Aquí se acaba el tercero libro e comiença el quarto

 

 

Prima prosa, et incipit «Hec cum Philosofia». En aquesta prosa mueve Boecio una qüestión maravillándose del regimiento de Dios,

que dexa que la malicia vaya adelante e florezca

e que la virtud sea mal traýda

 

Quando la Philosofía ovo consolado a Boecio removiendo las cosas por las quales parecía que oviesse dolor, en este libro mostró Boecio que aún no avía complida folgança el su dolor por razón de las dubdas que le eran de la generación del mundo, e dixo:

––Oh tú, Philosofía, que eres mostradera de la verdadera lumbre de soberano bien, las palabras que tú has muy bien e suave e ordenadamente dichas aún non me tiran el mi dolor, ca por cierto non me son olvidadas del todo las que tú has dichas que ya antes sabía, mas buenamente non ponía ende el mi coraçón. Mas hásmelas traýdas a las memoria e sonme salidas algunas dubdas que me turbavan un poco. E lo primero es esto: que como sea cierto que Dios es soberano bien e sea regidor e governador de todas cosas, ¿cómo puede ser que ningund mal sea ni sea fecho por ninguno? Lo segundo es que como Dios sea tal como havemos dicho, ¿cómo puede ser que, si males se fazen, que non sean punidos y emendados? Lo tercero es que cómo puede ser que Dios sufra que las personas virtuosas e buenas e las virtudes non tan solamente son guardadas por los bienes que avrán hecho, mas aun serán sometidas e folladas por los malvados tyranos llenos de nequicia e de maldad. Y éstos han señorío sobre los buenos e los menosprecian e los poseen assý como si hoviessen fecho un grand mal e sufren pena sin culpa, empero las culpas e las maldades de muchas malas personas passan sin pena, ca no son punidos en ninguna cosa. Todas las dichas cosas me son maravillosas que se hazen sin regimiento de buen regidor que lo sepa e lo vea e que ende pueda punir e que [37r] non quiera salvo bien e amor, atal es Nuestro Señor Dios. Empero a todo buen regidor que faga fazer las buenas obras derecha e verdaderamente pertenece corregir y emendar e punir a los que yerran.

Respondió la Philosofía e dixo:

––Por cierto si assý fuesse como tú piensas, sería cosa fuerte y estraña, mas tú no paras mientes que en la casa de tan excellente padre muchas baxillas de diversas maneras ay, las quales son deputadas al servicio de la dicha casa. Empero sy todas las baxillas de pequeña conversación fuessen echadas de fuera, las baxillas que son preciadas serían ensuziadas. Los malos ombres son assý como baxillas menguadas de vil conversación, e los buenos e virtuosos son assý como baxillas preciadas e virtuosas. Pues como non sea razón que las baxillas virtuosas sean ensuziadas, assý non es razón que los malos ombres d’ende sean echados nin alongados. E si paras mientes en las cosas que avemos dicho en los libros pasados, la tu opinión conoscerás que es falsa, ca el contrario avemos dicho, esto es que los ombres buenos todos tiempos son poderosos tanto como son buenos, e los malos que perseveran en las maldades son menguados e mezquinos. Otrosý lo puedes ver e conoscer por lo que de suso avemos dicho, que éstos son males sin pena e virtudes sin galardón, e que a los malos vienen malas venturas e a los buenos bienaventuranças.

 

 

Primum metrum, et incipit «Sunt etenim penne volucres». En aqueste metro Philosofía cumple lo que ha prometido e prueva

que solamente los ombres virtuosos

son altos e poderosos

 

––¿E no se te miembra que yo te he mostrada la forma de la bienaventurança verdadera y el lugar donde está?

Respondió Boecio:

––Bien me miembra.

E la Philosofía dixo:

––Pues por las dichas palabras puedes tomarlas e ponerlas al tu pensamiento, e será muy ligero e subirá en alto fasta el soberano cielo, tanto que verná en la verdadera e perfecta conoscencia de Dios, el qual sobre todos los cielos tiene la su cáthedra y el su ceptro e comprehende los reynos del movimiento del mundo y es rey sobre todas cosas movibles e resplandesciente, y el tu desseo será que podrás remanescer ende. Y entonces si a ty plaze mirar contra el mundo que avrás desmamparado, verás los malos príncipes e tiranos que son desterrados e puesto en miseria. Empero son muy temidos por las gentes e muestránse a los sometidos como leones, e si fuesen bien conocidos no serían por los buenos ombres temidos.

 

 

Segunda prosa, et incipit «Tum ego pape». En aquesta prosa Philosofía prueva que por los grados de las criaturas

podemos venir en conoscencia de Dios

 

Boecio respondió e dixo:

––Mucho me maravillo d’estas cosas que dizes, ca mucho son grandes. Empero piénsome que tú lo podrás provar, e porque he seýdo desesperado en saber esto, ruégote caramente que lo prueves e que no quieras tardar.

E la Philosofía dixo:

––Plázeme mucho, e mostrarte he que los buenos todos tiempos son poderosos e que los malos no han poder, antes son desmamparados, de todas fuerças desapoderados. E por el un contrario se podrá manifestar el otro; la primera razón es ésta: los que por las sus obras alcançan lo que desean alcançar, la fin por que es, entonces es virtuosa e poderosa la cosa quando al[37v]cança la su fin, assý como la vista que entonces ha el su poder quando puede conoscer las colores y el oýr quando oyen las campanas (24); e por el contrario, quan[do] no pueden alcançar la su fin non han poder. Pues como los buenos ombres alcancen lo que dessean, que es la su fyn la qual es verdadera bienaventurança, e los malos ombres non la pueden alcançar, como sea naturalmente desseada por todos, paresce que los buenos son poderosos e los malos no. E porque alguno alcance algunas cosas no necessarias, dos cosas que son querer e poder, e la una sin la otra no acaba ninguna cosa por que venga a la su fin, e como los malos ombres ayan el querer e les fallezca el poder, paresce que son sin poder. Otrosí puedes ver esto mesmo por otra razón, ca non es dicho flaco ni lo deve ser dicho el que fallesce en algunas cosas, mas el que fallece en la principal, la qual le es soberanamente mejor e más que otra es desseada.

Pues como algunos ombres sean que hayan avidos algunos desfallimientos, ca no es ninguno que sea del todo perfecto, empero no han perdido el principal bien que desseavan, e los malos ombres [que] lo ayan perdido paresce que son verdaderamente flacos e mezquinos. E puedes ver esto por tal razón: que assí como todo aquél que va con sus pies fasta el lugar más lexos el qual ninguno no puede más andar, aquel tal será dicho poderoso en andar, otrosý aquél deve ser dicho poderoso que puede alcançar la cosa que es fin de todas cosas e mejor e más desseada. E por el contrario, aquél que fallesce assí que no puede alcançar al término al qual puede ligeramente venir es muy flaco e sin virtud, ca los que han dexadas las virtudes e se dan e se deleytan en vicios e pecados, o lo fazen por ignorancia, que no saben fazer departimiento entre bien e mal, o lo fazen acordadamente, ca lo saben, mas déxanse vencer a la voluntad siguiendo la sensualidad, o lo fazen de todo en todo acordadamente e voluntariosa. Si en la primera manera veemos quál cosa es más flaca e mezquiza quien ciega a ty de ygnorancia, ca atales son assí como los ciegos que no conocen de quál parte quieren yr. Si en la segunda manera, son assí como bestias que no se rigen de juyzio ni de razón, mas por su sensualidad bestial. Si en la tercera manera, dígote que no tan solamente pierden su fuerça, mas aun pierden su estado, ca aquéllos que desmamparan la cosa que es fin de todas cosas pierden su estado, ca todas las cosas que son ordenadas a alguna fin toman estado de comienço de la fin, e los que alcançan son dichos de balde, e ninguno e principalmente más los que acordadamente su fin principal.

