/Fo.lxxiij.r/
Bien haze, y sabe l'amor en hazerme todo vuestro, yo no, pues tan mal lo muestro. L'amor tanto vuestro me hizo, y tan alto hos a encumbrado que a mí me dexó penado y a sí mismo satisfizo. De torpezas me deshizo como muy subtil maestro, yo no, pues tan mal lo muestro. Bien haze, y sabe entenderme viendo que no me entendía en darme a vos vida mía pues soys quien soléys valerme. Él bien supo socorrerme siendo surugiano diestro, yo no, pues tan mal lo muestro. [/Fo.lxxiij.v/] Él me enseña a la contina que de vos dama real procede todo mi mal y también mi medicina. Él a que pida me inclina sin temer ningún siniestro, yo no, pues tan mal lo muestro.
Trabajo a nacido en veros, ventura en dexar miraros, descanso en poder hablaros. El trabajo que a nascido de veros por consolarme sólamente en vos mirarme muy bien pagado me ha sido. Porque del ver me a salido saber quién soys, y preciaros, descanso en poder hablaros. Quanto más he trabajado de mirar vuestra figura, tanto dio favor ventura, y el gozo vino doblado. Que si no huviera penado no tuviera el dessearos, descanso en poder hablaros. /Fo.lxxiiij.r/ En fin, que todo el remate fue quererme vos hablar, o¥r mis quexas, y dar a todos mis males mate. El veros me dio combate dicha haver de contemplaros, descanso en poder hablaros.
Soys león oro también por ser cruel, y hermosa dama do mi bien reposa. Soys león en vuestros hechos pues siempre hos mostráys cruel contra este amador fiel que hos tiene dentro sus pechos. No me causéys más despechos, a, mostradhos amorosa dama do mi bien reposa. Digo también que soys oro por ser graciosa y gentil pues estando entre cien mil soys de todas el thesoro. Morad en mí, pues yo moro a vuestro mandado rosa dama do mi bien reposa. [/Fo.lxxiiij.v/] Ser cruel y hermosa junto mirad bien que no conviene, porque quien crueldad mantiene pierde de hermosura punto. Deshechad esse trampsunto de crueldad que hos es dañosa dama do mi bien reposa.
Consuelo y salud me dáys en veros en mi presencia, y la muerte en vuestra ausencia. Aunque me déys gloria y vida de mí el plazer se dspide, viendo que lengua no pide lo que requiere mi herida. Sustentación sin medida hallo en mi grave dolencia, y la muerte en vuestra ausencia. De veros mi pensamiento dos mil favores concibe por do voluntad recibe gran gozo, mas no contento. Y por esta causa siento dentro en mí pena, paciencia, y la muerte en vuestra ausencia. /Fo.lxxv.r/ Siento que siente el sentir vuestra beldad y valor, siento qué cosa es amor desque hos vi y supe servir. Siento que siente el bivir esfuerço sin resiestencia, y la muerte en vuestra ausencia.
De aquél en aquél passea el descanso, y el plazer, y a mí no me quiere ver. De contino passeando va el plazer por casa agena, y porque resciba pena muéstraseme retirando. Vase a otros combidando sin buscalle, ni querer, y a mí no me quiere ver. Del plazer ni su tratar no cumple que d'él me alabe, porque no sé a lo que sabe desque supe qu'es amar. A muchos sin lo buscar busca y huelga conoscer, y a mí no me quiere ver. [/Fo.lxxv.v/] Plazer sigue tu carrera no quiero importunar más pues sé que tú me querrás quando una dama me quiera. Que huelga siempre y se esmera de o¥r, mirar, y entender, y a mí no me quiere ver.
Amaría navegando por el mar de sufrimiento si huviesse fin mi tormento. Amaría si pudiesse el sufrimiento regirme para más seguro yrme por el mar do yo quisiesse. A la ventura me fuesse con la nave del contento si huviesse fin mi tormento. El patrón haría mi alma, naucher voluntad notoria, y daría a la memoria las velas sin tener calma. Y por más victoria y palma el timón al pensamiento, si huviesse fin mi tormento./Fo.lxxvj.r/
Entre muchos reyes sabios que huvo en l'Andaluzía reynara un moro viejo que rey Bucar se dezía, siendo ya de muchos años que amancebado vivía, por ruegos de su manceba que amava mucho y quería, llamó a cortes a sus gentes para un señalado día, porque en ellas se tratassen lo que a sus reynos complía, de muchas leyes que pone esta de nuevo añadía, que todo hombre namorado se casasse con su amiga, y quien no la obedeciesse la vida le costaría. A todos paresce bien, a muchos les convenía, sino a un primo del rey el qual ante d'él venía, con palabras muy quexosas desta manera dezía: "La ley que su alteza puso cierto que me desplazía, [/Fo.lxxvj.v/] todos se alegran con ella, yo solo me entristezía, que mal puedo yo casarme siendo casada la mía, casada, y tan mal casada que gran lástima ponía. Una cosa hos digo rey, que a nadie no la diría, que si yo mucho la quiero ella muy más me quería." Allí hablara el rey Bucar esta respuesta le hazía: "Siendo casada qual dizes la ley no te comprendía."