Un vecino de Estella volvía a su casa cuando, en el camino, encontró una cabra que se comportaba de un modo muy extraño. Como el animal amenazaba con atacarle, le tiró una piedra a la cabeza y la bestia desapareció. Como el hombre sospechaba que había gato encerrado, se acercó al día siguiente a la taberna de la aldea colindante, Ayegui, y preguntó a un curandero que allí había si alguna mujer había acudido por una herida en la cabeza. Así descubrió la identidad de la que él creyó una bruja que se había transformado en cabra y le había salido al paso la noche anterior. Pronto se corrió la voz y la mujer en cuestión adquirió por los alrededores una fama de bruja que jamás habría de perder.

Este motivo se repite asiduamente: bruja se convierte en bestia - amenaza o ataca a un vecino - la víctima hiere a la bruja - una persona de la vecindad presenta al día siguiente la misma herida que se infligiera al animal - la bruja, por tanto, es descubierta.