Ars Magica
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José Dueso (recopilador)
"La sorgiña de Kimuko", en Leyendas guipuzcoanas de brujas
Género
Leyenda popular
Año edición / composición / representación
2014
Lugar / Librero / Editor
José Dueso
Personaje Mágico
Sorgiña
Tipología
Bruja
Descripción
En Aitola, un hombre del caserío Kimuko, encontró un día en medio de un camino a una mujer inmóvil que lo miraba suplicante. Él no supo cómo reaccionar y se quedó embobado mirándola y rascándose la calva. Al final, la mujer le dijo que tenía un problema y necesitaba ayuda, dado que el segundo toque del ángelus la había sorprendido fuera de casa y ahora no podía regresar. Con esta explicación, el hombre pudo deducir que se trataba de una sorgiña, por lo que no estaba convecido con respecto a prestarle ayuda, pero ella rompió a llorar y le prometió además que la transportaba sobre su espalda al lugar que ella le indicaría, a la mañana siguiente encontraría bajo la almohada una camisa de lino nueva. Él accedió y después volvió al casería, donde contó a su familia lo acaecido, mas nadie lo creyó y solo recibió burla y escarnio. Sin embargo, todos hubieron de reconocer su sinceridad cuando al día siguiente, bajo la almohada, halló una camisa de lino por estrenar y recién planchada. En efecto, había tenido un encuentro con una bruja.
Observaciones
En este relato, pero se usa sorgiña como haciendo referencia a una criatura de apariencia humana, pero en realidad no humana, aunque poco después se usa el término bruja, por lo que se está hablando de una mujer, aunque con unas características diferentes a las del resto de féminas.
José Dueso (recopilador)
"¿No hay sorgiñas?", en Leyendas guipuzcoanas de brujas
Género
Leyenda popular
Año edición / composición / representación
2014
Lugar / Librero / Editor
José Dueso
Personaje Mágico
sorginas en general; Maripetraliñ en particular
Tipología
Bruja
Descripción
Maitetxu, una joven de un caserío guipuzcoano muy escéptica con respecto a las brujas, mientras hilaba con otras mujeres, hacía gala de su incredulidad de forma muy drástica, criticando la creencia en estos seres. Todas las demás aseguraban que las sorginas sí existían y solo Maripetraliñ, la mejor amiga de Maitetxu, se mantenía en silencio. Al regresar a casa de noche, las dos solas, Maitetxu preguntó por el tema a su amiga y ella solo respondió que si las sorginas tenían nombre por algo sería. En un momento dado, las dos se separaron y la incrédula siguió su camino sin compañía. Escuchó unos siseos y pensó que las mujeres del pueblo querían darle una lección por su escepticismo, pero pronto le siguieron voces audibles, demasiadas para tratarse de una broma, luego escuchó multitud de risas y finalmente divisó ojillos brillantes y rojos, envueltos en unas siluetas que sin duda se correspondían con las de gran cantidad de brujas. Echó a correr presa del pánico, pero las garras de las sorginas cayeron sobre ella. Aquella noche no regresó a casa y a la mañana siguiente salieron a buscarla. La encontraron inconsciente pero viva, eso sí, sin ningún pelo en el cuerpo, ni en la cabeza ni en ninguna otra parte. Parece ser que cada bruja le arrancó un pelo y tantas eran que la dejaron pelada. Además, al atacarla, afirmaron que eran brujas, que sí existían y que su capitana era Maripetraliñ precisamente, que esa noche no las acompañaba. Así que su amiga tenía razón: aquello que tiene nombre, existe.
Observaciones
Estas leyendas sobre la credulidad-incredulidad suelen tener un patrón común: la lección ejecutada sobre el/la protagonista para que aprenda que no hay que ser escéptico. De ahí que muchos de estos relatos estén muy cerca de la narración terrorífica.
©Eva Lara Alberola (2012-2024)
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