En el Discurso III del Libro III, el autor usa de nuevo la confesión de una bruja como puntal sobre el que disertar posteriormente. En esta ocasión, el tema central es el banquete del aquelarre.
Jeanne de Abadie expone que en el Sabbat se toma la carne de personas ahorcadas o desenterradas, y sobre todo de niños muertos, tanto bautizados como no bautizados. Y también expresa que, sobre todo, los brujos desentierran a otros brujos y brujas, pues es lo que Dios permite, para llevar sus despojos al banquete, pero también se exponen a exhumar a niños bautizados, porque con ellos se fabrican cantidad de venenos.