Mas por ventura podrías dezir que como sea cosa manifiesta que muchas malas personas son en el mundo, podrás dezir que no sean ciertas. Yo te digo que han estado de ombre, ca entonce es dicho que verdaderamente ha estado a alguna cosa, ca puede fazer la obra a él devida según propiedad suya natural. Otrosí podrías dezir que aquéllos han poder de fazer mal, ca fázenlo, pues han poder e no son desapoderados. E yo no te respondo: ni no digo que ellos no puedan fazer mal, mas aquel poder que han de mal fazer no lo han por virtud que ayan en sý, mas por gran flaqueza, ca el poder que han de fazer mal no lo ovieran si pudiessen perseverar en perfección de bondad, mas porque no han en sý bondad pueden fazer mal. E por esto el su poder más deve ser dicho despoder que poder.

Para mientes que non es ninguna cosa tan poderosa como Dios, que es soberano bien, el qual puede fazer todo bien e non puede fazer mal. Pues los que no pueden fazer todo bien, ca no es ninguno que en todas las sus obras o cosas sea perfecto, e pueden fazer [38r] mal, síguese que el dicho poder [es] fecho por su flaqueza e no por su fortaleza. E como el bien sea desseado naturalmente por todos y el mal sea refrenado y esquivado, el poder de fazer mal no deve ser desseado, ca ha más perfección, e dixo Platón que los sabios tan solamente pueden fazer lo que dessean e las malas personas pueden fazer lo que les plaze, mas no pueden fazer lo que desean complidamente ni su desseo no lo pueden complir, ca naturalmente dessean como los otros que puedan alcançar el soberano bien, el qual no pueden alcançar en ninguna manera.

 

 

Secundum metrum, et incipit «Quos vides sedere». En aqueste metro prueva lo que es dicho de suso, specialmente en los reyes,

e muestra que todo rey vicioso es esclavo

 

Empero la flaqueza de las malas personas puedes ver en los malos reyes e príncipes, que paresce que devan ser más poderosos que los otros. Empero la su maldad es más manifiesta, los quales si quisieres mirar quántas tribulaciones han en sus coraçones, fallarás que continuamente son en diversas afliciones e muchas passiones. E ya sea que sean en altas e hermosas cáthedras e sean vestidos de preciosas vestiduras, empero traen cadenas muy feas en sus conciencias, ca algunos son atormentados de pensamientos, otros por desseos desordenados e otros por yra e otros por grand tristor, e otros son atormentados por vana esperança e creen que puedan fazer lo que no pueden nin podrían estando en su maldad, ca aman tan solamente el bien propio e dexan andar e caer el bien común.

 

 

Tercera prosa, et incipit «Fides ne (25) igitur». En aquesta prosa prueva que los malos non son jamás syn pena nin los buenos syn galardón

 

Pues estas cosas de suso dichas, por cierto bien puedes conoscer por ellas en quántas vilezas, suziedades e vicios e peccados son embueltos e quánta claridad e resplandor es en bondad e virtud. E sy piensas, luego te será manifiesto que muchos tiempos no son buenas obras que no ayan galardón, e a las malas obras no les fallecen ni les son alongadas penas. Lo primero puedes ver por esta razón: que aquella cosa por la qual alguno trabaja y el su trabajo es justo e bueno e verdadero, aquélla es galardón del trabajo quando es avida, así como la señal de aquél que mejor corre e la corona es galardón del valiente cavallero vencedor. Pues como bienaventurança sea la cosa por la qual los buenos ombres fazen todo quanto fazen e sufren bien todo quanto (26) les viene, síguese que la dicha bienaventurança e soberano bien, que ésta mesma sea su galardón, el qual ninguno no se lo podrá tirar nin alongar, ca por bien que los malos hombres e príncipes ayan saña e yra contra los buenos, no les podrán tirar el su galardón, el qual es dentro en ellos. E por esso la su corona non se desfará nin les caerá, ca a los coraçones virtuosos e provechosos no les puede ser tirada la su propia bondad e honor por ninguna malicia estraña, ca dentro en su coraçón y en su ánima es formada e dentro es engendrada la su dicha bondad, ca sy la oviesse havida de fuera, los que ge la oviessen dada u otros estraños ge la podrían tirar, mas que el dicho galardón que ha cada uno con sus propias virtudes e bondades por esto no le puede ser fortiblemente tirado el dicho galardón, ca es naturalmente desseado porque es bueno, el qual es más fermoso que ninguna otra co[38v]sa e mejor e mayor.

Bien te deve membrar lo que ya avemos dicho, que los que alcançan el dicho galardón son dichos glorificados e son dichos por participación Dios, con quien están e participan. E puedes ver que las malas personas no les es lexos la su pena, que assý como los buenos e los malos son contrarios, otrosý el galardón e las penas. E como a los buenos non les sea alogando el su galardón, la pena no será alongada a los malos. E como el galardón de los buenos sea soberana bienandança, síguese que la pena de los malos sea soberana miseria. E assý como los buenos poseen su galardón en esta vida, assí los malos la su pena, ca como sean malos ya salen de natura humanal segund que avemos dicho. Pues como los que dexan natura humanal o hayan de sobir en grado de dignidad más alta que hombre, la qual llaman divinal, o van baxo en grado menguado, el qual llaman bestial, e como en grado más alto solamente faga subir virtud e bondad e nobleza, síguese que las malas personas por sus maldades caen baxo en el grado bestial, que sean fuertes así como bestias, segund dize el profeta: Homo cum in honore esset non intellexit; el ombre quando fue puesto en dignidad desconosciéndose fue fecho semejante a las bestias que no han discreción. E si paras mientes, fallarlos has semejantes a las bestias en sus malas condiciones, ca el avariento e robador de las cosas agenas es comparado al lobo, que es fecho devorador e trabajoso en robar lo ageno, y el que es barajoso es comparado al can, que es malicioso, y el que aguarda a los otros falsamente faziendo semejança que es amigo es comparado al raposo, y el que con grand sobervia persigue al otro es comparado al león, y el que es pavoroso do no le conviene es comparado al ciervo o a la liebre o al conejo, y el que es ligero que toste e a menudo se muda de su propósito es comparado a las aves, e los que se dan a vilezas e suziedades de luxuria e a semejantes maldades es comparado al puerco, que se deleyta en suziedades, e finalmente todo ombre que desmampara bondad e se da a maldad, como non faga obras de ombre que son segund razón, caen en el grado de luxuria de las bestias. Y esto les es dado en pena estando es esta vida, ca son caýdos en servicial.

 

 

Tercium metrum, et incipit «Bella Naricii (27)». En aqueste metro prueva que el pecador es bestia en la ánima e pone que peor es aver

la ánima bestial que no el cuerpo

 

Por que pueden ver semejante en la fabla de Ulixes, que era de Narici en Grecia, assý como el duque de Grecia.

