Capítulo X[V]

De la ciudad de Sur y del palacio y estado del gran Can. /fo. XXXXVI r./

 

En esta tierra de Sur es el asentamiento del gran Can, en un hermoso palacio fuerte y grande, el muro del qual tiene alderredor dos leguas, dentro del qual muro ay muchos palacios; y en el huerto del principal palacio ay una grande montaña, encima de la qual ay otro palacio: el más rico que ay en el mundo.

Alderredor d´esta montaña ay muchos árboles que traen diversas frutas; alderredor d´esta montaña ay valles y muy hondos; después, ay grandes lagunas y estanques de aguas, y para passar de una parte a otra ay puentes; assí mismo, al derredor d´esta montaña ay muchas maneras de aves salvages, y tantas que son sin número; alderredor d´estos lagos y valles está el gran vergel lleno de diversas bestias salvages, y quando quiere el gran Can que cacen d´estas bestias salvages, pónesse a las ventanas y de allí vee cómo caçan.

El sitio d´este palacio es muy grande, dentro del qual ay una sala que tiene veynte y quatro pilares de fino oro. Las paredes y muro de la parte de dentro están emparamentadas de una piel bermeja (que es de un animal llamado "panteres"), que es muy hermosa y olorosa, y su olor tiene tal propiedad que a donde estuviere no puede entrar mal ayre; estas pieles son tan relumbrantes que quando les da el sol no las pueden ver, y muchas gentes adoran aquella bestia quando la veen por la gran virtud y suave olor que tiene. En medio del palacio está un grande estrado en que se assienta el gran Can que es obrado de oro y de piedras preciosas y de perlas que cuelgan alderredor; debaxo del estrado están quatro graones de oro que sostienen dicho estrado, y allí ay muchos vasos de oro con que beven los de la Corte.

La sala y el palacio están maravillosamente obrados y adornados de todas cosas: primeramente, al cabo de la gran sala está la silla del emperador donde él se assienta a comer, la qual es labrada de muchas piedras preciosas y perlas muy gruessas. Las gradas por donde él sube a la silla son de piedras preciosas y con los cabos de oro, y a la siniestra parte del emperador está el assentamiento de su muger un grado más baxo que el emperador, y es de maravillosos jaspes labrado assí como el del emperador. Y el assentamiento de la segunda muger está otro grado más baxo, y el de la tercera otro grado más baxo, porque él tiene tres mugeres; y después de sus mugeres se assientan las otras dueñas y donzellas de su linage, cada una según su dignidad, y todas aquellas que son casadas tienen un pie contrahecho todo obrado de piedras orientales y encima de muchas plumas de pavón luzientes, y esto llevan en señal que son subjectas a sus maridos; aquellas que no son casadas no llevan nada d´esto. A la diestra parte del emperador se assienta el ayme, que es hijo que ha de reynar después d´él, y está assimismo un grado más abaxo que el emperador en derecho del de la emperatriz.Y dende abaxo los hijos y parientes del emperador, cada uno según el merescimiento que tiene.

Y el emperador tiene la tabla por sí, que es de oro y de piedras preciosas y de jamatistas y de árbol de alue, que es un árbol que se haze en el Parayso Terrenal, y de boyre con bordaduras do oro; assimismo, cada una de sus mugeres tiene su tabla por sí, y también sus hijos y las otras personas de merescimiento, de manera que no ay mesa que no valga mucho tesoro. Debaxo de la tabla del emperador están tres cliérigos escriviendo todo quanto el emperador dize; y conviene que se haga assí porque quanto él dize no puede ser revocado.

Delante esta tabla del emperador se haze cada día gran fiesta, y entre muchos que tienen este cargo ay un hombre que trae grandes tablas de oro en las quales están pintadas por ma- /fo. XXXXVI v./ ravilloso arteficio muchas maneras de aves las quales hazen baylar y batiendo las alas hazen gran melodía; es cosa de maravilla cómo se puede esto hazer, y por cierto que puedo dezir sin ser digno de reprehensión que estas gentes son las más subtiles en todas las ciencias que ninguna otra gente, porque en malicia y ingenio exceden a los christianos y a otras qualesquier naciones; y no veen sino con un ojo, y sin duda se deve hazer mención d´ellos en algunas escripturas. Yo procuré de saber cómo se hazía esto, mas el maestro me dixo que tenía hecho juramento a su dios que no lo mostraría sino a su hijo.

Sobre la mesa del emperador y sobre las otras está una viña labrada de oro semejante a parral de huerta donde ay muchos razimos de todas colores, los quales todos son de diversas piedras preciosas: los blancos son de christal y de veril y dirois; los amarillos son de topacions, los bermejos son de rubís y granates y de otras piedras preciosas, y son tan perfectos que no parescen sino uvas naturales.

