Resumen |
Tras la publicación de la Comedia de Calisto y Melibea en 1499, La Celestina se convertiría en uno de los libros más profusamente ilustrados del siglo XVI. Este artículo analiza el lenguaje corporal y la gestualidad en las xilografías de las portadas de sus primeras ediciones, confirmando que la mayoría se integra en el marco iconográfico de la tradición teatral, orientada a la legibilidad de sus ilustraciones para ayudar a los lectores a comprender el texto. Tanto impresores como entalladores gozaban de flexibilidad al resumir el argumento o codificar emociones en la página impresa, lo que los llevaría a operar con tres programas iconográficos diferentes: el encuentro de los amantes en el huerto de Melibea, la representación de Celestina en el dormitorio de Melibea, y la condensación del argumento en un escenario teatral poblado por grupos de figuras y acciones sucesivas. En estas tres visualizaciones, los cambios en el lenguaje corporal de los personajes ofrecían diferentes lecturas de sus intenciones, sentimientos y motivaciones. |