Pierre de Lancre
Tratado de brujería vasca
Tratado
1613 (primera edición, 1612)
París, Nicolas Buon
Bruja (Dojartzabal y sirvienta anónima)
Bruja
El el Discurso II del Libro II, una muchacha acusada de brujería, Dojartzabal, acusa a otra mujer de haberla conducido al sabbat. Tal fémina lo niega, pues no se reconoce como bruja y argumenta, además, que la joven se encontraba atada con grilletes y vigilada, por lo que resultaría imposible transportarla hasta el conventículo. La bruja presa afirma que esta mujer fue a por ella en forma de gato, porque el diablo puede obligar a estos reos a acudir a los aquelarres, aunque después debe regresarlos a la celda. Nada, ni siquiera el encerramiento, impide la asistencia de los brujos al convetículo. Esto mismo podemos observar en otro ejemplo, a modo de microrrelato, que hallamos a continuación el anterior: el dueño de la casa Joanissena sospechaba que su sirvienta era bruja, pero como ella lo negaba quiso velarla toda una noche, así que la ató y no dejó que ella tampoco se adormeciera ni un momento. A pesar de ello, la sirvienta confesó que había acudido igualmente a la reunión, tal y como (según el autor) se comprobó al ver que coincidía lo relatado por esta bruja y por los presentes en el aquelarre.
Lancre siempre usa como argumento, para demostrar la veracidad de lo que los brujos relatan, el hecho de que las confesiones coinciden a pie juntillas.