Scena tercera |
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POLIANTEA, en hábito de hombre.
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Poliantea |
Señor Lupercio, no sé con qué servicios podré pagarte la buena voluntad que contino has mostrado para comigo sin merescerlo. |
Lupercio |
Señor Polianteo, si yo he tentado de casar mi hijo Fulvio con tu hija Carmelia sin tener cuenta con dote, ha sido por lo mucho que merescéis entrambos. |
Poliantea |
No en vano se dixo que quien topa con amigo verdadero, acierta con el mayor tesoro del mundo, como yo he acertado en caer en gracia de un tan valeroso varón, cuyo favor ha sido, para Carmelia y a mí, un darnos la mano cuando nos ivamos del todo a caer. |
Lupercio |
Es menester, señor Polianteao, tratar este negocio con mucho secreto, porque a dar /fol. bij v/ en suerte de un amigo boquirroto, sería gastarlo todo. |
Poliantea |
Assí conviene y es mucha razón que se haga; de mi parte prometo de no dezirlo a nadie sino a tu Carmelia. |
Lupercio |
Yo me voy; con salud nos veamos. |
Poliantea |
Assí plegue a Dios. ¿Oyes, Carmelia? [.......] |
Carmelia |
¿Qué's lo que mandas? |
Poliantea |
Alégrate, hija, del bien que nos ha venido. |
Carmelia |
¿Qué bien? ¿Por dicha es allegado o has sabido algunas nuevas de tu hijo Taucio? |
Poliantea |
Otra cosa es, tan buena como éssa. |
Carmelia |
Sépalo yo, señora, presto, que peno por saberlo. |
Poliantea |
Has de saber que todos los que saben el buen tratamiento que te hago creen que eres mi hija, siendo mi esclava. |
Carmelia |
Declárate más, qu'esso ya me lo sé. |
Poliantea |
El señor Lupercio me ha hablado de un negocio tan importante que, si se concluye, son concluidos todos nuestros trabajos y comiença mi descanso y tu contentamiento. |
Carmelia |
Mucho es esso que sea sin ver yo a Taucio. |
Poliantea |
Sabrás que, sin tener cuenta con mi linage y poca possibilidad, por tu solo merescimiento, te me ha pedido para casarte con su hijo Fulvio. Prometile de hablarte sobr'ello. |
Carmelia |
No creo que Nerón fue tan cruel para con /fol. biij v/ su madre, cuanto tú para contra tu hijo, y mi querido Taucio. ¿Nos sabes que estoy prometida con él, y qu'éssa fue la causa de nuestra venida en España? ¿Y que sin él jamás alegre me veo? |
Poliantea |
Pues que ha tres años que no sabemos ninguna cosa d'él, se ha de creer que es muerto, por lo cual te ruego, tan encarescidamente cuanto puedo, que no dexes perder tan buena ocasión como tienes entre manos, de remediarme y remediarte. |
Carmelia |
No mande Dios qu'el amor que mi querido Taucio me tenía se lo pague en tan ruin moneda como éssa. Déxame con mi trabajo esperar a mi amado, como hazía Penélope al suyo. |
Poliantea |
Ya veo, Carmelia, que, pues no puedo hazer lo que quiero, havré de hazer lo que puedo, que será venderte. |
Carmelia |
Más quiero ser cativa y agradescida, que ingrata y libre. |
Poliantea |
¡Sús!, calla, que viene Cornalla de Pliego. [........] |
Cornalla |
¡Guarde Dios al señor y a la señora! |
Poliantea |
¡Bona salus, Cornalla de Pliego! |
Cornalla |
No es menester, señor, que harta sal y buena tenemos en casa. |
Carmelia |
¡Cómo! ¿Qué has entendido? |
Cornalla |
Que si havemos menester buena sal. |
Carmelia |
Esso mismo. |
/fol. biij v/ |
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Poliantea |
¿Qué buscas, Cornalla? |
Cornalla |
A mi señor, para dezille que Fulvio está malo. |
Carmelia |
¿Y qué tiene? |
Cornalla |
Ya lo sabe tu merced. |
Poliantea |
Y ella ¿de dónde? |
Cornalla |
Creo que havrá sido sobre que su padre lo quería casar aquí con la señora donzella, y, como mi muger no querría que se casasse, hale dicho tanto mal del casamiento que se le ha enquillotrado el coraçón. |
