Auto de Fe celebrado en la ciudad de Logroño en los días 6 y 7 de noviembre de 1610
Relación de sucesos (archivos inquisitoriales)
1611
Logroño, Juan de Mongastón
Niños brujos
Brujo
María de Iuanto confiesa que muchos niños declararon en la villa de Vera que tres noches a la semana se los llevaban al aquelarre, pues algunas Maestras los habían hecho brujos. Posteriormente, a causa de este chivatazo, las criaturas recibieron un buen castigo. Los padres se percataron de este hecho y acudieron al Vicario de la iglesia para que pusiera solución a este rapto nocturno y este maltrato. El sacerdote se los llevó a dormir con él (más de cuarenta pequeños) y los protegió con bendiciones y agua bendita.
Esas noches los brujos intentaban lograr sus propósito, y acechaban por la ventana, hacían ruido, soltaban carcajadas, y el cura no les permitía entrar. Sin embargo, que el vicario no los conjuró, lo durmieron y se llevaron a los niños, que volvieron con grandes secuelas. Al día siguiente, los infantes vieron a dos de las brujas por la calle y las acusaron. Se demostró la verdad de las acusaciones y se tomaron medidas.
Nuevamente se incide en el maltrato infantil.
Este relato, además, destaca por su vertiente terrorífica, cuando los brujos acechan a los niños y se escuchan ruidos y risas que hielan la sangre.