Delante la mesa del emperador están todos los grandes varones sirviéndole, mas no ay ninguno tan osado que ose hablar si ya no fuesse preguntándole alguna cosa el emperedor; salvo los menistriles, que dizen las canciones en versos por dar plazer al emperador. Y los vasos y taças en que beven en aquella sala y sus sobrecopas son de piedras preciosas y puestas en un unas grandes mesas de christal y de jaspes y de amatistas y de fino oro; también ay esmeraladas y zafires y topacios y de otras muchas piedras preciosas engastadas en aquellas taças, de manera que la baxilla por ser tan rica no tiene número su gran valor, porque ellos no precian nada la plata para baxilla; antes las gradas del gran palacio hazen d´ella.

Delante el palacio están muchos varones y cavalleros y otras maneras de gentes porque ninguno no entre sino por mandado del emperador sino los menestriles y servidores del emperador, y ninguno no osa allegarse a aquéllos del palacio. Esto todo lo sé yo porque yo y mis compañeros lo servimos, que fuymos sus soldados por tiempo de quinze meses contra el rey Mansi. Y la causa fue porque nosotros teníamos gran desseo de ver su estado y manera, y si era su corte tan sumptuosa como a nuestros oydos muchas vezes fue publicada.

Y por cierto que la ordenança y riqueza maravillosa que yo allí vi no hos la podría contar, ni jamás yo lo creyera ni mis compañeros tampoco si no lo huviéramos visto, porque apenas podría ninguno creer la nobleza y el gran número de gente que ay en su corte, porque no es semejante a las cortes de los príncipes católicos de Europa, porque los señores de acá quando van camino llevan la más poca gente que pueden, y los de allá llevan tras sí grandíssimas gentes, especialmente el gran Can, que tiene cada día gente sin número a su costa. Mas la continencia y honestidad que en aquella corte ay no tiene par en todo el mundo.

La manera como ellos comen es ésta: no tienen mesas ni menos manteles, mas comen encima las rodillas; y comen todas maneras de carnes y poco pan; y después de comer ellos se refriegan la una mano contra la otra y las rodillas; y no comen más de una vez al día. El assentamiento del emperador es muy grande y rico, y por esto algunas gentes no quieren creerlo y lo tienen por mentira si oyen la nobleza del emperador y su estado y corte y la gran gente que tiene.

Quiero hos dezir un poco de lo que yo he visto. Ysi me lo quieren creer bien, y, si no, no dexaré de dezir lo que vi, pues soy cierto que los que han estado allá y estarán, creerán más de lo que digo. Y también sé que qualquier discreto no terná por impossible lo que digo, y assí prosiguiré mi intento.

Quando el emperador parte para yr en algu- /fo. XXXXVII r./ na ciudad y quando ellos hazen fiestas solemnes, hos contaré y primeramente hos diré por qué se le llama "gran Can".

Havéys de saber que todo el mundo fue destruydo por el diluvio sino Noé y toda su familia. Los hijos de Noé eran Sem, Can [y] Jafet. Este Can fue el que descubrió las partes interiores a su padre quando durmía y hizo escarnio d´él, por l[o] qual fue maldito; Sem y Jafet le cubrieron sus vergüenças. Entre estos tres hermanos se partieron toda la tierra, y este Can tomó por ventaja la mayor parte oriental, que es llamada Asia. Sem tornó a África y Jafet a Europa. Y por esto la tierra es partida en tres partes. Y de aquestos hermanos el mayor y más poderoso fue Can, del qual descendieron más generaciones que de ninguno, y de su hijo nasció Nembrot el grande, que fue el primer rey del mundo. Este Nembrot edificó la torre de Babilonia, y con aquéste venían los diablos a jugar con las mugeres de su generación, en las quales engendrava diversas gentes: los unos sin cabeças, los otros mostruos con grandes orejas, otros con un pico, otros gigantes, otros con un pie de cavallo, y otros con miembros desproporcionados. D´esta generación de Cam son venidas las primeras gentes y las diversas islas de mar que son en la India, porque él era el más poderoso y ninguno no podía hazer ninguna cosa contra él. Llamóse Can, hijo de Dios, Soldán de todo el mundo. De la generación de Sem descienden los moros, y de Jafet descienden los de Israel y los que moran en Europa. Empero, este emperador de Catay no se nombra "Cam", sino "Can", y sobre esto yo hos diré la verdad.

Havéys de saber que no puede haver dx años que toda Tartaria estava en sojuzgación y servidumbre de otras naciones que le eran comarcanas, porque todos eran hombres bestiales y no sabían otra cosa sino guardar ganados y llevarlos a pascer; mas entre ellos havía siete generaciones principales que eran sobre todas aquellas gentes.

La primera nación o linage se llamava "tártaros", y éstos son los más nobles y más preciados; el segundo linage son los turcos; y el tercero los armenios; y el quarto Balchia; y el quinto Semoch; y el sesto Menchie; y el séptimo Coboch.

