[8][Colofón]


Síguense muchos
Sonetos de diversos
auctores. Y este
primero haze el
Auctor en loor
de todos los
que se
siguen.

/Fo.lxxvij.r/
			  Sonetos que sonáys lindos primores
			Con el papel y tinta noche y día
			Sin comprehender de quién es la porfía
			¡O, quán dichosos son vuestros auctores!
			  Porqu'en solo aplicaros los errores
			No sabe el detractor dó los embía,
			Y el sabio que alabaros pretendía
			Es impossible daros los loores.
			  Sonetos, no's quexeys si atrevimiento
			Ha sido rebolveros con los míos,
			Que necessaria fue vuestra presencia.
			  Porque con vuestro gran merescimiento
			Y arroyo de vuestros caudales ríos
			Ternán de merescer qualque aparencia.
[/Fo.lxxvij.v/]

Soneto.

			  Peynando la Diana sus cabellos
			a su querido Phebo le dezía:
			"Tú qu'el mundo rodeas cada día,
			¿has visto, mi señor, otros más bellos?"
			  Tras esto hizo luego trença dellos
			de tal color, qu'el oro escurescía.
			Y en ver que Phebo no le respondía
			con rabia començó a descomponellos,
			  diziendo: "Pues que tarda tu respuesta
			por la laguna Estigia te conjuro
			que me digas verdad", dixo Diana.
			  Respondió Phebo: "Fuerte jura es esta,
			mejores que los tuyos, yo te juro
			los vide ayer peynar a una ventana."

Soneto.

			  Dardanio con el cuento del cayado
			el nombre y la figura desazía
			de una hermosa nimpha qu'él havía
			en mil cortezas de árboles pintado.
			  Y con un triste gesto, y demudado,
			con un hay que del alma le salía
			"¡Hay traydora Maranta!", le dezía,
			"en quien puse mi seso y cuydado.
			  Si pudiesse del alma tu retrato
			quitar, qual destos árboles lo quito,
			no harías tú mi vida ser tan corta.
			  Más hay quan por demás triste me mato
			que lo qu'está en el coraçón escrito,
			borrallo en la corteza poco importa."
/Fo.lxxviij.r/

Soneto.

			  Por no sentir el grave mal que siento,
			querría ver perdidos mis sentidos,
			por despedir lamentos doloridos
			querría ver mi pecho sin aliento.
			  Mas contemplando al fin que mi tormento
			suele parar en gozos muy crescidos,
			para mejor tenellos merescidos
			querría en mí creciesse el sentimiento.
			  Busca mi mal por dónde desespere,
			mi grande confiança lo desvía,
			contrarios son los que mi alma muestra.
			  Yo seguiré do mi tormento guía,
			que ya que gualardón de amor no espere,
			honra será morir por causa vuestra.

Soneto.

			  En el sobervio mar se vio metido
			Leandro y de sus ondas trastornado,
			y menos del temor de muerte helado,
			que del fuego de amores encendido.
			  Quedando congoxoso, y opprimido,
			de aliento y fuerça ya desamparado
			de aquel estorbo solo desmayado
			muy más que de su muerte entristecido.
			  Habló desta manera, mas fue en vano,
			echando el alma n'el postrer accento
			con una boz cansada, y dolorida:
			  "¡O riguroso mar, o ayrado viento
			dexadme donde voy allegad sano,
			y luego me ahogad a la venida!"
[/Fo.lxxviij.v/]

Soneto.

			  Ero, a quien mil cuydados combatían
			ni jamás sobresaltos la dexavan,
			temerosas sospechas la 'spantavan,
			pensamientos de amor la 'ntristecían.
			  Las altas ondas nuevas le tra¥n
			de cómo a su Leandro maltratavan,
			los furiosos vientos derribavan
			la seña y luz que sus manos ponían.
			  Con gran temblor, y semejante pena
			a la orilla del mar en la mañana
			su Leandro vió tendido en el arena.
			  De bivir más, perdió luego la gana,
			elósele la sangre en cada vena,
			y en un punto s'echó de la ventana.

