Capítulo XI

De los mamellucos y del soldán.

 

  Quando supieron todos los mamellucos que estávamos allí muchos christianos, luego vinieron a saber si hallarían entre nosostros algunos de sus tierras, y solo alemán avía entre toda nuestra compañía, el qual era natural de Basilea. Muchos úngaros muy dispuestos llegaron entonces al señor mossén Juan arcediano transilvanensi, varón religioso y bien docto, alegre, benigno [y] benigno en conversación, el qual obró con ellos exemplos de santa vida porque los más hizieron juramento en su poder que se tornarían a la fe christiana que primero havían tenido y harían penitencia. Él confirmó sus casamientos assí como nosotros hazemos, porque estavan hechos al rey de Mahoma, y bautizó a todos sus hijos. Esto se hizo muy secreto en casa de uno de los dichos úngaros, el qual tenía solo el nombre de ma-/fo. IX r/-melluco porque nunca renegó de la fe ni recibió la circuncisión, que siempre tuvo la voluntad fiel y sana, salvo el nombre y vestidura que tenía de moro. Y esto sabían bien el soldán y los de su corte, pero todo se lo sufrían por ser muy virtuoso y de gran esfuerço, assí en las armas como en el ánimo, y, allende de lo dicho, sabiendo que antes rescibiría la muerte que no le hiziessen renegar de la fe de Jesuchristo, por esto dio provissiones el dicho soldán a él y a otros varones que después de su muerte fuessen esentos de la servidumbre a él obligados. Y este mamelluco nos fue muy amigable por intercessión del dicho señor arcediano, el qual nos llevó por la ciudad y nos descubría los más secretos lugares d´ella; pocos mamellucos vimos entonces que no se dixessen de hecho christianos y que volverían a la fe de Christo, lo qual muchas vezes nos lo afirmava el dicho Calión, huésped nuestro, porque sus dos mugeres eran christianas y todos sus hijos. Es cierto que los mamellucos hazen primero a todos sus hijos christianos y házenlo a muy mal fin: porque no los hazen christianos a fin que las ánimas de los niños por virtud de a qual santíssimo sacramento y buenas obras merezcan la eterna gloria, sino para que después que ellos sean muertos queden sucessores en los bienes, porque todas estas gentes dichas mamellucos, después que mueren, son confiscados todos sus bienes para el soldán; y ningún moro natural puede ser mamelluco, y por esto ellos, luego que sus hijos alcançan edad perfeta, llevánlos delante del soldán diziéndole que son muy prestos de renegar de la fe de Cristo, para que sucedan en la herencia; lo qual otorgado, reniegan y son subrogados en lugar de sus padres; y no se haría si en la seta de Mahoma fuesen nascidos. Y hazerse esto allí es aun bueno, por estar el uso de los sacramentos entre los infieles y guardar solo el nombre de Jesuchristo en el nacimiento. Tengo yo por cierto que si moros puros tuviessen la Tierra Santa no se daría consentimiento que ningún christiano en ella entrasse, por ser tan grande la enemistad. Empero, como el soldán es de aquéllos y los que en las armadas están, no nos defienden la entrada , y allí somos sin peligro. A doze días del mes ya dicho fuemos avissados cómo las galeras de los venecianos estavan cargadas en el puerto de Alexandría, y de allí vinieron al dicho puerto de Thoro, de lo qual recebimos mucho consuelo porque las estávamos esperando. En aquel mismo día tomamos mucho plazer con un hermoso juego de una bestia que llaman "copín", la qual nos truxeron a la posada por darnos plazer. Y quando vino la noche, nuestro huésped con toda su familia començó de hazer locuras y desvaríos: saltando, baylando, cantando muhas canciones y tañendo instrumentos muy dulces, de manera que en toda aquella noche casi no dormimos mirando aquellos juegos.

Capítulo XII