Aquí comiença el quarto libro del Ysopo.

La primera fábula de la raposa y de las uvas.

 

a raposa, viendo los razimos de las uvas maduras, codiciando de comer d' ellas, ymaginava y tentava toda manera de subir al parral por alcançar e comer d' ellas. Mas, como todos sus pensamientos y tentaciones fuessen baldíos y no pudiesse alcançar ni satisfazer a su desseo, tornando en su tristeza, comiença a dezir assí:

-Aquellos razimos aún mucho son verdes e agrazes e, caso que los pudiesse alcançar, no los comería, y assí no me da nada.

Significa esta fábula que es prudencia e sabiduría simular e mostrar que no ha gana ni quiere algunas cosas el que las dessea en la verdad quando él conoce que no las podría alcançar. 

Prudencia es dissimular que no se procura la cosa quando no se puede alcançar

 

La .II. de la comadreja vieja y del mur.

sta fábula muestra que todo hombre deve aprender officio e arte, porque alguno puede fazer por ingenio lo que por la fuerça no podría fazer.

La comadreja vieja, que no podía seguir los mures, embolcó y embolvióse en farina, y púsose en lugar escuro queriendo sin trabajo engañar y destruyr los ratones. Y viniendo un cuytado mur, ignorante pensando que era alguna vianda, llegóse a ella, y assí preso d' ella fue muerto e comido. Y assí mesmo, otro ratón segundo, hasta el tercero, fueron engañados. Después, vino ende un otro ratón de más días y cauteloso, el qual conocía todas las maneras /f. XXXIIIv/ de arte y de ingenio, assí las rateras como las cavas, y lazos y culebras y otros modos de engaños y fraudes. Y conociendo aquellas artes y assechanzas del enemigo, dízese que le dixo:

-Induzes y atraes a los mures ignorantes y inocentes, y los comes y tragas, mas por artera que seas, a mí no tomarás, que conozco todos tus ingenios.

Lo que las [fuertes] no pueden, el ingenio y arte lo suple

 

La .III. del vaquero y del lobo.

l que tiene palabras blandas y es infiel y traydor peca en su coraçón y será conocido, según muestra esta figura.

El lobo, fuyendo del caçador que le seguía, fue visto del pastor, donde se ascondió. El qual, lleno de pavor y miedo rogava mucho al vaquero que no lo descubriesse, diziendo que le suplicava por los dioses, en los quales tenía su esperança, que no fuesse causa de su mal y muerte. Respóndele y prométele el pastor que él sería seguro porque mostraría al caçador a la parte contraria, de manera que él fuesse en paz. Dende a poco, vino el caçador tras el lobo y rogava al vaquero que le dixesse del lobo que él seguía. Respondió el pastor:

-Yo lo vi venir y passó por aquí a la parte siniestra, y allí -dixo- me parece que podrás bien presto fallarlo.

Mas, por la otra parte, le guiñava y señalava con los ojos a la parte diestra donde estava el lobo. Mas, como el caçador no mirasse en ello, fuese aquexosamente a la parte siniestra y escapó el lobo. Entonces dixo el pastor al lobo:

-¿Qué te parece, agradécesme porque te he escapado?

Respondió el lobo:

-Por cierto, a tu lengua hago muchas gracias, mas a los tus ojos engañosos pido que ayan gran ceguedad.

Este exemplo es contra aquellos que parecen buenos y benignos en la fabla e perversos en las obras, y acusa a las personas que tienen lenguas dobladas.

Muchos ay de dulces palabras y en las obras perversos

 

La .IIII. de Juno y del pavón y del ruyseñor.

ada uno se deve contentar y usar de la gracia que le es dada. Se prueva por esta fábula.

El pavón vino a Juno con gran yra y poca paciencia diziendo que el ruyseñor cantava fermoso y conocía muchas cosas naturales y humanas, y que él no sabía fazer nada d' ello, mas antes, si cantava, que todos se reyan d' él. Entonces, por quitarle aquella saña y por lo consolar, Juno le fablava dulcemente diziéndole assí:

-La vista tuya y la fermosura excede y es más que ninguna perfeción que el ruyseñor aya. No ay ave alguna semejante a ti /f. XXXIIIIr/ en color y resplandor, ca reluzes como la esmeralda, y eres pintado de plumas dobladas en el cuello y en la cola, y assí te deves tener por contento.

Dize el pavón a Juno:

-¿Y qué son todas estas cosas para mí, pues soy vencido en la boz?