Poliantea |
¿Que le va a tu muger en que se case? |
Cornalla |
Mucho, señor; porque mientras no se casare tienen los dos compañía, que lo de mi muger es suyo y lo suyo de mi muger; pero mándole yo que, si a casar se tiene, él se casará, que los casamientos ventura son como el mío. |
Poliantea |
Cuéntanos por tu vida qué ventura tuviste en casarte con Mencía de Logroño. |
Cornalla |
Yo te lo diré. De parte de mi agüelo me viene el Cornalla, que, por ciertas diferencias que tuvo con su muger, lo passeó la justicia por las calles acostumbradas, muy acompañado con unos cuernos muy lindos y dorados. |
Carmelia |
De ahí te viene tener miedo a los bueyes. |
Cornalla |
A los cuernos tengo yo miedo, que a los bueyes no. |
Poliantea |
Y el Pliego, ¿de qué parte te viene? |
/fol. biiij r/ |
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Cornalla |
Este me viene de parte de mi padre, y es que, como era albardero, hablando con reverencia, fue el primero que hizo las albardas con unos pliegos a la marquesota; y assí le quedó el sobreneombre de Pliego, y a mí también, por ser su hijo. |
Carmelia |
Todo cuanto nos ha dicho no conviene con lo preguntado. |
Cornalla |
Antes sí, mucho, pecador de mí, porque era menester tomar el agua de lexos para que lo entendiéssedes. Assí que, estando yo a la puerta de mi padre, passó mi muger y una tía suya por allí y enamoróse del albarda, de tal manera que la compraron para un asnillo que tenían y, comprada, rogáronme que se la llevasse. |
Carmelia |
¡Gran ventura toviste! |
Cornalla |
¡Muy grande! Y como yo tenga especial gracia en llevar albardas, tanto que paresce que me cantan encima, de sólo vérmela llevar se enamoró de mí. |
Poliantea |
¿Y qué dixo? |
Cornalla |
¡Bendito sea el Señor que assí reparte sus gracias entre los albarderos! Y assí se trató luego el casamiento. |
Carmelia |
Dime, ¿y es de casta tu muger? |
Cornalla |
Es tan castíssima que no quiere que duerma con ella sino una noche en par de otra. |
Carmelia |
No digo, sino que si es de sangre. |
/fol. biiij v/ |
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Cornalla |
De sangre, y muy colorada. |
Poliantea |
No dezimos esso, sino que si viene de buena parte. |
Cornalla |
De rebuena cuando viene de la iglesia. |
Carmelia |
De burlas está. ¡Que si es muger de honra! |
Cornalla |
No cuando me deshonra y me pega con la escoba porque no barro presto la casa. |
Poliantea |
¡Válate Dios! ¡Que si es de linage, dize! |
Cornalla |
Mira si es: ella nació en la cavalleriza del condestable, y sin esso es su pariente, porque todos somos hijos de Adám y Adivas. |
Carmelia |
¿Y sabe labrar? |
Cornalla |
Labrar y cavar y toda cosa de campo sabe. |
Poliantea |
No dize, sino que si sabe coser y hazer labores. |
Cornalla |
Maldita la cosa que sabe d'esso, sino castrar capones y sacar pepitas a gallinas y echar calças a pollos; y en esso ha ganado esta ivernada el aforro de la saya verde que trae, que lo demás Fulvio lo ha puesto por lo mucho que me quiere. |
Poliantea |
¿Y esso sufres tú y el señor Lupercio? |
Cornalla |
¿Esso es sufrir? Cada día que viniesse una saya. |
Poliantea |
Anda, anda, vete, si no tú nos dirás lo que no es honesto oír; y di al señor Lupercio que trabaje en despedir aquellas cintas que sabe. ¿A dónde miras? ¿Estás comigo? |
Cornalla |
No estoy sino con el señor Lupercio. |
Poliantea |
¡Arre, pues! Si m'entiendes te digo. |
/fol. bv r/ |
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Cornalla |
Que t'entiendo y te r'entiendo. |
Poliantea |
Pues ve con Dios. Hija, Carmelia, piensa bien en lo que antes te dixe. |
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