Ulixes, del qual dixieron los poetas que quando se tornava del real de Troya por mar apartóse en una ysla por fuerça de viento, en la qual ysla morava Naxores, que era fija del Sol, la qual quando supo que Ulixes con su compaña era entrado en la tierra buscó algunas yervas que ella sabía e fizo un brevaje con conjuros e palabras de conjuros e dio a bever a Ulixes e a sus compañas. El qual brevaje los fizo tornar todos e mudar en bestias, e algunos fueron assí como leones, otros assí como puercos, otros como lobos, e los otros por diversas maneras de bestias salvo a Ulixes, el qual por virtud de una flor que tenía, la qual le avía dado Mercurio quando era en Arcadia onde se crió, la qual avía virtud de guardar al ombre en su propia natura. E quando Ulixes vido a su compaña en tan grand desaventura por la grand crueldad de la su hostalera, haviendo desplazer de la cosa, sacó la espada e fue detrás la dicha Naxores, la qual aviendo miedo prometióle que faría otro brevaje el [39r] qual faría tornar en su propia natura a los que d’él beviessen, e los que non beviesen quedarían como bestias.

La disposición de la dicha fabla es ésta: Ulixes quiere dezir tanto como sabio, e por esto dize que Mercurio, que es dicho por los passados dios de sabiduría, le dio una flor, es a saber de sabiduría e de sciencia, con la qual se conserva con natura humanal; pues quiere dezir aquel ombre sabio morando en este mundo en el qual es venido con los otros hombres fue en la ysla de Xerses, ca segund verdad todo el mundo es assí como ysla en medio del mar. Xerses quiere tanto dezir como operación, y es dicha fija del Sol porque como el Sol por la su lumbre endereça los ombres humanales e quando sale la lumbre del Sol comiençan las gentes a obrar e porque por las obras que fazen ganan continuamente la su vida. Dize que Naxores le dio bevraje, e porque segund las obras que faze cada uno es juzgado e por las sus obras paresce la su condición, por las quales juzga ombre si bive humanalmente o bestial, e por esto los que las sus obras fazen bestialmente dize que son mudados en bestias; solamente Ulixes, que es la persona sabia, retiene natura humanal por virtud de la flor de sciencia e de sabiduría, ca no caen de derecho juyzio de razón por que esto faze obras humanales. E Ulixes, que es la persona sabia, saca la espada, esto es que muestra la su sabiduría por palabras e por obra e corrige e castiga y emienda las malas obras por las quales las gentes son fechas bestiales. E quando son corregidas fazen tornar al ombre a verdadero juyzio de razón, e así tornan a condición humanal, e los que no se quieren corregir quedan assí como bestias.

Pues puedes ver la miseria en que son puesto los malos hombres, empero aún les es peor que a las compañas de Ulixes, ca aquéllos fueron mudados en bestias tan solamente en los cuerpos y en sus personas corporales de las malas personas corporales la su ánima, la qual ha perdido derecho juyzio de la razón. E tanto quanto el ánima vale más que el cuerpo, tanto es peor a las malas personas de suso dichas que a las dichas compañas del dicho Ulixes, ca peor es el que faze mal al ánima que el que faze mal al cuerpo.

 

 

Quarta prosa, et incipit «Tum ego fateor». En aquesta prosa prueva que más miserables son los malos ombres quando complazen el mal

que quieren fazer que quando no lo pueden complir

 

Respondió Boecio e dixo:

––Yo he grand desplazer e tristor quando veo que los malos ombres, que son assý como bestias, pueden empecer e de fecho empescen (28) a las buenas personas.

E la Filosofía respondió:

––Ya sea que les sea devido de fazer mal e sobervia e desplazeres e males, empero yo te mostraré una cosa en su lugar, y es ésta: que ellos no pueden fazer mal a los buenos perseverando en su bondad. E dezirte he otra: que en la primera faz paresce que no sea creedera, esto es que puesto que sea así como tú dizes, que los malos ombres dan persecución e aflición a los buenos; empero certefícote que son más miserables e han más mesquindad en sí quando fazen los dichos males que si no los fiziesen ni fazer no lo pudiesen; e provártelo he por tal razón: peor cosa es haver tres males que no dos de aquellos tres, e peor cosa es aver dos que no uno. E como sean tres maneras de males, que son poder fazer mal e querer e meter en obra, e cada uno de los dichos males aya en sý desfallimiento e miseria, paresce que peor es el que quiere fazer mal que el que lo puede fazer e non lo quiere fazer, e peor es el que lo faze. Empero aunque ayan este poder defectivo, non les puede durar mucho, e mucho es [39v] breve en comparación de la vida perpetual, ca el ánima es ynmortal. Empero veemos muchas vezes que, ya sea que se muestren muy poderosos en su malicia, en proviso les viene la muerte e desfallescen e pueden dezir que entonces son más mezquinos, e lo serán si no dexan su malicia en la muerte, ca la su miseria entonce será eternal.

Respondió Boecio:

––Por cierto mucho me semeja maravilla lo que dizes, mas quando te he escuchado veo que es grand verdad.

Dixo la Philosophía:

––Aun te diré otra cosa que te maravillarás más, empero por las cosas de suso dichas es muy manifiesta.

Dixo Boecio:

––¿E quál es esa cosa? Ruégote que me lo digas.

La Philosofía dixo:

––Dígote que mejor cosa es a las malas personas quando son punidas por sus maldades que sy non fuessen punidas. E non tan solamente por lo que tú piensas, que por su pena los otros serían corregidos e assý como han dado mal exemplo, assý los corregirá la su pena, mas aún ay otra razón más fuerte.

Dixo Boecio:

––Ruégote que me la digas, ca yo non la pienso nin la fallo.

La Philosofía fizo tal razón:

––Todos los que son malos son menos malos quando han en sý algund bien que sy no avían ninguna cosa; e por el contrario, más malos son los que non han en sý algund bien que los que lo han. Pues como justa pena sea buena si les es dada, no serán tan malos como los que non serán punidos, ca toda cosa justa es buena, e la cosa que no es justa no es buena. Pues si la miseria de la mala persona es llegada a justicia, que es buena, no averá en sý tanta miseria como si no avía en sí justicia. Empero ser punido de los males es contra justicia, e por esto es mala cosa.

Boecio respondió:

––Bien veo lo que dizes, mas demándote que como tú ayas dicho que como los malos ombres que mueren en su maldad avrán miseria e pena eternal, ¿que tal será aquella su pena después de la su muerte?; ca si non han ninguna no será su miseria salvo en este mundo; empero tú has dicho el contrario.

Respondió la Philosofía:

––Por cierto muchas e grandes penas sufren, empero algunos d’ellos son punidos por muy terrible pena, ca es eternal; otros son punidos de pena purgatoria, ca así como las maldades son mayores en algunos más que en otros, assí la pena es mayor segund las sus culpas, ca los que se arrepienten antes de la muerte reconoscen las culpas e no son punidos por pena eternal, mas por purgatoria. Empero bien conosces tú que esta quistión es fuera de nuestro propósito de que fablamos, e por esta razón, dexada esta qüestión, quiero tornar al mi propósito primero, e dígote que más desaventurados e maldichos son los que dan persecución e pena que los que la sufren, ca segund que de suso avemos dicho, más malaventurados son los que no son punidos, ca las penas les son melezinas e purgación de sus maldades. Empero los que fazen mal ciertos sean que serán punidos por el juez derechero, que no dexará mal que non sea punido.

E Boecio dixo:

––Quando pienso en las tus buenas palabras, no veo ninguna cosa que más verdadera sea, mas quando veo la opinión de las gentes parleras no me paresce que sea Criador ni lo deva ombre oýr.