Sobre lo qual Juno habla assí:

-Pienso y afirmo que de los dioses, por gran providencia y alvedrío, son partidas las cosas a vosotros todos. A ti es dada la fermosura y resplandor mayor; a la águila, fuerça y virtud; el ruyseñor, por su canto y boz significa y muestra las cosas por venir; la natura del cuervo es croquear; la paloma ha piedad del viejo; el grito de la grulla siempre muestra los tiempos; y en la oliva pare tarde; la ficédula en los mançanos; la golondrina se alegra a la mañana de la luz; el murciélago desnudo buela a la tarde; el gallo conoce las horas de la noche. A todos abasta entender en lo que tienen, por ende no cures de buscar sino aquello que los dioses te dieron.

Conténtese cada uno con lo que de dios recibió, pues todo en todo no cabe

 

La .V. del lobo cerval y de los labradores.

onviene que seamos buenos y misericordiosos a los peregrinos y estrangeros, y a quienquiera, y devemos perdonar a los que poco pueden, porque no falta dónde se den las gracias, assí como nos muestra esta fábula.

El lobo cerval, que era sin culpa, cayó en un lazo y hoya. Viendo los labradores cómo estava preso, vanse para él y unos lo fieren con palos y otros lo escarnecen. Dixo uno d' ellos:

-No le fagáys mal, pues él no faze mal y es inocente.

E por estas sus palabras muchos que le querían dar de palos y ferirlo, cessaron, y otros le davan pan, y otros lloravan por su manzilla según que eran las voluntades diversas. Llegando la noche, todos se fueron para sus casas pensando que aquella noche moriría. Y dende a poco, él tomó sus fuerças y saltó de la hoya y cava, y librándose de aquel peligro, con gran miedo, fue a su cueva. Después de no muchos días, acordándosele de la injuria, él se fue con gran yra a aquel lugar y se arremete para los pastores y ganados, y los mata y destruye. Assí mesmo, salta con los labradores que aravan y los fiere, y les haze mucho mal y daño. Como vieron los de aquel lugar esto, sintiéndose mucho, en especial del estrago que fazía en los hombres, rogaron al lobo que les asegurasse las vidas. Entonces, respondió él mansamente diziendo que no faría mal a ninguno que le aya apaleado o ferido con piedra, o le fizo o quiso fazer otro qualquier mal, y menos a los que le dieron el pan y ovieron misericordia d' él, mas que no perdonaría, antes sería enemigo a los que pidieron que él fuesse muerto.

Miren los injuriadores de dicho y fecho a esta semejança, y assí cessen de fazer mal y dezir y injuriar y dañar a otros. 

Por ser piadoso a los estrangeros y que poco pueden, antes se gana que se pierde

 

La .VI. del carnicero y de los carneros. /f. XXXIIIIv/

os parientes y amigos que no se avienen ni se ygualan, malamente perecen, cerca de lo qual mira esta figura.

Los carneros, estando en uno en compañía y en una misma manada, viendo que entrava el carnicero entre ellos, disimularon y no curaron d' él. Visto cómo el carnicero tomó uno de entre ellos y lo mató, ni por esto se sintieron tampoco. Mas solamente dezían:

-A éste tocó y a ti dexémoslo y lieve quien quisiere.

E finalmente él mató a todos fasta uno solo, y como assí mismo echasse mano a aquel para lo matar, dixo al carnicero:

-Dignamente somos degollados y despedaçados de ti todos uno a uno, porque al principio no curamos de nos defender de ti, al qual pudiéramos matar y echar de entre nos a cornadas y cabeçadas.

Quiere dezir esta fábula que el que no mira por defenderse con tiempo e ayudar a su vezino, que viene a padecer y morir mala muerte.

Con tiempo se deve remediar el peligro que se espera

 

La .VII. del paxarero y de las aves.

sta fábula nos muestra que en ninguna manera devemos escusar de tomar el consejo del sabio.

En el tiempo del verano, las aves, con gran plazer estando a la sombra y comiendo de las hojas, vieron un paxarero de malos ojos que adereçava las cañas y reclamos y aparejos que traya en su costal. Las aves, simples y ignorantes d' esta manera, començaron a dezir:

-¡O, qué piadoso hombre miramos, al qual por la mucha bondad y piedad que es en él, las lágrimas le corren de los ojos quando nos mira!

