salidos deste sanctissimo lugar, como diez passos a mano siniestra, estan dos piedras redondas de marmol en el suelo, la una apartada de la otra como tres passos: en la una estuvo Christo nuestro Redemptor despues de resuscitado, y en la otra Maria Magdalena quando le aparecio en figura de hortelano y le dixo, Noli me tangere.

De alli nos entramos en la capilla y coro de nuestros frayles Franciscos, la qual dizen que es donde nuestro Redemptor despues de resuscitado aparecio a su sanctissima madre. A la entrada desta capilla, està en la pared, dentro de una rexa que podemos llegar los dedos, un pedaço de la co-[37 r]lumna en que Christo fue açotado. Con esta estacion acabamos lo desta sanctissima Iglesia. Y en los quatro dias y noches que alli estuvimos encerrados, reyteramos muchas vezes estas estaciones a solas y en procession. A la media noche es gran contento oyr a todas estas naciones dezir Maytines, y a cada uno en su lengua y canto.

Salidos desta sancta Iglesia a las espaldas de la capilla mayor, y en lo mas alto della, que es parte del monte Calvarie, visitamos una capilla donde fue el sacrificio de Abraham.

Otra capilla visitamos cerca desta, que es adonde Melichisedech le ofrecio pan y vino. Estas capillas tienen frayles de Ethiopia. Bueltos a nuestro convento de sant Salvador, estuvimos algunos dias esperando a nuestro Truciman para tratar de nuestra buelta. En estos dias reyteramos muchas vezes las demas estaciones del monte Syon, y Olivete. A este tiempo llegaron a Hierusalem quatro frayles Franciscos que venian del Cayro, los dos Italianos y los dos Españoles, el principal dellos se llamava fray Matheo Salerno, hombre noble, del Reyno de Napoles, y muy virtuoso, que venia por Comissario de Hierusalem. El uno de los [37 v] Españoles se llama fray Luys de Quesada natural de Sevilla. Este padre Salerno traxo dineros y muchas joyas para el servicio del sancto Sepulchro: avia muchas toallas, y corporales, y hijuelas muy ricas, que embiavan por ofrenda, señoras de España, y de Italia. Llevava assi mesmo un rico Caliz, que el Rey don Phelippe nuestro señor embiò: y otro Caliz y una lampara del gran Duque de Florencia muy rico. Todo esto me mostro a mi en la sacristia del monesterio por dar contento a mi desseo, y el holgo porque fuesse dello testigo. Despues que estos frayles anduvieron las estaciones en diez, o doze dias, en las quales yo les acompañe, porque nunca cansa el yr y venir a ellas. Tratamos de nuestra buelta a Italia porque no teniamos mas que hazer. Y yendo y viniendo nuestro Atala a dezirnos que nos bolviessemos con el a Jafa, el padre Salerno dixo, que en ninguna manera queria yr por mar la costa de Palestina, porque estava ya el Invierno, y assi se resolvio en yr por tierra hasta Tripol, y yo tambien en yr en su compañia. Y aviendo yo estado un mes en la sancta Ciudad, y los frayles quinze dias, dimos orden en nuestra partida. [38 r] Cada uno de los peregrinos dio al Guardian la limosna que le parecio de manera, que nuestro hospedage no quedasse desagradecido.

El Guardian nos dio las patentes, y testimonio de nuestra entrada en Hierusalem, escriptas en pergamino, y con el sello del sancto Cenaculo.

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