De Cenotia interesa mucho su propia descripción, ya que se presenta como una mujer con unas capacidades mágicas extraordinarias, que le vienen por herencia familiar. No se autodenomina hechicera, sino más que eso: encantadora o maga, aunque ese intento de autoprestigiarse resulta vano cuando deja la teoría y pasa a la práctica. Como bien dice Cenotia, su estirpe es agarena, por lo que se trata de una hechicera étnica que, como veremos, sale bastante mal parada, pues intenta causar daño con sus conocimientos ocultos y eso le vale un cruel castigo. Cuando es rechazada por el joven Antonio, le provoca una terrible enfermedad, aunque neutraliza el hechizo amenazada por el padre del muchacho. Por otra parte, también intenta aconsejar negativamente al rey Policarpo, hasta que el pueblo la ahorca.

Las hechiceras étnicas reciben un tratamiento bastante negativo por parte de los autores, que las presentan como la categoría más perniciosa que existe, puesto que, casualmente, es a la que más vemos practicando hechizos maléficos, para hacer daño a otras personas.