E una d' ellas, más artera y experta que las otras, la qual avía provado las artes de los caçadores, dixo assí a las otras:

-¡Guardadvos, aves simples y ignorantes, fuyd y libradvos del engaño d' este hombre, y amonéstovos que sin pereza vos alcéys bien alto en el ayre! E si queréys conocer la verdad, mirad a sus obras. E prudentemente veed que las que de vosotras tomare, o mordidas, o a bocados, o afogadas, meterá en su talega.

Quiere dezir que sin dubda se pueden librar por consejo de uno muchos, y que no es de rehusar el buen consejo. 

El buen consejo no se deve menospreciar

 

La .VIII. del hombre verdadero y del engañoso, y del ximio.

espués de tiempos antiguos, usan los hombres falsos e malos linsonjar, y la adulación e linsonja se recibe de buenamente; y la verdad honesta e la bondad se suelen retraer y reprovar, según nos significa esta fábula.

Dos hombres, el uno falso y el otro verdadero, eran compañeros y /f. XXXVr/ andando por el mundo, llegaron en la tierra de los ximios, los quales como vido el mayoral de los ximios, mandólos detener e traer ante sí. Ellos ante él traydos, presente toda la compaña de los monos faziendo grandes pompas e aparatos, assentado en muy arreada silla en manera de emperador el ximio mayor, según que lo avía visto en Roma en otro tiempo, mandólos preguntar qué es lo que dezían d' él y de su compaña y gente, e a quién parecía él. El hombre engañoso y falso, començando a fablar primero, dixo:

-Paréceme que tú eres gran emperador.

Mas fue preguntado qué le parecía de los que estavan al derredor d' él. Respondió que eran sus cavalleros e capitanes, y otros oficiales. E por esto, el ximio, que fue alabado de mentira de aquel falso, mandó que fuesse por ello remunerado. Visto todo esto aquel hombre verdadero, dixo entre sí:

-"Si este mentiroso que en todo miente sin mesura es acepto e amado d' ellos, e aun remunerado, quánto más seré yo que diré cosas verdaderas."

Él estando pensando en esto, el ximio mayor le preguntó:

-Dime quién soy yo y estos que están comigo.

E aquel que amava la verdad e siempre acostumbrava hablar la verdad respondió:

-Tú y todos los que están aquí soys ximios.

Oydo esto el rey de los ximios, movido de gran saña, mandó que este hombre verdadero fuesse muerto y despedaçado con los dientes y con las uñas.

D' esta forma se suele fazer de los hombres falsos que aman la malicia y el engaño, los quales son remunerados e reputados en este mundo, más que los verdaderos.

Por la malicia de los hombres, el bueno es vituperado y el lisonjero y falso es remunerado

 

La .IX. del cavallo y del ciervo y del caçador.

ejor es no poner ememistades que, después de aver enemigos, no pudiendo vengarse d' ellos, arrepentirse y pesarle de ello, como nos enseña esta fábula.

El cavallo y el ciervo vinieron en enemistad entre sí. E como el cavallo viesse que el ciervo era dispuesto y más ligero en correr y de hermoso cuerpo, y ornado de cuernos hechos a manera de rama, el cavallo, que fue herido d' él, vase para un caçador y dízele:

-Quiero te mostrar un ciervo maravilloso de ver, al qual si podrás herir con tu venablo, tú avrás muchas carnes e muy buenas para comer, y su cuero y huessos y cuernos venderás por mucho dinero.

El caçador, encendido de cobdicia, dízele:

-¿Cómo podríamos aver y tomar esse ciervo?

Dixo el cavallo:

-Cavalga tú sobre mí, e yo por mi /f. XXXVv/ trabajo te lo mostraré. E como tú hirieres y matares al ciervo con tu lança dándole buenos golpes, acabada la caça, nos gozaremos y alegraremos en uno.

El caçador cavalga en su cavallo y vase para donde estava el ciervo. Y como el ciervo sintiesse venir aquel caçador con mal propósito para él, no olvidando su ingenio natural, corriendo por el campo huyó para la tierra alta e assí se escapó. Mas el cavallo, desque se vio sudado y quebrantado, dízese que dixo al caçador:

-No puedo alcançar lo que quería, por ende descavalga y busca tu vida acostumbrada.

El qual respondió de encima:

-No avrás poder para correr sino quanto yo te dexaré, porque tienes el freno en la boca; ni para dar salto, ca estás apretado con la silla; si començares echar coces, en la mano tengo un bastón con el qual te amansaré.