Respondió la Philosofía:

––Verdaderamente tú dizes verdad, y es la razón ésta: que los que han costumbrados los ojos de las tinieblas no pueden bien mirar a la claridad de la lumbre. E la gente manifiestamente han los ojos del su entendimiento acostumbrados de tinieblas de los bienes mundanales e sensibles, que son muy feos e malos porque empachan el entendimiento. E por esto non lo pueden levar a entender la clara verdad de los bienes que pertenescen al entendimiento. E por esta razón no puede[n] juzgar verda[40r]deramente, e por esto son semejantes a las aves que buelan de noche, a las quales la noche es claridad y el día escuro. E asý aquéllos non pueden entender en claridad, antes les es escura, y entienden e veen las cosas sensibles e palpables. E por esta razón les paresce que aver poder de fazer todas sobervias a las gentes e que no sean punidos en esta vida les sea bienaventurança. E por esta razón no deve hombre guardar la opinión del pueblo, mas deve ombre seguir la opinión de la sciencia de los mejores que siguen la verdad e assí alcançará sciencia verdadera e hordenarse ha para alcançar la soberana bienaventurança.

E sy por ventura toma la carrera común de las gentes que no han cura salvo de los plazeres del cuerpo, él mesmo se va a los tormentos que son sin fin e sin mesura, ca bien assí como nosotros podemos sin toda fuerça alçar los ojos al cielo e contemplar las luminarias que Dios ende ha puesto e los podemos abaxar e mirar el lodo e la corrupción, bien assí podemos alçar el entendimiento e contemplar las cosas divinales e abaxarlo a las cosas terrenales e seguir la voluntad bestial. E por esto el pueblo es semejante a las bestias, siguiendo más el plazer del cuerpo que el juyzio de razón. No deve ombre seguir la opinión, ca así son como el ciego al qual paresce que no le fallece ninguna cosa de la perfeción humanal; empero nosotros, que avemos vista, non lo creemos por bien que lo él afirme, ca veemos que a él fallesce la vista. E si quisiesse juzgar los colores no los podría juzgar derechamente.

Boecio dixo:

––Quería que me provases por algunas razones esso que dizes, que más mezquinos son los que persiguen que los que son perseguidos.

Respondió la Philosofía e dixo:

––Plázeme mucho, e fazerte he tan solamente dos razones: la primera es que aquéllos son más mezquinos e más malaventurados a los quales es devida pena que aquéllos a los quales no es devida, e como a los que fazen mal sea devida e no a los que el mal sufren injustamente e son malaventurados. La segunda es que toda suziedad naturalmente faze mezquino a aquél sobre quien es e no a otro; e como fazer injuria es suziedad a aquél que la faze e no a aquél que la sufre injustamente, aquel tal que la faze es más miserable. Pues como el más miserable haya más menester misericordia, mayor piedad devría ombre aver del que faze el mal que del que lo sufre. Empero faze el ombre el contrario contra razón, ca por cierto si los que fazen el mal o la injuria conosciessen el bien de la obra virtuosa, los males que son aparejados a los que malas obras fazen, ellos se arrepentirían de lo que han fecho mal e quer[r]ían que les fuesse dada pena en este mundo e la sufrirían de grado e no les parescería que fuese pena por razón del bien que esperan alcançar, assí como todo enfermo non juzga que sea pena lo que le es dado por sanidad, antes se enoja quando algunos le quieren empachar la melezina que por dolor de salud, e quando le cuydan ayudar a no rescebir desayúdanle, la qual ayuda el enfermo sabio fuye e sométese al phísico que le faga lo que le es provechoso.

Otrosý si lo conociessen bien e complidamente no quer[r]ían que ninguno les defendiesse y ellos se someterían de grado a los que los perseguiessen e les diessen penas. E por esta razón las personas sabias no quieren mal a ninguno que sea, ca a las buenas personas no las aborrecen salvo los que son locos, e a los malos no los deve ninguno aborrecer, mas deve aver compassión de la su miseria en que son, ca son así como enfermos. E assi deve ombre aver piedad, ca bien así como es la enfermedad corporal destruyción del cuerpo, assí los vicios e pecados, que son enfermedad del ánima, es destruyción d’ella.

 

 

[40v] Quartum metrum, et incipit «Quid tantos iuvat». En aqueste metro llora la yniquidad de los ombres que assí se quieren matar

 

Pues vosotros que vos deleytades en fazer mal, que queredes las injurias que avedes fechas a las gentes nin darles muerte ni fazer contra ellos crueldades, por cierto mayor mal fazedes a vosotros, por la qual cosa vos perderedes e vos destruyredes. Más crueles sodes en fazer mal que las sierpes e los leones e las otras bestias que de su natura son crueles. Y éstos fazen mal con los dientes e con las uñas o con los cuernos, las quales cosas Dios e natura les ha dadas. E vosotros, dexando todo esto que natura vos ha dado, mas aun con fierro perseguides cruelmente a los que querés; e las dichas bestias no fazen mal salvo a los tras quien corren, e vos matades las gentes que vos están lexos con las lanças e dardos e saetas e semejantes cosas que por vuestra malicia avedes ordenadas a matar ombres. Por cierto tal saña no es buena ni justa. Oh tú, Boecio, ¿quieres tener una buena doctrina? Ama todas las personas que derechamente son buenas e ave piedad e misericordia de las malas personas.

 

 

Quinta prosa, et incipit «Hinc (29) ego video». En aquesta prosa Boecio se maravilla cómo puede ser que los buenos

ayan mal e los malos bien

 

Respondió Boecio por las cosas de suso dichas:

––Só mucho maravillado que muchos bienes e males sean atribuydos a las fortuna, asý como riqueza e pobreza e honor e desonor e semejantes cosas. Parésceme que sería razón e noble cosa que las desaventuras e los males viniessen a las malas personas, e que las bienaventuranças e plazeres e los bienes viniessen a las buenas personas. E porque veo que el contrario se faze de fecho, só mucho maravillado, ca por cierto non es ninguno, sy sabio es, que no le plega más aver bien e honor que el contrario. E assí es ordenado razonablemente por leyes que a los buenos sea dado bien e a los malos pena e desonor. E la razón por que me maravillo es ésta, que como yo sepa que Dios es soberanamente bueno e sabio e poderoso, e como sea departidor e governador de todas cosas, ¿cómo puede ser que las penas devidas según derecha justicia a los culpables vienen e caen sobre las personas justas e los honores, que son galardón de obras virtuosas, son tomados e ocupados por las malas personas? En esto parecería que el regimiento de fortuna, esto es que a cada uno viniessen todas por ventura e no por ordenación de Dios, e sería assí que todas cosas viniessen por fortuna o por ventura fallesce muchas vezes. Y el regimiento de Dios creo yo que sea sin todo desfallimiento, mas en esta razón no veo cosa por que se faga. E si oviesse razón no devría ser otra cosa salvo regimiento de fortuna e de ventura, ca en los que se faze por ventura no cale ende seguir otra razón salvo la ventura e fortuna.

Respondió la Philosofía:

––No es maravilla al que no sabe la razón por que se fazen las cosas que piense las dichas cosas y esté (30) assí maravillado, ca ygnorancia de la razón por que las cosas se fazen es razón de maravillar. Mas tú pensar puedes e deves que, ya sea que no sabes por qué se fazen las cosas, empero porque sabes que Dios es regidor universal de todas cosas non deves dubdar que la su bondad todo quanto faze es fecho en justicia e razón, mas empero no la puede ombre en todos tiempos saber, e por eso se maravilla ombre, ca si ombre la supiese no [41r] se maravillaría, e sin dubda todas son fechas segund derecha razón.