Assí que dizen que el primer linage tenía un hombre muy honrado [y] viejo que havía nombre Carigenes y no era muy rico; y éste, durmiendo una noche en su cama soñó que le venía una visión delante y era un cavallero blanco armado de todas armas blancas cavalgando sobre un cavallo blanco, el qual le dixo: "Como duermes, a ti me embía Dios inmortal, cuya voluntad es que digas a las siete naciones que tú serás emperador y que conquistarás las tierras de que son alderredor, los quales serán debaxo d´ellos assí como ellos son agora en servitud, poruqe tal es la voluntad de Dios inmortal".

Y a la mañana lo fue a dezir a las siete naciones, y ellos hazían escarnio d´él y dezíanle que se holgar porque era viejo, y por esto fue muy ayrado contra ellos; y quando vino la noche, este cavallero blanco mandó a las siete naciones de parte de Dios inmortal que tomassen por señor a Carigenes y que ellos serían fuera de toda subjección y que serían todas las tierras comarcanas a su mandar; y assí en la mañana ellos levantaron a Carigenes por su señor emperador y lo hizieron assentar encima de un pedaço de fieltro negro y en aquello lo levantaron por señor con gran solemnidad y lo assentaron en una silla haziéndole gran reverencia, y lo llamaron "Can", assí como el cavallero blanco lo havía llamado.

Electo este emperador, él provó a sus vasallos si se podría fiar en ellos y si le serían obedientes, y assí començó a hazer estatutos y ordenanças que ellos llaman y façan /fo. XXXXVIII r./ otras tierras alderredor. Cayó enfermo de tal manera que conosció que havía de morir, y por esto mandó a doze hijos que tenía que cada uno le truxesse una saeta; y fue por ellos luego hecho su mandamiento, y mandó que las atassen todas juntas muy fuertemente, y después las dio a su heredero y le dixo que las quebrasse todas juntas, el qual trabaxó por quebrarlas, mas no pudo; y dende dixo que las diessen al segundo hijo, y assí de uno en otro passaron, mas ninguno no las pudo quebrar; en fin, dixo el Can al hijo menor que las quebrasse cada una por sí, lo qual fue por él cumplido; y dixo el emperador a sus hijos que por qué no las havían quebrado, y ellos respondieron que que porque estavan todas atadas en uno, y dixo el Can: "Pues cómo las ha quebrado vuestro hermano menor"; respondieron que porque estava cada una por sí; entonces dixo él: "Pues assí es de vosotros: si todos soys atados en uno de amor y lealtad y concordia nnguno hos podrá agraviar. Mas si vosotros soys desligados y no hos ayudays el uno al otro vosotros seréys sometidos y sojuzgados. Por lo qual yo hos amonesto que hos améys el uno al otro, y entonces seréys señores de los otros".

Acabadas de dezir estas palabras, dio fin a sus días, y assí sucedió su hijo mayor en el imperio, que se llamava Otocam, y él con sus hermanos en uno ganó muchas tierras hasta llegar a Persia y Russia, y entonces él se hizo llamar "Can"; mas todavía los hemanos le fueron obedientes y fue llamado "gran Can", y dende adelante todos se han assí llamado.

Y después de Octocan reynó Buerecan; y después d´él, Mangacan, el qual fue buen christiano y bautizado, y dio perpetua paz a los christianos, y embió a su hermano Leun con gran gente por ganar la Tierra Sancta y darla en poder de los christianos, y por destruyr la ley de Mahoma, y por tomar el galife de Baldac, que era emperador de la Tierra Sancta y señor de todos los moros.Y assí tomo al dicho galife, en poder del qual halló tanto tesoro que en toda la restante del mundo apenas se hallaría tanto, y hizo traer delante de sí a galife y díxole que él no havía tomado assaz soldados para defender su tierra; el galife le respondió que él pensava tener hartos de los propios; entonces le dixo Mangacan: "Allá eras tú como dios de los moros, y los dioses no deven comer vianda mortal. Por tanto tú no comerás sino piedras preciosas"; y assí, lo hizo echar en la prisión, en la qual murió de hambre y sed. Y después ganó la tierra de promissión y la puso en manos de christianos.

Y assí murió el gran Can y su hermano fue emperador y buen christiano, el qual reynó xvj años. Éste sitió la ciudad de Joug, que es en la tierra de Catay y es más grande que Roma; y quando éste fue muerto, el otro hermano fue gran Can de Catay, que es el más poderoso príncipe que está debaxo del cielo, y llamóse en sus letras "Can, hijo de Dios", el más excelente de todos de la tierra por potencia y soberano señor de los señores. Y las letras alderredor de su sello contienen esto: "Dios en el cielo es fuerte sobre todas las las criaturas y es emperador sobre todos los señores".