Esta fábula es contra aquellos que quieren fazer mal a otros y, a las vezes, a sí mismos.

No ponga el hombre enemistad con quien le pese después averla tomado

 

La .X. del asno y del león.

iensan muchos que han d' espantar con su boz assí a los fuertes como los flacos e pequeños, de lo qual se lee esta fábula.

Un asno, viniendo por un monte, encontró con un león, al qual dixo:

-Subamos encima en la altura del monte y mostrarte he cómo soy temido de muchos.

El león, riendo de las palabras del asnillo, dixo:

-Subamos.

Ellos estando ya alto en el monte, el asno comiença de rebuznar muy fuertemente, e oyendo su boz las liebres y raposas començaron de huyr, e assí dixo el asno al león:

-¡Vees cómo se espantan y han miedo de mí!

Al qual dixo el león:

-Antes me pudieran aver miedo y temer a mí que a tu boz, ca yo, pues sé que eres asno, no puedo temer a ti.

Quiere dezir esta fábula que es de reyr de aquel que no puede hazer sino poco y muestra por ademanes y palabras que puede mucho. 

Muchos piensan espantar con la boz, que en el hecho pueden poco

 

La .XI. del buytre y de las otras aves.

l buytre, fingiendo que querría honrar el día de su nacimiento, combidó a las otras aves menores a cenar y, como estuviessen dentro en casa, cerró la puerta y començó de matar una a una a todas las otras.

Esta figura significa que los poderosos pocas vezes o ninguna combidan a los menores, salvo a daño d' ellos.

Los menesterosos por su daño son combidados de los poderosos

 

La .XII. del león y de las raposas. /f. XXXVIr/

ingía el león que era muy enfermo y por este engano fazía venir assí las animalias a lo visitar como a su rey, y continuamente matava d' ellas. Vinieron las raposas ante las puertas de la cueva y saludavan al león de fuera, el qual preguntó a una d' ellas por qué no entrava. Ella respondió:

-Porque veo las pisadas de los que entran y no de los que salen.

Significa esta fábula que los males y peligros que los hombres han e passan deven ser nuestra enseñança para que nos guardemos. Ca en la casa del poderoso ligeramente puede entrar el hombre, mas puede ser que salga tarde o nunca.

El que es discreto, speriencia toma en el peligro ageno

 

La .XIII. del asno enfermo y del lobo.

l mal hombre nunca es de dar fe, según muestra esta fábula.

El lobo visitava al asno, que estava enfermo, y començó de le tocar y palpar el cuerpo y preguntávale en quáles partes más le dolía. Respondió el asno:

-Los lugares donde me palpas me duelen más.

E assí los hombres malos, aunque muestren por palabras que aprovechan y hazen bien, trabajan y procuran cómo hagan mal y daño.

Al hombre malo no se deve dar fe

 

La .XIIII. del carnero mayor y de los tres menores.

uchas vezes murmuran los menores de los mayores, sobre que se recuenta tal fábula.

Tres carneros menores, viendo un carnero mayor que fuyó e temió, escarnecían y murmuravan d' él. El qual respondió y dixo a ellos:

¡O, desesperados y ignorantes! Si vos supiéssedes por qué causa yo huyo y he miedo no reyríades de mí.

E assí muestra esto que a las vezes se maltrae [por] los menores de los mayores de los fechos suyos no sabiendo las causas, las quales sabidas cessarían por ventura de murmurar, y assí caen en ignorancia. 

Propio es de los necios murmurar de los fechos ajenos

 

La .XV. del hombre y del león. /f. XXXVIv/

l tiempo de la virtud prueva alguna cosa por obra, según demuestra esta figura.

El hombre y el león tomaron questión quál d' ellos fuesse mejor e cada uno procurava de provar su intención. E assí andando, llegaron a un sepulcro donde estava pintado cómo el hombre afogava el león. E viendo esto, el hombre mostró aquella figura para en prueva de su intención. Al qual respondió el león:

-Esta obra fue pintada por el hombre, la qual, si fuera pintada por algún león, tú vieras que no fuesse el león ahogado del hombre, mas el hombre del león. Empero, yo te quiero mostrar provança verdadera.

Y levó al hombre al amphiteatro, o lugar de combatir y pelear, y allí peleando con él por experiencia verdadera le mostró cómo el hombre es afogado del león, diziéndole que allí no avía lugar de provança de pintura, salvo de fecho verdadero.