Soneto.

			  Mejor vacas yreys sin mi govierno,
			paced, seguid, corred vuestros antojos
			que yo no's llevaré son por abrojos
			por aguas turvias de perpétuo ynvierno.
			  En villa rechapado manso, y tierno
			estando libre fuera de cordojos,
			hiriéronme malgrado los mis ojos,
			pues yo los heriré de llanto eterno.
			  ¡O toros muy amados, o novillos
			huýd de mí qu'estoy amodorrido,
			herido del amor, suspenso, ciego!
			  Vosotros hos guardad como agudillos,
			que mal hos guardará un pastor perdido
			sin seso, sin amparo, sin sossiego.
/Fo.lxxviiij.r/

Soneto.

			  Encierra, o claro sol de hermosura,
			tu luz, y dexa ver essas estrellas,
			¿no ves que ningún modo dexa vellas
			el grande resplandor de tu figura?
			  Qué petición la mía, y qué locura,
			tu claridad estiende en medio dellas,
			conozcan que ante ti son todas ellas
			como es ante lo bivo la pintura.
			  Si alguno contradize lo que digo,
			si alguno tiene falso el pensamiento,
			si alguno de pequeña luz se ciega,
			  quien no tiene passión me sea testigo,
			que a tu beldad, valor, merescimiento
			de quantas visto he ninguna allega.

Soneto.

			  A una nimpha vi que se peynava
			con un peyne de plata l'oro fino,
			que sobre'l pecho, y cuello christalino
			s'esparze y su blancura matizava.
			  Y quando con el peyne lo apartava,
			se vía el cuello y pecho qu'es tan dino,
			y un rostro que miralle es desatino
			pues como ciega el sol assí cegava.
			  Bolviendo sobre mí, que no fue poco,
			le dixe: "Gracia es esta y ermosura
			para causar cien mil competidores.
			  Quien cuerdo fuere, aquí será más loco,
			que no puede, señora, haver cordura
			mayor que 'nloquecer por tus amores."
[/Fo.lxxviiij.v/]

Soneto.

			  Silvano y Nemoroso, apassionados
			entrambos por Selvagia grandemente
			ant'ella de rodillas humildemente
			le ruega cada qual por sus cuydados.
			  Silvano con accentos entonados
			bien sabe querellarse tiernamente,
			mas Nemoroso calla el mal que siente,
			porqu'es común lenguaje de cuytados.
			  Valer quiere Selvagia al que más pena
			y al otro dar entero desengaño,
			al que callava en fin quiso entregarse.
			  -Tuya, -dize, -es pastor la suerte buena,
			que essotro no padesce mal tamaño
			pues no impide a la lengua el publicarse.

Soneto en siete lenguages.

			  Amator sum infelix omicida
			de me per qui de amarte sempre may,
			sens esperar de mos torments espay,
			merced y amor en años mil de vida.
			  Ollay, ollay vos miña ben querida
			mon gay pensier que ma trasit en fay
			espavordit, e viure ab dols, e glay
			dulcis pro te preclara semper lida.
			  Guarda pur ben que morte, e sepultura
			han de dar fi a vida tan penada,
			que de cruel no seas blasonada.
			  Pus Deus non fiz crudeza'n fermosura,
			no m'oblies ma dama sans per nada
			puix sola tots lo be de ma ventura.
/Fo.lxxx.r/

Soneto.

			  Ningún dolor se iguala al acordarse
			del tiempo venturoso, en desventura,
			y el triste que a tenido más holgura,
			con más justa passión puede quexarse.
			  ¡O, con quánta razón podrá llamarse
			dichoso el qu'en desdichas nasce, y tura!
			y como si ay buen seso un aventura
			al tiempo que se alcança, a de llorarse.
			  En este mundo, en fin, no ay firme estado,
			ni podemos tener contentamiento,
			porqu'este para el otro está guardado.
			  Y cierto que me viene al pensamiento
			que Dios de tanto bien me ha derrocado
			por poner a los otros escarmiento.