 

 

Quintum metrum, et incipit «Si quis Arthuri». En aqueste metro prueva que esta maravilla es en los ombres por quanto non saben

la razón por que Dios faze las cosas

 

E puedes ver semejante en el mundo, ca las gentes se maravillan mucho de algunas cosas que se fazen cada día e de otras que se fazen muchas vezes porque no saben la razón por que se fazen, assí como se haze del curso de la estrella que llaman Boetes, que es en la mayor del cielo, esto es en el carro que se mueve en derredor de la Tramontana e haze arco. E más está en la parte soberana del cielo que en la parte de yuso, e más aýna salen todas assí como son acompañadas. La dicha estrella es la segunda de las que fazen arco, e quando las gentes no saben d’esto están maravilladas. Otrosí se maravillan las gentes del eclipsi del Sol e de la Luna que se faze algunas vegadas, esto es quando pierden la su claridad, porque non saben la razón; e si la supiessen non se maravillarían, e los que lo saben no se maravillan, ca conoscen por sciencia de astrología que assí se deve fazer según curso de natura. Otrosí las gentes de los pueblos no se maravillan del tiempo tempestuoso del mar, ca veen e conoscen que el viento es causa del dicho movimiento, ni se maravillan del agua quando se congela e se yela, ca conoscen que el frío es causa por que se congele y el calor es causa por que el yelo se funde; por que paresce que ygnorancia de la razón faze al ombre maravillar.

 

 

Sexta prosa, et incipit «Ita est inquam». En aquesta prosa prueva qué cosa es la divinal providencia e qué cosa es estado

 

E porque tú no sabes la razón por que Dios da a los buenos algunas afliciones e a los malos alguna bienaventurança te maravillas. Empero non se faze sin alguna razón la qual ombre no sabe; que si la supiesse luego el maravillar cessaría.

Respondió Boecio:

––Verdaderamente assí es como tú dizes, por que te ruego caramente que, como tú sabes, que me quieras (31) dezir estas razones que me son ascondidas, ca grand turbación dan al mi entendimiento porque me son maravillosas cosas.

E la Philosofía dixo ryendo:

––Tú demandas muy grand cosa, a la qual mala vez puede ser suficiente alguna respuesta. Antes es semejante a la yedra, de la qual se dize en la fabla de los poetas que es fuente con muchos forados por los quales sube agua e faze gran daño a la tierra e a las viñas, e quando quieren atapar uno de los forados ábrense siete tan grandes como aquél. E así es d’esta quistión, ca desponiéndola e declarándola, luego salirán otras qüestiones tan sotiles como ésta. Y ésta no puede ser bien declarada sin aquéllas o que el entendimiento los rija (32) e los refrene, ca de la dicha quistión salen estas quistiones, esto es de la providencia de Dios e de las cosas que se fazen ordenada e regladamente e de las que se fazen soptuosamente e contescen en un estante; otrosí de la conoscencia de la predestinación de Dios e del franco arbitrio e franca libertad que Dios ha dada al ombre, las quales qüestiones tú mesmo puedes conoscer cómo son de gran cargo. Empero tanto como yo podré te las declararé segund que el tu entendimiento las podrá rescebir, ca en esta vida mortal no las puede ombre claramente e complidamente entender.

Tú sabes muy bien que todo quanto se faze en el cielo y en la tierra, sea por natura o por ven[41v]tura o por voluntad, todo es fecho por voluntad de Dios e todo es salido del entendimiento muy excelente de Dios, el qual es comienço de todas cosas, el qual ha proveydo a todas e a cada sendas cosas e les ha puesto cierta orden e cierto término e cierta manera a cada una cosa segund le pertenesce. Las quales cosas, quando son ymaginadas e puestas en el secreto del entendimiento de Dios en cómo son partidas e han avido comienço por Él e son ordenadas por Él, son dichas de la providencia de Dios, esto es que Él las ha queridas así ordenadamente fazer por la su providencia. E quando son emaginadas en su estado y en su obra que fazen assí como las que [no] han de sí mesmas, mas de la virtud que les es embiada por Dios, son dichas por los antiguos diziendo que avían tal fado. Assý que providencia quiere dezir la cosa que es en el entendimiento divinal e fado quiere dezir virtud embiada por Dios a las criaturas en quanto en el su estado y en quanto en su obra; assí que providencia es asý como lumbre en el Sol y el fado es assí como la Luna, [que] del Sol pone en las cosas por la dicha lumbre alumbradas.

Es dicho que el fado desciende e ha comienço de la providencia de Dios assí como la obra del maestro ha comienço en el entendimiento del maestro, ca deve primeramente entender la obra ante que la comiençe a fazer; e por esto quando la entiende fázela. Pues providencia es ordenamiento perpetual que non se puede mudar el qual es en el entendimiento divinal, e fado es ordenamiento temporal e movible de las cosas que por la providencia de Dios son ordenadas. E son cinco cosas sometidas al dicho fado, que es el cielo con las estrellas, e los elementos e todas cosas que pueden engendrar e corromper, e las obras de los ombres e las naturas. Empero el entendimiento vee la obra del entendimiento d’él; non son sometidas al dicho fado según que después se dirá quando determinaremos de la franca libertad mas solamente las obras del cuerpo, lo que le contece al ombre. E ya sea que el ombre se maraville, empero descienden e no han ninguna cosa de la dicha providencia divinal.

Pensar puedes que todo es bien fecho e ordenado e no ha ende ninguna cosa que sea turbada, que firmemente es ordenada. E si por ventura turba a ty lo que dizes, que quando vees que los buenos han mal e los malos han bien, sepas por cierto que en esas cosas es muy excellente el regimiento de Dios, mas el desfallimiento del entendimiento del ombre no lo pueden comprehender e así no lo pueden juzgar, ca tú sabes muy bien que los ombres del mundo no han tanta sciencia, por mucho que ayan estudiado, que no desfallezcan muchas vegadas en el su juyzio, ca no es muchas vegadas assí como se piensan, antes todos tiempos es el contrario. E puesto que algunos ombres ayan tanta de sciencia como puedan en esta presente vida por su trabajo, no podrán juzgar la bondad ni la maldad de algunos salvo por las cosas que mostrarán de fuera, assí como es fablar, andar, obrar, tener o negar e semejantes cosas, las quales no dan perfecta conoçencia, ca la bondad e malicia dentro en el pensamiento es, la qual es tan ascondida que no es ombre bivo que la pueda conoscer perfectamente, antes es engañado ende muchas vezes. E solamente la conosce acabada e perfectamente Nuestro Señor Dios, al qual todas cosas son manifiestas, por que paresce que no puede ombre derechamente juzgar la bondad ni la maldad de las gentes, ca esto pertenece juzgar solamente a Dios, que sabe claramente la verdad, e porque Él distribuye e ordena todas cosas así, dize ombre que todo es bien fecho, ca no puede errar en ninguna cosa, e no deve ombre ponerse en los juyzios de las gentes.