Esta fábula significa que la mentira compuesta de colores luego es vencida de la verdad, donde ay cierta provança. 

La mentira, aunque sea bien compuesta, presto es vencida

 

La .XVI. de la pulga y del camello.

lgunos que no son nada, ellos mesmos se engrandecen, según que recuenta esta fábula.

Una pulga que estava en la carga del camello, viendo a él cargado, se gozava alabándose que era mejor que el camello. En fin de la jornada grande que anduvieron vinieron a un mesón donde la pulga descendió e saudióse ante los pies del camello, e dízese que dixo:

-Bien fize en me abaxar de tu espinazo porque no te enojasse ni te cargasse más.

A la qual respondió el camello:

-Gracias fago a Dios que porque tú te pongas sobre mí no soy más cargado, ni porque te abaxes más descargado.

Miren esta fábula aquellos que no pueden agraviar ni desgraviar a los mayores, e quieren hazer estima de sí, e assí son escarnecidos e avidos por locos. 

Algunos no son nada y quiérense estimar en mucho

 

La .XVII. del hormiga y de la cigarra.

n el tiempo del invierno la formiga sacava al sol el trigo que en el verano avía cogido. La cigarra llegando a ella, con hambre rogávale que le diesse un poco de aquel trigo porque no muriesse. A la qual dixo la formiga:

-Amiga, ¿qué feziste en el estío?

Respon- /f. XXXVIIr/- dió la cigarra:

-No tuve para coger espacio porque andava por los setos cantando.

La formiga, riéndose d' ella y metiendo su trigo en su casilla, díxole:

-Si cantaste en el verano, dança agora en el invierno.

Esta fábula enseña al perezoso que trabaje quando puede y es tiempo porque después, faltándole de comer, no pida a otros, los quales antes se reyrán d' él que darle algo. 

El perezoso siempre está menesteroso

 

La .XVIII. del espada y del caminante.

l hombre malo a muchos pierde y el solo perece, según declara esta fábula.

Un hombre caminando halló una espada que yazía en el camino e preguntóle quién la avía perdido. La espada respondió assí:

-Por cierto a mí uno solo me perdió, mas yo he perdido a muchos.

Quiere significar esta fábula que el malo solo se pierde, mas antes que se pierda empesce y daña a muchos. 

El malo a muchos empece, mas al fin perece

 

La .XIX. de la corneja y de la oveja.

e las injurias que se dizen a los inocentes el Ysopo nos recuenta tal fábula.

Una corneja ociosa e holgazana subió encima de una oveja e assí se estava folgando allí. Y como muchas vezes usasse de fazer este enojo a la oveja, dízese que ella le dixo assí:

-Si al perro enojasses o tentasses según que a mí lo fazes, ¿no sufrirías sus ladridos ni la yra de la su boca?

La corneja habló d' esta manera a la oveja:

-Yo me assiento en los collados fuertes y sé a quién tengo de enojar o no, ca soy de muchos años, y soy mala y áspera a los buenos e humildes, e muy amiga a los malos y fuertes, e tal me criaron los dioses.

Esta fábula increpa a aquellos que a los inocentes e buenos injurian e provocan, e no osan solamente mirar a los malos y fuertes. 

El malo al bueno enoja, que a otro malo no osa

 

La .XX. de la haya y de la cañavera. /f. XXXVIIv/

los que son sobervios e duros de coraçón e no se quieren someter a su señor suele acaescer como a la haya, la qual, viniendo el viento, no quiso abaxarse, y una cañavera que estava cerca d' ella, viendo venir el viento rezio, abaxávase y bolvíala el viento a qualquier parte que quería. E dízese que le dixo la haya:

-¿Por qué no estás firme como yo?

Respondióle la caña:

-No es tal mi fuerça como la tuya.

E dízele la haya:

-E por esso puedes saber que soy más fuerte que tú.

Mas, dende a poco, vino un gran viento, el qual derribó a la haya fuerte, e dexó a la cañavera que se abaxava.

E d' esta manera, muchas vezes los sobervios son destruydos resistiendo, e los humildes escapan dando lugar y suffriendo a los más fuertes.

El humilde permanece y el soberbio perece

 

Aquí se acaba el quarto libro del Ysopo muy inge

nioso e claro fabulador e no se hallan más libros suyos. Empero mu

chas fábulas suyas son halladas en gran número. Las quales

se siguen en esta forma siguiente.