Soneto.

			  Pintor que una beldad tan sublimada,
			con tanta perfección nos retrataste,
			di cómo tú en miralla no cegaste
			del modo que yo en vella retractada.
			  Si tu pintura muda, y desalmada
			ni hay coraçón qu'enternecer no baste,
			viendo l'original, cómo acertaste
			guiar pinzel y mano tan turbada.
			  Si los ojos alçaste a contemplarla,
			cómo tuviste fuerça de abaxarlos
			y no quedó tu vista allí prendida.
			  Y si los abaxaste por pintarla,
			cómo otra vez pudiste levantarlos
			no estando assegurado de la vida.
[/Fo.lxxx.v/]

Soneto.

			  Si el tiempo del ausencia más penado
			en un continuo sueño se pasasse,
			y si el alma por dicha no mirasse
			con ojos de presente lo passado.
			  Y si cruel memoria, el bien gozado
			para mayor cariño no acordasse,
			y si l'ausente nunca ymaginasse,
			sería el mal de ausencia más templado.
			  Mas ¡ay qué grande engaño!, y que haze al caso
			olvidarse la gloria ya passada,
			si en el alma no se borra la figura.
			  Que al fin será como el que labra un vaso
			donde'stá alguna ymagen entallada
			qu'en lavallo no quita la pintura.

Soneto.

			  Tan claro desengaño me haveys dado,
			señora, en lo mejor de mi esperança,
			que por no ver en vos tan gran mudança
			holgara de vivir siempre engañado.
			  Mas vos me haveys de suerte desansiado
			del bien en que tenía confiança,
			que con mis ojos vi mi mal andança,
			y fui a mi pesar desengañado.
			  Mortales son las señas que yo vide,
			tanto que si la fiesta no es llegada,
			en víspera estáys ya de celebrarla.
			  Gozalda bien, pues ella assí lo pide,
			mas sed, señora, un poco recatada,
			que no lo sepa yo, que he de llorarla.
/Fo.lxxxj.r/

Soneto.

			  La corteza de un olmo contemplava
			Selvagia con dolor demasiado,
			do vio su nombre escrito y entallado
			por manos de su Albanio quando amava.
			  Mas como la pastora se acordava
			de quando fue por ella desechado,
			viéndose assí mudada, y él trocado
			de aqueste modo y arte se quexava:
			  "¡Hay triste!, ¿cómo es esto, que más tura
			mi nombre en la corteza sin sentido,
			que no en el coraçón do fui sellada?
			  La culpa mía fue, pues mi locura
			del alma me borró do escrita h[a] sido,
			también quiero del árbol ser borrada."

Soneto.

			  Un tiempo fue que yo dezir podía,
			si quiero bien, también soy yo querido,
			y alguna día me vide tan subido,
			que no pensé jamás que cahería.
			  Agora de aquel bien que possehía
			me veo triste ya tan decahído,
			qu'entiendo que fue bien falso y fingido
			y que si fue, que ya passó solía.
			  ¡Hay Dios, y quánto más vale quexarse
			de haver sido muy falto de favores,
			que no poder dezir: yo fui amado!
			  Si no ved en qué trance podrá hallarse
			quien hizo gran caudal de sus amores,
			y en un punto cayó de gran estado.
[/Fo.lxxxj.v/]

Soneto.

			  No hay para mis males sufrimiento,
			pues tras bivir de amores más penado
			me dizen qu'es fingido mi cuydado
			y burla todo el daño y mal que siento.
			  Tras tantas veras, y tan gran tormento
			las burlas son pesadas a un cuytado,
			pues no ay mayor dolor que a un lastimado
			mostrarle no creher su sentimiento.
			  Dezís que burlo, creyendo otra cosa,
			pues harto's desengaña mi figura,
			y no me lo mostreys por más perderme.
			  Pero si soys incrédula, y dudosa,
			mirad, señora, bien vuestra hermosura,
			y avreys por fuerça o por grado de creherme.

