Notas

Capí[tulo] XXXI: de la incostancia

1. Incostancia, que es vicio contrario a la virtud de constancia, según dize Priciano es no tener consigo firmeza alguna.

2. Salomón dize de la incostancia: “El hombre poco discreto cree qualquiere cosa, mas el hombre prudente guarda su alma”.

3. Salustio dize: “La incostancia es señal de locura”.

4. Aristótiles dize: “El que es incostante, todas sus cosas pone a la ventura”.

5. Bernico dize: “El que rige, a menudo recibe consejo”.

6. Enxemplo. Este vicio se puede comparar a las golondrinas, que siempre volan e jamás están firmes.

7. De aqueste vicio se lee en la Vida de los sanctos padres, que fue un ladrón que havía fecho todos los males del mundo, e fuese a confessar a un hermitano. E quando el hermitano vino a darle penitencia, el ladrón, a cada cosa, le dezía que no podía cumplir la penitentia, e que no podía ayunar, ni sabía f[a]zer oración, ni fazer otra penitencia. Entonces dixo el hermitano: “Faz a lo menos esto, que a qualquiere cruz que fallares, te arrodilles por amor de Nuestro Señor e le fagas reverencia”. E el ladrón le prometió de lo assí fazer / de buen grado e el hermitano entonce absolviolo de todos sus peccados. E partido el ladrón de la hermita, topáronlo unos enemigos suyos, e començó de fuir por escapar, e fuyendo, falló una cruz, e recordándose de la penitencia que el hermitano le havía dado, arrodillose por obedecer a su confessor; e estoviendo assí fincadas las rodillas, vinieron sus enemigos e matáronlo súbitamente. E estoviendo assí muerto, el hermitano vio un ángel que le recibió el alma e la levó a parahízo. Entonces el hermitano se començó a desdeñar e indignar gravemente, e enojarse, viendo que aquél que havía cometido tantos males, era levado assí a parahíso por un tan pequenyo bien como havía fecho; e assí començó de pensar de no fazer más penitencia dende adelante, mas darse plazer e solaz en este mundo, pues vehía que el parahíso se ganava tan ligeramente, e fuese de la hermita por bolver al mundo. Entonces el demonio tomó señoría sobre él e púsole un tropieço en medio del camino con que le embaraçó los pies de tal guisa, que lo fizo caher por una montaña abaxo, de manera que murió. E el demonio llevó su alma al infierno por su incostancia, porque no perseveró en el bien que havía començado.