Capítulo XXX

Donde sant Juan Bautista fue quemado sino el dedo que mostró a Jesuchristo y la cabeça, y de la fuente de Jacob y de la de los samaritanos.

 

En esta ciudad fue el sitio de los diez tributos de Israel, mas esta ciudad no es assí de grande de presente como solía ser. Y allí fue sepultado san Juan Bautista entre los prophetas Eliseo y Abdón, y dende fue llevado al castillo de Materin cerca de la mar Muerta, y después fue llevado y trasladado de sus discípulos y sepultado en Samaria, y allí hizo Julián pregón general de quemar sus huesos porque en aquel tiempo vino él a ser emperador y hizo echar la ceniza al viento, mas el dedo con el qual mostró al salvador del mundo diziendo: "Veys allí al cordero de Dios" no lo pudo quemar, mas aún todo está entero.

Aqueste dedo hizo levantar santa Cicilia entre los montes, donde haze hombre gran fiesta, en aqueste mismo lugar donde solía haver una hermosa yglesia, mas ya está derribada; allí estava la cabeça d´él enterrada en un muro, mas el emperador Teodosio la hizo sacar fuera, la qual fue hallada en un paño embuelta y sellada, y assí la hizo el emperador llevar a Constantinopla y aún está allí el colodrillo, y parte de la frente está en Roma en la yglesia de san Silvestre con un poco de ceniza de sus huesos, porque fue todo quemado; y paresce que no ha más de medio año que sea quemado porque el emperador Julián por la maldad grande que en él reinaba lo hizo quemar en aquella parte con otros muchos que ende havía; y santa Inés truxo a Génova el plato donde la cabeça de san Juan fue puesta después que fue degollado, al qual los ginoveses hazen gran fiesta: algunos dizen que la cabeça de san Juan está en Amis en Picardía, y otros dizen que ésta es la cabeça de sant /fo. XXIII v./ Juan obispo, el qual fue santo.

De aquella ciudad de Samaria hasta Hierusalem ay doze leguas. En las montañas d´esta tierra ay una fuente que tres vezes en el año muda la color: algunas vezes es verde y otras bermeja y otras clara, la qual fuente es llamada "la fuente de Job".

Las gentes de aquella tierra fueron convertidas por los apóstoles y son llamadas "samaritanos", mas por cierto ellos no han guardado su doctrina, porque todavía ellos tienen una ley y creen un solo dios criador de todas las cosas y creen los cinco libros de Moysén y el Psalterio y los prophetas, assí como los judíos; y dizen que ellos son dichos "hijos de Dios" y entre todos son los más amados de Dios, y que su tierra es el propio heredamiento de Dios, la qual él prometió a sus amigos. Assí mismo [dizen] que su Dios los guarda de otras gentes; y los moros llevan en la cabeça un trapo de lino blanco y los christianos que allá están traen un paño de lino cárdeno y los judíos amarillo. Y en esta tierra moran muchas gentes que pagan tributo como christianos.

Capítulo XXXI