/fol. aj r/

COMEDIA LLAMADA [CARMELIA]

 

Nuevamente compuesta por Juan Timoneda.

   Es muy sentida, graciosa y regozijada.

 

[Escudo con la siguiente inscripción:

La moneda es un metal,

que haze bien y mucho mal.]

 

Son interlocutores las personas siguientes:

 

LUPERCIO, padre de Fulvio

FULVIO, su hijo

CARMELIA, hija de Lupercio

CORNALLA, simple

MENCIA, muger de Cornalla

POLIANTEA, en hábito de hombre

TAUCIO, hijo de Poliantea

ANDRESILLO, page de Poliantea

MAESTRE PASQUIN, nigromante

LONGARES, su moço

 

Año M.D.LIX


 /fol. aj v/

ntroito y argumento

 

en el cual se introduzen las personas siguientes

         y salen cantando:

 

PARIS, enamorado

LEANDRO, enamorado

ANTEON, enamorado

LAMIA, cortesana

Canción

 

Lamia, como unas flores
fresca, rubia y ojos verdes,
nuestras preguntas de amores
nos declares y concuerdes.

Pues te elegimos por sabia,
gozemos hoy los amantes
de tu saber y tu labia
en preguntas importantes.
Con sotileza y primores,
pues de tu gracia no pierdes,
nuestras preguntas de amores
nos declares y concuerdes.

 

Paris

Assí como alcançaste, señora Lamia, entre las cortesanas el más excelente grado de hermosura y gracia en el mirar, alcancemos los tres de ti una merced.

Lamia

Sepa yo, Paris, qué puedo hazer por tan gentiles cavalleros como vosotros, y hazerlo he.

/fol. aij r/

Paris

Lo que Anteón, Leandro y yo te suplicamos es que, antes de relatar el argumento de la comedia que ha propuesto representar el autor delante tan magníficos señores, nos respondas a ciertas preguntas.

Lamia

¿De qué son las preguntas?

Paris

De caso de amores.

Lamia

Prohibidas havían de ser para vosotros semejantes preguntas, pues que tú, Anteón, fuiste comido de tus canes por amores, y Leandro ahogado en el mar, y tú, Paris, muerto en la batalla; mas porque no penséis que lo dexo por no quereros servir, preguntad lo que mandáredes.

Leandro

Dime, Lamia, ¿cuál es la cosa por la cual aborrescen más las mugeres a los hombres?

Lamia

La cosa porque más aborresce la muger al varón es cuando se alaba de lo que no haze, y no cumple lo que promete.

Anteón

Dime, Lamia, ¿cuál es la cosa con que más os contenta el hombre?

Lamia

Es cuando el hombre es discreto en lo que dize y secreto en lo que haze.

Paris

Dime, ¿cuál es la cosa que más lastima el coraçón de una muger?

Lamia

No hay cosa con que más una muger se entristezca y afrente que llamarle fea y mala, aunque lo sea.

/fol. aij v/

Leandro

Dime, Lamia, ¿cuál es la causa porque más presto se deshaze el amor entre dos enamorados?

Lamia

No hay cosa porque más presto se desamen los que se aman, que por ser el enamorado derramado en el amar, y la enamorada importuna en el pedir.

Anteón

Mal guardó esse decoro tu semejante Layda, pues yendo el buen philósopho Demósthenes a Corintho para rebolverse con ella, le pidió tanto, que le respondió lo que merescía.

Lamia

¿Qué le respondió?

Anteón

Mira, Layda, no permitan los Dioses que compre tan caro el arrepentimiento.

Leandro

Bien dicho y a propósito.

Anteón

Y mal atendido al día de hoy, pues permanece su contrario.

Paris

Dexemos d'esso y mudemos de plática. Dime, Lamia, ¿por qué son los hombres mal casados?

Lamia

Es impossible que sean bien casados cuando en la muger hay necessidad y en el marido necedad, y de ahí viene qu'el marido le mide alguna vez el cuerpo con los pies y le peina los cabellos con los dedos.

Leandro

¿Qué me dirás de los que bien o mal casan?

Lamia

Has de saber que los que aciertan a casar bien tienen en esta vida paraíso, y los que /fol. aiij r/ mal, infierno.

Anteón

Dime, Lamia, ¿no es bien que la muger que se elige para casarse con ella sea hermosa?

Lamia

Sí, pero primero es saludable consejo mirar que sea cuerda, honesta y casta, y lo postrero hermosa.

Leandro

Dime, Lamia, ¿cuál de las virtudes exalça más a la muger?

Lamia

La vergüença, porque para mí por averiguado tengo qu'en una muger vergonçosa hay poco que reprehender, y en la que es desvergonçada nada que loar.

Paris

Abaste, señores, por agora. Pongamos silencio a nuestras problemas y narremos el argumento que tan encomendado nos fue por el autor.

Lamia

Mucha razón es por cierto.

Argumento

 

Anteón

Sabrán, muy nobles señores, que Lupercio, mercader y biudo, residiendo [en] Sicilia con un hijo y una hija, tratava grandes mercaderías con un hermano que tenía mancebo y muy hábil en Valencia.

Leandro

Y como al dicho Lupercio le fuesse demandada por su hermano muchas vezes que le embiasse la hija para hazerla su heredera, pues no determinava de casarse, se la hovo de embiar, no teniendo sino dos años.

Paris

Pero acontesció que la nave en que ve- /fol. aiij v/ -nía la niña con otras mercaderías fue presa de moros. Sabido esto por el hermano mancebo, murió de puro enojo.

Lamia

Entonces Lupercio, con el hijo que le quedava, dicho Fulvio, se vino a bivir a Valencia, el cual mora en esta casa que véis.

Anteón

Tomando puerto los moros en Bugía sobre seguro para vender lo que havían tomado en la nave, fue comprada la mochacha por un hombre muy honrado de la dicha ciudad, el cual tenía un hijo llamado Taucio, y éste, andando el tiempo, se casó con la donzella sin saberlo su padre.

Leandro

Sabido por el padre, rescibió tanto enojo, que tomó la esclava y la traxo a vender a Valencia; pero, antes que la vendiesse, murió él dexando heredera a su muger.

Paris

Sabido por la muger, no podiendo salir de Bugía, porque no dexavan salir ninguna muger, vistiósse como hombre llamándose Polianteo y, llegada a Valencia, fuele librada la esclava con otras cosas importantes.

Lamia

Y esperando passage para bolverse, tomaron los moros a Bugía, y fuele forçado quedar en Valencia y alquilar una casilla, que es ésta de frente do habitan.

Anteón

Esto es, señores, el principio y fundamento de nuestra comedia. Tengan silencio /fol. aiiij r/ y atención, porque mejor podamos servirles declarando el medio y fin d'ella.

Lamia

Y queden en paz vuestras mercedes, que nosotros cantando nos iremos.

Canción

 

Quien no sabe amar
ni menos querer bien
puédese llamar dichoso,
dichoso en todo bien.

Quien amar no sabe
no sabe qu'es pena,
a do quiera cabe
de nadie se agena.
Si do el plazer suena
no teme desdén
puédese llamar dichoso,
dichoso en todo bien.

 

Escena primera