Y es de saber que aunque ellos no sean christianos, los emperadores y los tártaros creen en Dios inmortal, y quando quieren amenazar dizen "Por Dios yo te daré tal cosa", y eso basta, pues que han jurado por Dios. Hasta agora hos he dicho por qué se llama "gran Can". Agora hos diré la manera del govierno de su corte quando hazen solemnes fiestas las quales hazen quatro vezes en el año.

La primera es de su nascimiento; la segunda de su "mysac", que quiere dezir tanto como yr al templo, que es una manera casi como quien lo lleva a circuncidar; la tercera es de sus ydolos quando los meten en el templo; la quarta es quando el ydo- /fo. XXXXVIIII v./ lo comiença a hablar y hazer milagros; y no hazen otras fiestas si no es por sus hijos.

Y sabed que en cada una d´estas fiestas ay muchas gentes, y vienen ordenadas por millares y cientos, y cada uno sabe de qué ha de servir y qué deve hazer, en lo qual no osan contradezir ni faltar ninguna cosa. Primeramente están deputados quatro mil varones ricos y poderosos pararegir y ordenar la fiesta, y para servir al emperador. Estas fiestas se hazen fuera de la ciudad en tiendas y pavellones de oro muy ricos a maravilla, y estos varones llevan coronas de oro en sus cabeças muy ricas guarnescidas con muchas piedras preciosas y perlas de oriente, y son todos vestidos de paños de oro y de tartarines lo más atrevidamente que ninguno podría pensar.

Y todas estas ropas en general son muy bien guarnescidas porque ellos lo pueden hazer muy bien por quanto los paños de oro y seda se hazen en aquella tierra, en la qual valen tan barato como acá los paños de lana. Y estos quatro mil varones son partidos en quatro partes, y cada millar está vestido de su color qua es cosa maravillosa de ver: el primer millar es de duques y de condes, marqueses y almirantes vestidos como dicho es muy ricamente de paños de oro y piedras preciosas; el segundo millar es vestido de paños de seda bermeja con obras de oro muy ricamente labrados; el tercero millar van vestidos de paños amarillos con guarniciones muy ricamente labradas de oro y piedras preciosas, y tales que si un hombre d´esta tierra tuviesse una ropa de aquéllas bien podría dezir que no es pobre.

Y como están assí aderesçados, van de dos en dos delante el emperador y no hablan palabra sino abaxan las cabeças, y uno lleva delante una tabla de jaspeo de christal y los menestriles van sonando delalante con muchos y diversos instrumentos. El primer millar, como ha hecho su muestra, apártasse a un cabo, y después el otro millar haze otro tanto, y assí los otros que quedan passan las cabeças baxas mostrando tanta reverencia a aquel que es un ydólatra como si fuesse Dios. Al costado de la mesa del emperador están assentados con mucha regla gran número de philósophos muy doctos en todas ciencias, assí en philosophía como en nigromancia, astrología y geumetría; en fin, en todas las siete artes muy doctíssimos, los quales delante d´ellos tienen algunos astrolabios de oro y piedras; algunos tienen una cabeça de muerto; otros tienen un vaso de oro lleno de arena; otros tienen vasos llenos de carbones quemados, y otros de vino y de agua; y otros reloges muy noblemente obrados; y muchas maneras de instrumentos según sus ciencias.

Y a tantas horas quantas de razón a ellos les paresce dizen a las gentes que son en el servicio del emperador que son deputadas a cumplir su mandamiento, porque un maestro les manda que callen y se besen unos a otros, y después dirá otro philósopho: "Cada uno se incline y haga reverencia al emperador, el qual es hijo de Dios y soberano señor sobre todos los señores del mundo, porque agora es hora"; y dende dirá otro philósopho: "Agora todo hombre ponga las manos en la cabeça", y luego es hecho, y assí mismo les haze quitar las manos quando es hora, assí que cada hora les mandan hazer cosas diversas.

Y uno de los maestros me dixo que el baxar de la cabeça algunas vezes tenía tal virtud que todos los que en aquella hora tenían las manos baxas eran todavía obedientes y más leales al emperador, y que por dones ni prometimientos jamás se rebelarían a su señor; y como les mandan poner el dedo en la oreja dixo que ninguno no podía oyr dezir mal del emperador que luego no se lo dixesse, aunque fuesse /fo. XXXXIX r./ su padre o su hermano, y si ellos mismos lo han dicho, assimismo, y de otras muchas cosas que hazen por encantamientos. Esto es cosa cierta que no haze hombre cosa alguna de daño al emperador en alguna parte de su tierra que no se lo digan estos philósophos, porque en su arte lo veen todo y assí lo dizen al emperador y a los de su consejo; cómo en tal parte le hazen guerra, y luego él embía gente de armas en aquella parte. Y como los philosophos han hecho todas estas cosas, los ministros comiençan a sonar unos empós de otros tan dulcemente que es cosa maravillosa de oyr, y quando han tañido un rato, uno de los menestriles levántase en alto sobre una obra muy bien labrada y dize: "Cada uno se torne atrás".