Empero dart’é exemplo grosero, ca muchas vezes puedes ver que el buen físico no da a todos los sanos yguales viandas, ca a algunos da cosas dulces e calientes e a otros da cosas [42r] amargas e frías por conservarlos en sanidad, e a algunos enfermos da melezinas ligeras e a otros las da fuertes e rezias, e ya sea que los otros se maravillan, no se maravilla el físico, que conosce según verdadera sciencia qué cosa ha menester cada uno para su provecho. Esso mesmo todo el regimiento de sanidad de los coraçones humanales, la sanidad de los quales coraçones no es otra cosa salvo bondad, nobleza e sanctidad. E la enfermedad no es otra cosa salvo malicia, vicio e pecado, ca como Dios tan solamente conosce la dicha sanidad e la dicha enfermedad de los dichos coraçones, y Él tan solamente provee la cosa que es provechosa a cada uno según su estado y entendimiento, e porque nosotros no sabemos la razón, avemos en nós turbación de las cosas que contescen a los ombres según qué les da el fado, e maravillámosnos de la ordenación de Dios en los bienes y en los males que vienen sobre las gentes, los quales no pensamos e juzg<u>amos según nuestra sciencia que son buenos e malos.

¿E qué te piensas tú que sea mejor ni tan buen conservador de los bienes ni castigador ni corregidor de los males que el regidor en el qual no ay malicia ni voluntad desordenada e conosce los coraçones claramente? Por cierto no ninguno, por que no se deve ombre maravillar ni turbar, ca Él sabe qué cosa es menester a cada uno; empero al ombre sería pareçiente el contrario. E por que más claramente lo veas (33), dezirte he algunas razones que tú mesmo sabes, ca la comunidad de Roma ha seýda maltractada dos vezes por gran sobervia de dos príncipes que por la su sobervia se son enseñoreados en la dicha cibdad, esto es en tu vida por Theodoric, que es tirano e mal ombre y ereje; e sabes quántas injurias e sobervias ha fechas contestando a la cibdad e a las senadores de la dicha cibdad. Empero él ha avido su entendimiento contra todos. Otrosí sabes bien que en tiempo de Catón, que era ombre de gran sciencia, Julio César, quando hoviesse subjuzgadas las tierras a la dicha cibdad, por lo qual era embiado en los reynos de Setentrión e de Occidente, quiso aver señorío que fuesse Emperador contra el establescimiento de los romanos. El qual como vino en armada con gran poder, la qual avía avido de los romanos contra la dicha cibdad, e los senadores con toda la dicha cibdad con gran hueste se salieron a batalla, entre los quales eran principales regidores Pompeus e Catón. Los dichos senadores fueron vencidos y el dicho Julio ovo su entendimiento, por la qual cosa fuyó Pompeus en Egipto porque no quería consentir el señorío del dicho Julio, el qual tiró a los romanos de su ordenamiento e les quebró sus libertades e franquezas. E quando fue en Egipto, por complazer el rey de Egipto al dicho Julio, fízolo degollar dentro en la su nave. Otrosí por esta razón fuyó Catón en Arabia, e quando fue en la cibdad de Cartania e veyesse que non podía escapar de las manos del dicho Julio, matóse con un cañivete, el qual se metió por la tetilla esquierda.

Empero en estas cosas según juyzio de todas gentes parescía que los dichos senadores mantoviessen la justicia e por la su victoria el bien común fuese mejor governado e regido, mas el contrario era segund el derecho juyzio de Dios, el qual no tan solamente guarda lo presente, mas aun lo por venir. ¿Quién pensava que Pompeus e Catón, que eran tan sabios ombres, errasen en esta cosa que por mantener la comunidad muriessen tan vilmente? Por cierto no lo parecería. Empero pensar deves que aquél que es derecho regidor ha ordenadas todas cosas derechamente. Otrosí puedes ver que será alguno bien nodrido e todo ombre lo terná por bueno quanto en lo que pertenesce a ombres, empero será en virtud del su coraçón, por la qual cosa le viene alguna turbación tan toste desmampara la bondad que avía, la qual no podía retener en turbación assí como en la bienandança. Y entonce conoscerás que no avía verdadera bondad, ca no lo oviera desmamparado.

Otrosý verás que será alguno que [42v] avrá verdadera bondad quanto a Dios e quanto a los ombres; en tanto que la divinal providencia no sufre que sostenga ningún mal en la su cara ni le vengan enfermedades, antes es conservado en todo bien en la su santidad e Dios lo endereça en todos sus fechos. Otrosí verás algunos que serán buenos, empero no serán puestos en onores ni en dignidades de regimiento porque no toman su bondad. Otros son que algunas vegadas son puestos en dignidades e otros son sometidos, e algunas vegadas han plazeres e otras vegadas han desplazeres, y en esto son las más gentes en el mundo. Otros serán que mientra serán en su bienandança avrán soptuosamente alguna tribulación que les sobreverná por que por muy luenga bienandança no se ensobervezcan. Otros son a los quales Dios dexa sofrir fuertes tribulaciones por que por la paciencia sean confirmados e fructificados en obras virtuosas, ca son acostumbrados de sofrir las dichas tribulaciones. Otros son que son fuertes e podrían sofrir tribulaciones, mas son muy pavorosos e temerosos, más que no les pertenesce, por que pierden alguna parte de la su bondad. Otros fallarás que les parece que no sea ningund afán o que sea muy poco sofrir tribulaciones porque las menosprecian, empero si les vienen no las pueden sofrir. A los dos es menester que prueven, lo primero, qué es lo que deven temer, lo segundo, qué es lo que deven menospreciar por que no juzguen malamente a sý e a los otros.

Algunos otros son que han comprado onrado nombre, esto es que han ganada onrada fama e nombradía en el mundo por la su muerte que han sofrida en fecho de armas, ca serán muertos por mantener a su señor, e más por amor del mundo que por amor de virtud. Otros son que sufren crueles tormentos e dan exemplo a los otros de sofrir tribulaciones por amor de virtud, ca ellos no son vencedores de virtudes; por los males e malicia de los ombres no la han podido sobrar nin aterrar la su virtud, en la qual cosa es parescida la su verdadera bondad. Después quanto es de los malos ombres a los quales vienen a vegadas tribulaciones, no se maraville ombre, que bien lo meresce, e a vegadas algunos se corrigen por ellos. Otrosí otros, veyendo los sus males, se guardan de fazer mal por que no les venga semejante. E quando les vienen cosas de alegría, los buenos pueden entender e pensar cómo e quánto deven ser preciadas las cosas temporales, por lo qual son más alongados de pecados e pueden aver más lugar de fazer buenas obras, en especial en darse a estudio e a contemplación, e fázenlas en tristeza, e paréceles que sean puestos en estado de miseria. A los quales Dios da a vegadas melezina e a los guaresce quando les da complimiento de riquezas que desseavan; han la su conciencia ensuziada por muchos e viles pecados e mudan sus conciencias que avían buenas e malas. E por miedo que avrán que no vengan al primer estado serán muy avarientos, e finalmente por sus iniquidades perderán todo quanto avían llegado.

Otros son que malamente e desordenada llegan sus riquezas, en las quales se confían, por que les viene alguna fuerte e mala ventura por sus maldades en que caerán por su culpa. Otrosí fallarás que algunas malas personas son puestas en estado de juzgar e de punir a los otros e por que los buenos sean por ellos ensalçados e los malos punidos, ca entre los malos hombres ay diversidad, porque acaesce que los malos ombres no son punidos en sus males por semejantes de sí, mas aun algunas vegadas son castigados e corregidos e conocen que las malas obras no deven ser fechas, ca veen que son punidos no solamente por las buenas personas, mas aun por las malas. Otros se corrigen porque veen que los juezes son tan malos e peores que ellos e inicamente los tormentan, por la qual cosa, por el desplazer que han e yra contra ellos, vienen en conoscencia de sus desfallimientos e quieren fazer obras virtuosas por que no sean se[43r]mejantes a los que han saña con malquerencia. En esta manera honra a los otros dos e de mal saca bien.