Soneto.

			  Ingrata, desleal, desamorada,
			tibia, cruel, accidental, celosa,
			osada en desamar, y muy medrosa
			en querer bien a quien no soys obligada.
			  Mirad no esteys de vos tan confiada
			en ver qu'en tanto estremo soys hermosa,
			guardad qu'es confiança peligrosa,
			que haveys de amar queriendo ser amada.
			  Direysme vos, que no estáys puesta en esso
			mas antes desseáys que hos aborrezca,
			y qu'esto terneys vos por buena vida.
			  Guardad que suele amor castigar esso
			porque la gente no s'ensobervezca,
			para que queráys bien sin ser querida.
/Fo.lxxxij.r/

Soneto.

			  Amor anda corrido y afrentado,
			porque ya l'interés vence su effecto,
			y no le basta ya el ser perfecto
			para no ser de damas diffamado.
			  De oy más pretiende ser assoldadado,
			y azerse al interés tan bien subjecto,
			por ver si le será mejor accepto
			hiriendo por amores de contado.
			  No pretienden de oy más los coraçones
			sino las arcas de los caudalosos,
			que assí se halla amor más verdadero.
			  Dineros son sospiros amorosos,
			qu'es la mejor canción de las canciones,
			que ya no hay amor do no hay dinero.

Soneto.

			  De tu ganado y choça descuydado
			te veo Bras andar triste y penoso,
			por el áspero monte, y bosque umbroso
			huyendo de las gentes y poblado.
			  No te deleyta ya el florido prado,
			ni el trato pastoril te es ya gozoso,
			ni en nada de plazer hallas reposo,
			el solo ymaginar te a descansado.
			  Quéxaste de la muerte y su tardança,
			diziendo qu'es morir muy gran contento
			al que de vida no tiene esperança.
			  Sólo un remedio mi juyzio alcança
			si no quieres tener triste el pensamiento,
			olvida Bras si puedes a Costança.
[/Fo.lxxxij.v/]

Soneto.

			  Heridiana, pastora linda, amada
			de Ybero un pastor que l'adorava
			riberas del Rezín se passeava
			de su querido amigo acompañada.
			  Paróse desqu'estuvo algo cansada
			y en l'agua christalina se mirava,
			temiendo Ybero que presente estava
			que de sí no quedasse enamorada.
			  Cubrióle depresto entrambos ojos,
			y mil vezes besándola dezía:
			"Heridiana de oy más ten este aviso
			  si quieres que bivamos sin antojos,
			de los ríos y fuentes te desvía,
			no te acontezca a ti lo que a Narciso."

Soneto.

			  Riberas del Danubio al mediodía
			con un peyne de plata se peynava
			cabellos una nimpha que quitava
			con ellos el claror qu'el sol tenía.
			  Donde podeys pensar qué sentiría
			un pastor que de lexos la mirava,
			que sin poder llegar donde ella estava
			llorando con sus lágrimas dezía:
			  "Si tantas, quantas tú tienes cabellos
			vidas tuviera yo, me las quitaras
			colgada cada qual de uno dellos.
			  Mas bástasme a quitar una con ellos
			de quantas tú entonces me privaras,
			colgada del menor de todos ellos."
/Fo.lxxxiij.r/

Soneto.

			  Luzientes ojos donde está 'ncerrado
			el mal, o el bien que de contino espero,
			cada qual es para el mundo un luzero,
			o por mejor dezir, sol estremado.
			  Gran dicha ha sido mía haver mirado
			dos soles sin cegar, o buen aguero,
			pues hijo soy de amor, seré heredero
			de todo y qualesquiera buen estado.
			  Conosce el natural hijo, o bastardo
			el águila, con ver que sin reparo
			buen rato miar el sol sin ser vencido.
			  Y assí verá l'amor, que pues yo tardo
			de ver tanto dos soles, qu'está claro
			que tengo yo de ser favorescido.

Soneto.