Y fuera están aquellos que son del parentesco del emperador aparejados con cavallos blancos de dos en dos, y salen a la corte, y muévense primero los más nobles señores, y assí van todos aquellos del parentesco del emperador unos tras otros hasta llegar delante el emperador, al qual presentan todos los cavallos blancos; y assí, cada uno presenta otra cosa; después que todos han ofrescido sus presentes, el mayor perlado dale la bendición diziendo una oración de su ley, y después d´esto los menestriles comiençan a sonar otra vez, y quando han tañido un rato los hazen callar; y hazen venir delante el emperador leones muy prestos y otras bestias los quales allí boltean; assí mismo, vienen muchas maneras de aves y serpientes a hazer reverencia al emperador, porque dizen ellos que toda criatura deve hazer reverencia al emperador y obedescerle; y después vienen juglares y encantadores que hazen muchas y diversas maravillas delante del emperador, porque ellos hazen venir en el ayre el sol y la luna a hazer reverencia al emperador, y dan tan gran claridad que apenas se pueden ver unos a otros, y en siguiente hazen la noche de manera que no veen cosa ninguna, y luego hazen venir el día; assí mismo, hazen venir danças de muy hermosas mugeres según la semejança de las gentes de allá, y hazen venir otras mugeres que traen copas de oro todas llenas de leche las quales sirven a las otras mugeres y señoras.

Item, hazen venir cavalleros armados muy lindamente que justan en el ayre y quiebran lanças de manera que los pedaços caen baxo; item, hazen venir caças de serpientes y salvages y canes que hazen cosas de maravilla hasta que la mesa sae levantada.

Y assí aqueste gran Can tiene muchas y diversas gentes para su servicio, porque él tiene menistriles que cada día tañen delante d´él; de qualquiera generación que sean, él les manda que estén con él y házelos escrevir y dáles partido, y aunque vayan a sus tierras todavía ganan sueldo; y d´esta manera tiene más de veynte mil a su costa, y de caçadores que guardan sus halcones, açores, grifos, papagayos y otras aves tiene otro gran número de gente; y assí mismo tiene muchas bestias salvages: tiene doze mil elephantes, y otros babuynes, ximios, gatos, maymones y otras diversas bestias; tiene quinze mil camellos, y para todo ello tiene muchos christianos y moros, a los quales no quiere tanto como a los christianos, y tiene otras naciones sin número. Todos estos sobre dichos toman todo quanto han menester de su corte.

Y también tiene en su corte muchos escuderos christianos que están allá, y ay hartos d´ellos que no quieren que sepan que son christianos.

Y este emperador puede despender tanto quanto quiere porque él no haze moneda sino de cuero y de papel de emprentado, y como aquella moneda ha corrido y está vieja, llévanla a la "casa de la moneda" y dánle otra tanta de la nueva, y esta moneda corre por todas sus tierras, y por esto puede el hombre despender quanto quiere; y el oro y la plata que el hombre llena de otra parte de ellos hos lo baratarán todo lo que querréys. Y en la cámara /fo. XXXXIX v./ d´este emperador ay un carbúncol el qual tiene un pie en largo que alumbra toda la sala; y aunque él tenga muchos rubís y piedras preciosas aqueste carbúncol es sobre todo.

Y este emperador está en esta ciudad o en otra que se llama Sadus que está a la tramontana, en la qual haze gran frío el invierno; ay otra ciudad llamada Cameloch que es muy caliente, mas donde el emperador más continuamente está es en Cande, que es una buena tierra y bien templada según la tierra de allá. Y quando el emperador quiere cavalgar de un lugar a otro él haze ordenar quatro batallas de manera que la primera va delante y duerme aquella noche donde el emperador ha de dormir essotro día; allí halla hombre todas las cosas necessarias. En aquesta primera hueste va mucha gente de pie, que passan de diez mil hombres. Otra batalla va al lado diestro, tanto como media jornada; a la otra parte siniestra, va otra tanta gente a otra media jornada. La quarta batalla es la más gruessa, y en aquélla viene el emperador delante d´ella a un tiro de arco, los quales vienen muy ordenadamente, y en cada jornada está aparejado dónde cada uno ha de posar, en especial la posada del emperador, porque allí hallan ellos todo quanto han menester; y si alguno de aquellos hombres d´armas muere en el camino, luego meten otro en lugar de aquél de manera que el número es todavía entero.

