En el Discurso I del Libro III, Pierre de Lancre trae a colación la historia de un tal Macrodor (1574), un hechicero y probablemente bruja, médico de profesión, que obligó a otro individuo, Trois Rieux a cerrar un pacto con él, por el cual se comprometía a pagar sus servicios con su alma, pues después de su muerte serviría a Macrodor en forma de demonio que le transmitiría todos los conocimientos propios de su nueva condición.
Macrodor y su familia tuvieron una vida desgraciada un triste fin. Además, este hechicero-médico se encargaba de atender a los prisioneros de la Conserjería, en el castillo de Ha, y por su mediación todos estos desesperados cometieron actos execrables de servicio a Satanás.
Nuevamente, hallamos el germen de una terrorífica historia que, desde luego, todavía no estaba lista para desarrollarse literariamente en el siglo XVII.