[7][9]



/Fo.lxxiij.r/


Aquí se siguen
muchas Canciones y Villancicos
de tal artificio hechos que
en el primer ringlón de
cada uno se encierra el
nombre de una dama.

Villancico.
			  Bien haze, y sabe l'amor
			en hazerme todo vuestro,
			yo no, pues tan mal lo muestro.

			  L'amor tanto vuestro me hizo,
			y tan alto hos a encumbrado
			que a mí me dexó penado
			y a sí mismo satisfizo.
			De torpezas me deshizo
			como muy subtil maestro,
			yo no, pues tan mal lo muestro.

			  Bien haze, y sabe entenderme
			viendo que no me entendía
			en darme a vos vida mía
			pues soys quien soléys valerme.
			Él bien supo socorrerme
			siendo surugiano diestro,
			yo no, pues tan mal lo muestro.

[/Fo.lxxiij.v/]	    	  Él me enseña a la contina
			que de vos dama real
			procede todo mi mal
			y también mi medicina.
			Él a que pida me inclina
			sin temer ningún siniestro,
			yo no, pues tan mal lo muestro.

 

Villancico.
			  Trabajo a nacido en veros,
			ventura en dexar miraros,
			descanso en poder hablaros.

			  El trabajo que a nascido
			de veros por consolarme
			sólamente en vos mirarme
			muy bien pagado me ha sido.
			Porque del ver me a salido
			saber quién soys, y preciaros,
			descanso en poder hablaros.

			  Quanto más he trabajado
			de mirar vuestra figura,
			tanto dio favor ventura,
			y el gozo vino doblado.
			Que si no huviera penado
			no tuviera el dessearos,
			descanso en poder hablaros.

/Fo.lxxiiij.r/	    	  En fin, que todo el remate
			fue quererme vos hablar,
			o¥r mis quexas, y dar
			a todos mis males mate.
			El veros me dio combate
			dicha haver de contemplaros,
			descanso en poder hablaros.

 

Villancico.
			  Soys león oro también
			por ser cruel, y hermosa
			dama do mi bien reposa.

			  Soys león en vuestros hechos
			pues siempre hos mostráys cruel
			contra este amador fiel
			que hos tiene dentro sus pechos.
			No me causéys más despechos,
			a, mostradhos amorosa
			dama do mi bien reposa.

			  Digo también que soys oro
			por ser graciosa y gentil
			pues estando entre cien mil
			soys de todas el thesoro.
			Morad en mí, pues yo moro
			a vuestro mandado rosa
			dama do mi bien reposa.

[/Fo.lxxiiij.v/]  	  Ser cruel y hermosa junto
			mirad bien que no conviene,
			porque quien crueldad mantiene
			pierde de hermosura punto.
			Deshechad esse trampsunto
			de crueldad que hos es dañosa
			dama do mi bien reposa.

 

Villancico.
			  Consuelo y salud me dáys
			en veros en mi presencia,
			y la muerte en vuestra ausencia.

			  Aunque me déys gloria y vida
			de mí el plazer se dspide,
			viendo que lengua no pide
			lo que requiere mi herida.
			Sustentación sin medida
			hallo en mi grave dolencia,
			y la muerte en vuestra ausencia.

			  De veros mi pensamiento
			dos mil favores concibe
			por do voluntad recibe
			gran gozo, mas no contento.
			Y por esta causa siento
			dentro en mí pena, paciencia,
			y la muerte en vuestra ausencia.

/Fo.lxxv.r/	  	  Siento que siente el sentir
			vuestra beldad y valor,
			siento qué cosa es amor
			desque hos vi y supe servir.
			Siento que siente el bivir
			esfuerço sin resiestencia,
			y la muerte en vuestra ausencia.

 

Villancico.
			  De aquél en aquél passea
			el descanso, y el plazer,
			y a mí no me quiere ver.

			  De contino passeando
			va el plazer por casa agena,
			y porque resciba pena
			muéstraseme retirando.
			Vase a otros combidando
			sin buscalle, ni querer,
			y a mí no me quiere ver.

			  Del plazer ni su tratar
			no cumple que d'él me alabe,
			porque no sé a lo que sabe
			desque supe qu'es amar.
			A muchos sin lo buscar
			busca y huelga conoscer,
			y a mí no me quiere ver.

[/Fo.lxxv.v/]	  	  Plazer sigue tu carrera
			no quiero importunar más
			pues sé que tú me querrás
			quando una dama me quiera.
			Que huelga siempre y se esmera
			de o¥r, mirar, y entender,
			y a mí no me quiere ver.

 

Villancico.
			  Amaría navegando
			por el mar de sufrimiento
			si huviesse fin mi tormento.

			  Amaría si pudiesse
			el sufrimiento regirme
			para más seguro yrme
			por el mar do yo quisiesse.
			A la ventura me fuesse
			con la nave del contento
			si huviesse fin mi tormento.

			  El patrón haría mi alma,
			naucher voluntad notoria,
			y daría a la memoria
			las velas sin tener calma.
			Y por más victoria y palma
			el timón al pensamiento,
			si huviesse fin mi tormento.
/Fo.lxxvj.r/

 


Romance del
rey Bucar.
			  Entre muchos reyes sabios
			que huvo en l'Andaluzía
			reynara un moro viejo
			que rey Bucar se dezía,
			siendo ya de muchos años
			que amancebado vivía,
			por ruegos de su manceba
			que amava mucho y quería,
			llamó a cortes a sus gentes
			para un señalado día,
			porque en ellas se tratassen
			lo que a sus reynos complía,
			de muchas leyes que pone
			esta de nuevo añadía,
			que todo hombre namorado
			se casasse con su amiga,
			y quien no la obedeciesse
			la vida le costaría.
			A todos paresce bien,
			a muchos les convenía,
			sino a un primo del rey
			el qual ante d'él venía,
			con palabras muy quexosas
			desta manera dezía:
			"La ley que su alteza puso
			cierto que me desplazía,
[/Fo.lxxvj.v/]		todos se alegran con ella,
			yo solo me entristezía,
			que mal puedo yo casarme
			siendo casada la mía,
			casada, y tan mal casada
			que gran lástima ponía.
			Una cosa hos digo rey,
			que a nadie no la diría,
			que si yo mucho la quiero
			ella muy más me quería."
			Allí hablara el rey Bucar
			esta respuesta le hazía:
			"Siendo casada qual dizes
			la ley no te comprendía."

 

Fin de los romances.

[7][9]