En el Discurso IV del Libro III, Lancre procede del mismo modo que hemos resaltado en las fichas anteriores, pues utiliza como ejemplo la confesión de Marie de la Parque para detenerse en un nuevo motivo del Sabbat, el baile. Afirma que las bujas y los brujos en el aquelarre bailen a la manera vasca y, por tanto, española y no a la fancesa, pues las danzas son mucho más desvergonzadas.
La citada bruja, Marie, afirma haber visto en el conventículo saltar a ciertas brujas compitiendo entre ellas por ver quién efectúa el salto más bello. De hecho, se cuenta que dos brujas saltaron desde la montaña hasta un arenal situado entre Hendaya y Fuenterrabía. Además, lo común es que se dance al son de un tamboril y una flauta.