Y havéys de saber que el emperador ni los otros señores que con él vienen no cavalgan a cavallo si ya no van de gran priessa o de manera que no sean conoscidos. El emperador va encima de un carro de quatro ruedas donde ay una muy rica cámara hecha de un árbol que se llama "aloe" (que tiene muy buen olor y dizen que es árbol del Parayso Terrenal que viene por el río abaxo), la qual cámara es muy olorosa por causa d´este árbol, y está toda cubierta de oro y de piedras preciosas y perlas gruessas; y llenan este carro quatro elephantes con quatro cavallos blancos todos cubiertos de ricas coberturas. Y con el señor emperador van cerca de seys o siete grandes señores porque pueda hablar con ellos y tomar plazer. Encima de la cámara del carro van quatro o cinco girifaltes porque si paresce alguna ave o la veen por estos prados suelten algunos de aquellos girifaltes para que yendo por el camino tome plazer; y ninguno va a cavallo sino detrás, y van de tal manera que no osa ninguno llegar al carro con un tiro de arco salvo aquellos señores que hablan con él. Y assí mismo vienen las mujeres del emperador en sus carros y ordenança como él mismo, salvo que no traen tanta gente en las quatro batallas que traen y vienen cada una por sí. Y el hijo primogénito va también en la misma forma por otro camino en su carro, de manera que lleva consigo tantas gentes que es de maravillar; y si yo no lo huviesse visto no lo creyera. Alguna vez acontesce que quando el emperador no va lexos, avan con él la muger y los hijos, y todas las gentes de aquellas huestes van mezcladas.

Este imperio del gran Can es partido en doze provincias muy abundosas, y en cada provincia ay más de dos mil ciudades y villas; y por cierto esta tierra sin número es muy grande porque ay en estas provincias doze reyes principales, y cada uno de estos reyes tiene otros resyes baxo de sí, y todos so obedientes a él.

Y dura su tierra tanto que no la podría andar un hombre en tres meses por tierra ni por mar; y en medio del desierto se hallan mesones y ventas de jornada para los caminantes, donde halla hombre todo lo que ha de menester.

En aquella tierra ay una costumbre muy provechosa y es ésta: que cada y quando que acontescen contrarias o tocantes al emperador o a su imperio, él sabe aquellas nuevas en un día, porque él tiene comúnmente embaxadores que /fo. L r./ cavalgan sobre dromedarios o cavallos que van tan presto como ellos quieren; quando ellos son cerca de la venta, tocan un cuerno y luego los del mesón entienden que algunas nuevas vienen, y llama a otro para tomar las letras y llevarlas a los otros mesones de adelante, de manera que el correo corre hasta el primer mesón y allí huelga con su bestia; d´esta manera van con sus postas hasta llegar al emperador, y assí como nuestro emperador embía sus correos por su tierra, assí mismo ay en cada villla hombres assalariados para aquel oficio, para quando uno viniere que otro se parta con el mensage y se vaya de fresco; estos correos son llamados en su lenguage "dilo", que quiere dezir "mensagero".

Y quando el emperador va lexos de su común assentamiento y passa por sus ciudades y villas, cada uno haze delante su casa fuego donde echan cosas olientes para dar buen olor a su señor: todas las gentes se arrodillan delante d´él y le hazen gran reverencia. Y dondequiera que ay religiosos christianos que son en muchas ciudades y villas de su tierra, quando el emperador passa por ellas aquellos christianos religiosos le salen a rescebir con la cruz y agua bendita cantando: "Veni creator spiritus", y van ante él; y quando él vee aquestos christianos él manda a los grandes señores que vienen allí cerca d´él que hagan venir aquellos religiosos; de que son cerca d´él viendo venir la cruz, él le haze acatamiento y se quita un sombrero que traen en la cabeça muy rico de piedras preciosas que vale más que una ciudad, y él se baxa delante de la cruz, y el perlado delante d´él algunas oraciones; después le da la bendición y le presenta alguna fruta en número de nueve en un plato, assí como son mançanas o peras, las quales él las toma y las reparte con aquellos señores, porque es costumbre que ante él no ha de venir hombre vazío sin traerle alguna cosa. Y assí, dize el emperador a los religiosos que se tornen porque no les hagan enojo los cavallos que vienen detrás. Y assí mismo hazen reverencia a la cruz los cavalleros que vienen con él. Y d´esta manera hazen al primogénito del emperador y a su muger.

Contínuamente el emperador tiene consigo más de concuenta mil de cavallo y dozientos mil de pie sin la gente dela muger y hijos, y sin los menestriles y aquellos que curan la cavalgaduras y aves, de manera que en todo el mundo no ay tan gran señor como este gran Can; de manera que ni el Preste Juan de las Indias ni el soldán de Babilonia ni el emperador de Persia son muy pequeños en comparación de la nobleza, potencia y riqueza en que excede a todos los príncipes terrenañes, o qual es gran daño, porque no cree firmemente en Dios Nuestro Señor, aunque de buen grado oye predicar nuestra fe y sufre que los christianos vayan en su tierra, por quanto él no defiende a ninguno que no tenga la ley que quissiere.