Pues paresce por todas las dichas cosas que non es devida cosa al ombre de buscar todos los juyzios ascondidos de Dios ni los podría ombre comprehender en su entendimiento a menos de recontar de palabra; mas de Aquél que es comienço de todas cosas, que es pura bondad, no puede descender salvo bien. Empero para mientes en los cielos, que no verás ende ninguna cosa desordenada ni fallarás otrosí en los elementos y en los tiempos que son ordenados según su condición, e todos fazen según que la providencia de Dios es e ha ordenado.

 

 

Septima prosa, et incipit «Iam ne igitur fides (34)». En aquesta prosa trae una fermosa conclusión de todo quanto ha dicho

 

―¿Ya de oy más puedes ver lo que se puede seguir d’estas palabras de suso dichas?

Respondió Boecio:

––¿Qué se sigue?

Dixo la Philosofía:

––Por cierto toda fortuna qualquier que sea es buena.

Boecio dixo:

––¿Cómo puede ser eso?

Respondió la Philosofía:

––Yo te lo mostraré así, y entiende bien las mis palabras: toda cosa que sea justa o provechosa es buena, e fallarás que toda fortuna, sea plaziente o desplaziente, sea bienandança o tribulación, es justa e provechosa, ca la fortuna plaziente o de bienaventurança que sea en las buenas personas esles dada por galardón, e assí es justa e bien es razón de ensalçarse e fazer más de bien, e assí es provechosa e viene a las personas e dales galardón de algunos bienes que avrán fechos, e fázeles que se conozcan por el bien fecho que han recebido. E la fortuna desplaziente es dada por pugnición e por tormento de los males, e por esto es justa e provechosa, pues paresce que es buena.

Respondió Boecio:

––Las tus palabras son verdaderas, mas ruégote que me digas qué faremos de la opinión de las gentes comunes.

La Philosofía dixo:

––¿E quieres que te lo muestre por palabras que la gente comúnmente ha por uso?

Dixo Boecio:

––Mucho me plazerá.

La Philosofía dixo:

––Toda cosa provechosa es buena según las gentes dizen. E como la fortuna áspera refrene los males por la aflición que les da y ensalce los bienes e todo esto sea buena cosa, síguese que es buena la dicha fortuna. Otrosí no cale fablar de la fortuna plaziente quando es dada a las buenas personas e virtuosas, pues parece que es buena; pues que la fortuna contraria, según las cosas de suso dichas, viene a las personas por galardón e por provecho e por conquerir virtudes e fazer obras virtuosas. Empero los que son malos e perseveran en malicia, la fortuna les es muy miserable quando es de bienandança temporal, ca no conoscen el bien fecho de Dios, e la fortuna adversa o contraria no es mala a los buenos, ca son guardados de fazer mal y ensalçados en fazer bien.

Respondió Boecio:

––Verdaderamente assí es.

E la Filosofía dixo:

––Pues la persona buena e sabia no se deve entristecer quando vee venir contra sí fuerte batalla de fortuna, ca si lo sabe, la fortuna le será buena e provechosa, por que deve ser assí como ombre valiente y esforçado que no ha desplazer quando sufre el cargo de la fuerte batalla, antes se deleyta ende por que se pueda ende fuertemente combatir e vencer los sus contrarios. E por esto es dicho virtuoso, ca la propia virtud se esfuerça en fazer obra virtuosa, la qual obra no sería virtuosa si no oviese fuertes contradiciones. E quanto mayor contradición sufre el vencedor, mayor virtud enseña, y eso mesmo es de la buena persona en sofrir las fuertes tribulaciones quando lo combate la fortuna; esto entendería ca entonces quando no puede ser sobrado por la dicha tribulación, muestra que es virtuoso e no es flaco, ca no deve poner su coraçón en dar plazeres al su cuerpo ni deleytarse en ellos, mas parar mientes que la fortuna plaziente no lo [43v] pueda corromper ni arredrar de su bondad por muchos desordenados plazeres, ni la fortuna contraria non lo eche en tierra por muy gran turbación ni le faga desviar de bondad ni mucho costreñir por voluntad desordenada, mas deve fazer su poder que todos tiempos tenga medianeza e templamiento, ca todo lo que es más baxo de medianeza o más alto menosprecia la buenaventurança e no ha galardón del trabajo. E dígote que en mano de cada uno es quál fortuna querrá aver quando le viene áspera, ca si no ensalça al ombre en fazer bien ni lo castiga o refrena de fazer mal, es fortuna punidora e da punición, por que la sabia persona deve fazer en guisa que no le torne en pena, mas que le sea refrenamiento de mal o ensalçamiento de fazer buenas obras e virtuosas.

 

 

Septimum metrum, et incipit «Bella bis quinis». En este metro muestra que los ombres deven ser fuertes en sofrir el trabajo de fortuna,

e mucho más en conseguir los bienes celestiales

 

E d’esto podrías tomar doctrina y exemplo en los valientes e sabios varones que fueron en tiempos passados: primeramente en aquel valiente ombre Agamenón, el qual fue griego e gran príncipe; este Agamenón, quando sopo que los de Troya avían fecho gran desplazer e gran fuerça a su hermano Menalao, ca forçadamente le tomaron a su muger Elena e la traxeron a Troya, y el dicho Agamenón non queriendo sofrir la dicha injuria, con gran flota de griegos metióse en la mar queriendo yr contra Troya. Vino a la ysla que llaman Áuliden, en la qual se acogía una Diana por dios. E quando aquí le fallescieron los vientos que avía menester, fuese al templo de la Diana e demandó a los sacerdotes quál cosa podría sacrificar a la dicha Diana por que luego pudiesse alcançar provechosos vientos. E los sacerdotes consejáronle que degollase su propia fija, que avía nombre Enfigenia, e que la sacrificasse a la Diana e que luego havría lo que demandasse. Y el dicho Agamenón no dubdó de hazer lo que le era muy doloroso según natura e voluntad por que pudiesse alcançar lo que desseava. Empero como la Diana oviesse visto la voluntad grande e poderosa del dicho varón ovo piedad de la dicha su fija e no quiso que muriese, mas en su lugar fuese sacrificada la su camarera. E luego que fue fecho ovo el viento así como él desseava e fue a Troya e cercóla, y estuvo sobre ella diez años finalmente que la tomó e la destruyó.

Otrosí podrías ver en la ystoria de Ulixes, el qual quando tornava de la prisión de Troya por fuerça de viento, aportó en las rocas de Polifemi, que era gigante muy orrible e malo el qual avía un gran ojo en la frente e no avía más de aquél, e mientra aquel ojo fuese sano no podía ser vencido, ca lo avían fadado las fadas. E quando Ulixes vido tan gran crueldad, aviendo gran dolor de la muerte tan cruel de sus compañeros, assí como valiente y esforçado venció al dicho Pulifemi e firiólo en el ojo e sacógelo. El qual como fue ciego, fue sañoso e corrió por tomar a Ulixes, e aquél desasiose d’él e cayó por las peñas que eran muy altas e murió.