			  Gran parte de prudencia es acordarse
			que a un plazer pesar le sigue luego,
			y qu'en hechos de amor jugáys a juego
			donde el perder más vezes suele hallarse.
			  Jamás dexó un gran bien mucho gozarse
			ni sentí sin trabajo qu'es sossiego,
			reglas comunes son, yo no las niego,
			mas gran pena da el mal si a de gustarse.
			  ¡O, cómo fui en un tiempo venturoso
			y anduve en el plazer a rienda suelta,
			y sin temer pesar yva gozoso!
			  ¡Quán presto a dado el bien en mal la buelta,
			quán presto me ha mostrado qu'es dañoso
			no temer el plazer una rebuelta!
[/Fo.lxxxiij.v/]

Soneto.

			  Con vana confiança havía fundado
			tan grandes edificios que han cahído,
			mirándolos estoy, y estoy corrido,
			mas qué hay que no merezca un confiado.
			  ¿Quién sino yo se hallará tan osado
			que confiara en verse bien querido
			de femenino amor? que al fin ha sido
			lo más vario de todo lo criado.
			  Avisoos desde agora, o amadores,
			los que de amor estáys algo contentos,
			qu'en mi cabeça estéys escarmentados.
			  Pues véys que al mejor tiempo, y sin sabores
			me ha venido amor con mil tormentos,
			estando mis sentidos descuydados.

Soneto.

			  Es cierto que pensé que ya podía
			libre bivir de amor y su cuydado,
			biviendo como hombre escarmentado
			en agena cabeça, y en la mía.
			  Rebuelto a la razóan su fantasía,
			a nuevo amor, amor me ha sugetado,
			y estoy tal que aborrezco lo passado,
			sólo cuento por bien el deste día.
			  Mas con todo el amor estoy riñendo,
			y dígole: "Rapaz, ciego, desnudo,
			¿y a qué fin has querido enamorarme?"
			  De afrenta desto m'está respondiendo:
			"Más bien te dan que a nadie dar se pudo,
			¿y a trueque desto quieres blasfemarme?"
/Fo.lxxxiiij.r/

Soneto.

			  Una hermosura, y gracia acompañada
			de una avisada y cuerda cortesía,
			una suave boz con armonía
			de que hos tiene natura coronada.
			  Un veros de melindres olvidada,
			con ser dechado de cortesanía,
			un ver que hos conocéys sin fantasía
			viendos tanto en linage aventajada.
			  Un alegría dulce, un ser senzilla,
			un semblante en su tiempo muy severo
			un buen ayre de hazer qualquier cosilla.
			  Un pensar bien lo que dezís primero,
			con ser perfecta en todo a maravilla,
			son las causas, señora, porque hos quiero.

Soneto.

			  En un sombrío valle despeynavan
			sus muy ruvios cabellos y escogidos
			muchas pastoras que con mil gemidos
			una zagala muerta lamentavan.
			  Pidióles un pastor por qué lloravan,
			ellas con sus accentos doloridos
			ser muerta de amores encendidos
			Selvagia la pastora publicavan.
			  Rióse entonces él del devaneo,
			y dixo como en burla: "¡O caso fuerte!
			¿y quién vido muger morir de amores?
			  Mas si desso murió, lo que no creo,
			no la devéys llorar, pues qu'en su muerte
			halló reparo y fin a sus dolores."
[/Fo.lxxxiiij.v/]


Soneto a la muerte de nuestro
Emperador Carlos Quinto, en
dos lenguages.

			  L'amarga, fatigosa, y dura pena
			que causa del gran Carlos invencible
			la presta despedida, es impossible
			contarla si dolor nos desordena.
			  De vates gloriosos la gran vena
			es impedida del dolor terrible,
			y en pena tan aguda, y tan sensible
			es insensible peña al que no pena.
			  Si el gran rey celestial a Carlos dava
			la general terrena monarchía,
			universal será aquesta tristura.
			  Y en relatar fatiga qu'es tan brava,
			los versos faltaran, y l'amargura
			no faltara, que augmentara cada día.
[8][Colfón]