En esta tierra tiene un hombre cien mugeres o más, y toman por mugeres a sus parientas fuera de madre, hijas y hermanas de parte de madre; toman assí mismo todas las mugeres de sus hermanos después d´ellos muertos, y a sus madrastras.

Llevan vestiduras largas sin mesura; son vestidos de púrpura, tartarines y de paños de oro, y son ropas hendidas por los costados; ciérranse con lazos de seda; pero no osan llevar bonete ni capirote; quando van vestidos de aquella manera, no se conoscen los unos a los otros, salvo los queson casados, que llevan sobre las cabeças señal, y no están sus mugeres consigo, sin cada una por sí, y el marido va a tomar plazer con aquella que a él le paresce bien a casa d´ella.

Las casas son de madera, redondas, y tienen una ventana por donde entra el humo y entra la claridas; la cubierta de la casa y las paredes están emparamentadas de fieltro; y quando ellos /fo. L v./ van a la guerra llevan sus casas en carros assí como tiendas y pavellones, y hazen fuego en medio de la casa, y llevan consigo toda la manera de bestias sino puercos.

Ellos creen en Dios que crió todas las cosas, mas tienen ydolos de oro y de plata y de fieltro y de paños: a aquél ofrescen ellos la primera leche de sus ganados y assí de sus viandas antes que coman ni bevan, y ofrescen muchas vezes cavallos, bestias y todas cosas que proceden de la natura, al qual llaman "Yegua". El emperador, quando ha menester favor llama al dios de natura que le ayude.

Quando yo fui allí, el emperador se llamava "gran Can" y su hijo primogénito havía nombre Colve, y quando será emperador terná el nombre de "Can"; sin este primogénito tenía el emperador doze hijos cuyos nombres son aquéstos: Ordu, Catay, Burie, Nogu, Notabi, Cadu, Ciban, Onten, Balach, Babi, Layr, Guaragon; los nombres de sus mugeres: la primera y principal, que era hija del Preste Juan, havía nombre Feroch Can; la otra Balach Can; la otra Carauli Can. Las gentes d´esta tierra quando han de hazer alguna cosa esperan la luna nueva, a la qual hazen gran honor, y al Sol, y se humillan a ellos.

Todas las gentes de aquella tierra cavalgan comúnmente sin espuelas, mas llevan en su mano una verga para dar al cavallo; son gentes de gran conciencia y reputan por gran pecado meter un cuchillo en el fuego y sacar la carne con gancho de la olla, y herir con espuelas al cavallo o darle sofrenadas, y quebrar un huesso encima de un piedra, y de echar leche o qualquier otro licor sobre la tierra que hombre puede bever, y matar niños pequeños...

Yel mayor pecado que ellos reputan es orinar donde ellos duermen, y quien orinare luego lo paga, y de cada un pecado d´estos es menester que se confiesse según su ley y pagar gran cantidad de plata en penitencia; y si el lugar donde haurán orinado es sagrado, no osaría ninguno entrar; y quando han hecho su penitencia, házenlos passar por medio de dos fuegos, y entonces dizen ellos que son absueltos y quitos de sus pecados.

Assí mismo, quando vienen algunos mensageros y les traen presentes conviene que con el presente en uno passen por medio de dos fuegos ardientes para provar si traen alguna ponçoña o otra cosa semejante que pueda empescer la persona del señor. Y si algún hombre fuere tomado en adulterio o fornicación luego lo hazen matar, y no menos al que hurta alguna cosa. Y sabed que son grandes arqueros y tiran muy bien.

Las mugeres cavalgan assí como los hombres, y llevan los cavallos a passear, y usan carreras, y hazen arar a las mugeres y hazer todas las cosas necessarias salvo los arcos y saetas y todo género de armas, que hazen los hombres.

Item, todos son obedientes al emperador, y no pelean unos contra otros; ni ay en esta tierra robadores ni malhechores, y hónranse unos a otros, y no hazen mal a los estrangeros.

Los grandes príncipes y señores comen perros, ranas, lobos, yeguas, pollinos, ratas y otras qualesquier bestias que fueron defendidas en la ley de Moysén: comen toda la bestia de dentro y de fuera que no dexan nada; y comen muy poco pan salvo en los palacios de los grandes señores. No comen lentejas, ni havas, ni vianda espessa, sino la cocina de la carne; y como ellos han comido, enxúganse las manos en las tovajas, porque ellos no usan manteles; y quando han comido, meten en una caldera la carne que les sobra y las escudillas hasta que quieren comer otra vez. Los hombres ricos beven leche de yeguas y de camellos, asnas y otras bestias; assimismo, beven otro brevage hecho como agua cocha y la mitad de leche, todo mezclado en uno, por quanto ellos no tienen vino ni cidra, de manera que ellos biven muy miserablemente. No comen sino una vez al día, y ento[n]ces muy poco quando ellos guerrean.

