Marie de Aspilcuette, Corneille Brolic, Janette de Abadie
Bruja
En el Discurso I del Libro II, se exponene las confesiones de diversas brujas, las tres mencionadas en la sección "Personaje Mágico", de 19, 12 y 16 años respectivamente. De dichas confesiones se desgajan unos microrrelatos que en este tratado pierden su esencia al ser simplemente recordados en tercera persona. Las tres brujas narran su experiencia con el diablo en el aquelarre y puesto que en este punto del texto se pretende describir al demonio que preside el aquelarre, Lancre se centra solamente en esos detalles. Las mencionadas jóvenes besaban a Satán en su cara posterior, ya que poseía dos, una delante y una detrás de la cabeza; a esta información, vertida por la primera acusada se suman otros matices, expresados por la segunda, a la que el diablo se aparecía en forma de hombre, sin brazos y con cuatro cuernos.
Sin duda, Lancre va fragmentando la historia completa y lineal que expuso cada bruja. De acuerdo con el interés temático de cada momento, opta por presentar unos datos y otros. Sin embargo, hemos de concebir la confesión de las brujas como un relato único, en el que, eso sí, se darían los cortes y saltos propios de la situación de narración, pues su confesión iba unida con las preguntas que tenía que responder en los interrogatorios y estos, además, podían prolongarse durante días.