Capítulo XV[I]

Del reyno de Corassim.

 

D´esta parte está el reyno de Corassim, que es buena tierra y deleytosa, mas no ay vino en ella. Ay un desierto a la parte oriental que dura cien jornadas. La mejor ciudad d´esta t[ie]rra se llama Corassim, de la qual el reyno toma nombre. Las gentes d´esta tierra son buenos guerreros y osados. D´esta parte está el reyno de Conayn, donde los comunes que están en gracia fueron echados; y es uno de los grandes reynos del mundo, mas no es bien poblado, porque a la una parte haze tan gran frío y a la otra tan gran calor que ninguno puede estar, y assí mismo por las moxcas que son sin número. En esta tierra ay pocos árboles y queman estiércol por falta de leña. Este reyno se estiende la vía de nosotros y contra P[r]usia y Russia; por medio d´este reyno passa el río Nilo, que es uno de los mayores ríos del mundo y se yela cada año muy fuertemente de manera que muchos hombres se halla han en peleado sobre el yelo a pie y a cavallo, y algunas vezes más de cien mil personas se encuentran encima de aquel río: aqueste río es las gran mar de poniente que ellos llaman "mare".

Y h[a]zia baxo en esta tierra está el monte de Toas. Dizen que ésta es la mayor montaña del mundo (es, a saber, la más alta); está entre las mares se Maure y de Caspia, donde ay un estrecho passo para las Indias; en este passo hizo hazer el rey Alexandre una torre y una ciudad que llaman Alexandría para guardar aquella tierra porque ninguno no ossase passar sin salvoconducto, y de presente es llamada aquella ciudad "el puertode fierro". Y la principal ciudad se Comacaym ha nombre Sarrach; aquéste es uno de los tres /fo. LII r./ caminos que ay para yr a las Indias; empero, por aqueste camino no podría hombre passar aunque fuessen muchas compañías sino en el invierno; a este passage llaman Barbent. Y el otro camino es el reyno de Tuboscon; por este camino ay muchas jornadas de mal camino y muchos desiertos. El tercero camino va para la gran mar y va para el reynado de Abcas; sabed que este reino y todas las tierras suso dichas obedescen al gran Can, con otras muchas provincias al otro costado, por quanto como tengo dicho su poder es muy grande.

Capítulo XVII