Ellos se han muy sabiamente /fo. LI r./ contra sus enemigos: todavía procuran de encerrarlos; cada uno lleva tres o quatro arcos y muchas saetas y un hacha; y los nobles llevan espadas y arneses de cuero cozido; y si alguno huye de la batalla, luego lo matan; y quando ellos ponen sitio sobre algún castillo o villas cercada, prometen quanto les piden los que están cercados; y después que los toman ellos los matan a todos y les toman toda su ropa y quanto tienen; y quando los de dentro veen tan mal tratamiento conviéneles dezir: "Nosotros sabemos bien por certinidad de prophetas que nos lo han revelado que devíamos ser vuestros vassallos y súditos, y por tanto nos queremos convertir a vuestra ley", y d´esta manera lo hazen por escapar sus vidas, y de allí adelante se dan al emperador, y después se pueden tornar a la ley que quissieren, porque ninguno es forçado de tomar otra ley sino aquélla que él quissiere, assí como ellos hazen sus ydolos a imagen de algún amigo suyo porque aya memoria d´él, y hazen la imagen muy luziente, y de la misma madera una vestidura; a ninguna muger no le hazen vestidura diziendo que no deve hombre armarla con adornamiento de vestidos ni tenerla por esto en más, sino desnuda mostrando aquella figura que Dios le dio, y por las virtudes que tiene. Y quando quieren pelear, con tanta orden se juntan que si son xx mil no parescen sino x mil; y d´esta manera ganan ellos muchas tierras, mas no las saben guardar.

Estas gentes más aman estar en el campo en tiendas que no en villas y castillos, y no precian cosa alguna lo suyo ni lo ageno (tienen en mucho el azeyte de olivas y hazen d´él muchas medicinas).

Todos los tártaros tienen pequeños ojos y pocas barvas y ralas, y son muy falsos y traydores porque cosa que prometen ellos no la mantienen.

Y son muy diversa gentes y gastan muy poco porque ya son instruydos en aquello.

Quando alguna persona se quiere morir, ellos le ponen una lança a su costado, y quando llega la muerte todos salen fuera de sus casas hasta que sea muerto, y después lo entierran en los campos; y quando el emperador muere, le dexan en una carreta en medio de su tienda y ponen delante d´él una tabla con sus manteles, y en ella mucha carne y viandas, y en un vaso leche; y ponen un cavallo muy enjaezado, y encima del cavallo oro y plata;y como muere hazen una gran huessa y con todo lo suso dicho lo entierran y lo cubren de tierra diziendo que en el otro mundo no estará sin cavallo y oro y plata y vianda, y sin casa, porque ellos piensan que en el otro mundo comen y beven y solazan con las mugeres como hazen acá.

Y el día que será puesto debaxo de tierra ninguno será tan osado que hable d´él delante sus amigos, y aún muchos de sus amigos lo hazen meter de yuso de tierra muy secretamente de noche en lugar desierto, y tornan a poner la yerba encima la tierra porque crezca, a fin que no sepa ninguno la huessa por manera que no torne en memoria de sus amigos, y entonces dizen ellos que se ha tornado bivo en el otro mundo y que es mayor allá que no acá. Y assí, después de la muerte del gran emperador, todas las siete naciones suso dichas se auntan y alçan al primer hijo por empereador diziéndole assí: "Nos hos rogamos seays nuestro emperador y señor", y él responde /fo. LI v./ y dize: "Si vosotros queréys que yo reine sobre vosotros, havéys de hazer cada uno lo que yo hos diré y estableceré y ordenaré, y aquel que yo mandare que muera que luego sea hecho", y todos responden a una boz diziendo: "Quanto vos mandares será hecho"; el emperador dize: "Pues quiero que mi palabra taje como espada", y después lo hazen assentar encima de un fieltro negro que le ponen encima la cátedra, y assí lo coronan; y después todas las villas le hazen presentes en tal manera que él haurá en aquel día más de lx carretones cargados de oro y plata sin las otras joyas que le presentan los grandes señores: unos oro; otros piedras preciosas que son sin estima, ultra de los cavallos y paños, que son sin número.

Esta tierra de Catay está en Asia la honda, y más hazia acá está Asia la mayor. El reino de Catay es en la parte de occidente y también el reino de Tarsia, del qual fue señor uno de los tres Reyes de oriente que vinieron a ofrescerle a Belem a Nuestro Señor, y aún oy en día aquéllos son de linage de aquel rey, y son christianos. Aquellos tártaros no comen carne ni beven vino, y son hazia la parte de occidente; allí está el reino de Turcmestan, el qual se estiende a la parte de poniente hasta el reyno de Persia: en esta tierra de Turcmestan ay muy pocas ciudades buenas; la mayor ciudad es llamada Actozar.

Capítulo XVI