Dígote aún que por tal que le pudiesse semejar en los trabajos los quales maravillosamente así como muy sabio e virtuoso sufrió Hércoles, de los quales trabajos cuentan los antiguos e algunos son verdaderos e los otros son fablas, e la declaración d’esto es cosa notable que Hércules fue fijo del rey de Grecia e fue philósofo muy sabio e discreto, e dízese que hovo madrasta la qual le quería gran mal e so semejança de bien queríalo matar, ca consejava al dicho rey su marido e padre [44r] de Hércoles que lo embiasse a las cosas de yuso escriptas por tal que muriesse, ca sabía bien que él era de grand esfuerço e no dubdava de fazer toda cosa que le mandassen, mayormente que era obediente al padre. E primeramente lo embió a domar los centauros, los quales son figurados medios caballos e medios hombres silvestres e son muy ligeros, e domólos Hércules, prometiéndoles que la parte bestial que en ellos era faría tornar humanal. E después fue embiado a matar un león, el qual era más espantable e más cruel que ningún otro, e que troxiesse la su piel. El qual él venció con virtud de un palo que era virtuoso contra los leones, e traxo la piel al padre quando lo ovo muerto. Después lo embió a saetar con saetas las harpías, las quales se dize según las fablas de los poetas que son donzellas que buelan assí como aves, que fueron embiadas por punir a Phinén, que es ciego, la vianda del qual toman una parte e la otra parte ensúzianla con su suziedad. Otrosí fue embiado por tomar de las mançanas de oro, que son en el vergel de los Espérides, las quales guarda<n> e tiene<n> cerca de sí un dragón malo e fuerte, el qual Hércoles tomó e abaxó contra la tierra con su mano esquierda, e con la derecha tomó de los frutos. La quinta vegada fue embiado a prender a Tiberius, que era portero del infierno, e prendiólo e tráxolo atado con tres cadenas. La sexta vegada fue embiado con Bursírides, el qual era lleno de malicia, ca matava todos los huéspedes assí que desque eran entrados en su casa no salían. Éste fue muerto por Hércoles e dio la su carne a comer a las bestias. La setena vegada fue embiado a la ydra en la Paluda, en la qual havía una sierpe muy cruel e peligrosa e fazía grand mal a una cibdad que estava cerca. Hércoles dio por consejo a las gentes de la cibdad que las yervas e los árboles que estavan en derredor fuessen del todo arrancadas, e los montes que eran en derredor fuessen quemados tanto como pudiessen assý que quando lloviesse, el agua fuesse bevida e gastada por la tierra quemada. E después d’esto, con su arte embió fuego gresch que mató la dicha syerpe que morava en la dicha agua, e las fuentes se seccaron por los montes quemados e por las plantas arrancadas. La ochava vegada fue embiado a partir el río en dos partes que llamavan Achelón, que era muy grande e fazía muchos males e grandes por muchas vegadas. La novena vegada fue embiado contra Enchu, gigante que era en Libra, mucho mal hombre, por que se combatiesse con él. El qual fue vencido e muerto por Hércoles. La dezena vegada fue embiado contra Cat, que era grand ladrón e forçador el qual avía furtados los bienes del rey. Éste fue muerto por Hércules. La onzena vegada fue embiado contra un puerco montés muy grande e muy terrible e malo, tanto que no temía cosa ninguna. El qual mató Hércoles con su yngenio. La dozena vegada fue embiado por que sostuviesse el cielo en lugar de Atalanta, por la qual cosa él merescía ser puesto entre las estrellas del cielo.

Moralmente declarando las dichas ystorias, por Hércoles es entendido el ombre sabio que ha virtud de fortaleza en sý, el qual deve ser aparejado a sofrir muchos trabajos e deve ser puesto en muchos peligros por conservación de virtud e deve ser fijo de rey, ca el entendimiento deve ser assí como rey sin el qual ninguno no se puede regir. La madrast[r]a es la sensualidad que faze todo su poder de desviarnos con cosas peligrosas so semejança de bien. Pues deve la persona virtuosa e sabia domar los centauros, que son los movimientos de la sensualidad que son medio bestiales, e reduzirlos a razón, e destruyr en sý y en otros toda sobervia, que es entendida por el león, [44v] e perseguir robos que no sean fechos por ninguno, que son entendidos por los Arpíes, los quales según declaración son tres, que son cobdiciar e tomar e asconder, e son dichas vírgines porque no fazen ningún provecho a sí ni a otros e aýna se pierde e aýna se ha; e por esto son comparados a aves bolantes. Y es embiado por punir a Phineu, por el qual es entendido el avariento que es ciego por avaricia, e tómanle de la su vianda partida, ca no se osa fartar, y ensúzianle la otra parte ca no osa comer cosas ni viandas de valor como lo pueda bien hazer, mas las más mesquinas que falla por que non le cueste mucho. Por la mançanas de oro es entendida sciencia, que es en el vergel de las Aspérides. Estos Aspérides de Athalante rey de África, en el vergel de las quales fueron consagrados pomos de oro [a] aquel dios que llaman Venus e librados a siete dragos que guardassen las dichas donzellas, segund Fulgencio fueron nombrados assí. E que la medusa Fetusa, que quiere dezir según los latinos estudio y entender e bien membrar e bien fablar del huerto d’estos, pues deve traer los pomos de oro la persona sabia, que es sciencia. Por el dragón es entendido desseos desordenados de las cosas temporales que viedan toda sciencia, lo qual deve reprehender la persona sabia. Por Tiberius atado a tres cadenas es entendida la nuestra voluntad, que es atada por desseos desordenados según que ya es dicho en la fabla de Orfeo. Por Bursides malvado mesonero es entendido que la persona sabia deve destruyr toda malicia por amor de justicia e por punir los malfechores. E por la Ydria quemada por el fuego es entendido que toda embidia deve ser seca por fuego de benignidad. Por el río que fazía mal es entendido que ombre sabio e virtuoso deve alongar de sí e de otros tanto como pueda todo peligro. E por el gigante es entendido que deve menospreciar e matar en sý todo desseo terrenal, ca gigante segund los griegos quiere dezir tierra. Por el ladrón es entendida toda mala obra, e por el puerco es entendido todo mal pensamiento de vileza e de suziedad, e por la dozena vegada que fue embiado Ércoles se entiende que deve ombre endereçar todo su pensamiento y entendimiento e ponerlo en las cosas celestiales, e si lo faze será puesto entre las estrellas, que es entre los santos.

Todos los dichos exemplos e todas las cosas de suso dichas son puestas a provar que las buenas personas e virtuosas e sabias no deven desmayar nin sofrir forçadamente la fortuna contraria quando da fuertes batallas, mas sofrirla vigurosamente e virtuosa, ca el que bien la sufre havrá todo lo que justamente dessea e por razón de virtud que avrá avida.

E la Philosofía, despertando a todo hombre por que aya e alcance el acabado e soberano bien, dize:

––Oh vosotros, varones, aved a vosotros sabia e virtuosa e fuertemente si queredes tener la carrera y el camino celestial, e tomad enxemplo del muy noble varón Hércoles; e vosotros, locos e flacos e mesquinos e débiles, por que vos desguarnides y enseñades las espaldas despojadas e metédesvos en la batalla de fortuna e dexádesvos vencer a las cosas muy flacas terrenales, ca no podedes ser vencidos si vos quisiéredes e ligeramente las podrés vences, las quales si las venciéredes havredes e ganaredes las cosas celestiales.