INTRODUCCIÓN
‘Siervo libre de amor’
EL MANUSCRITO 6052
DE
Del Siervo libre de amor se encuentra un único testimonio en un manuscrito incompleto de finales del siglo xv, escrito en letra gótica libraria y en cortesana cursiva y en el que parecen haber participado al menos dos manos, alternándose.
Dicho manuscrito se conserva en
El citado manuscrito tiene unas
medidas de 202 por
La encuadernación es moderna, en cartoné con el lomo de piel. Aunque algunas páginas, precisamente del Siervo libre de amor, se han desprendido y en los folios iniciales, en la ‘Novella’ de Cañizares, la tinta ha corroído en algunas líneas el papel, en general su estado de conservación es aceptable. Presenta huellas de una reparación en el folio cxliiii (16 en foliación moderna). Normalmente es legible sin dificultad y los problemas que presenta su lectura no son tan graves como nos lo podría hacer creer, por ejemplo, el comentario de Marcelino Menéndez y Pelayo, [1] si bien cuando los hay se encuentran precisamente en nuestra obra que, además de las dificultades achacables al estilo y la selección del vocabulario por parte del autor, da la impresión de haber sido copiada con más apresuramiento y aprovechando más el papel que los textos anteriores, como si al ir acabando el volumen hubiera acometido a los amanuenses una súbita premura tanto de tiempo como de espacio. Quizá parte de su oscuridad sea achacable a la utilización de una copia corrupta por parte de los amanuenses, aunque me inclino a pensar que la responsabilidad recae sobre el mismo Juan Rodríguez del Padrón, quien sospecho que intentó hacer con el castellano lo que Joan Roís de Corella con el catalán: elevarlo a la dignidad del latín por medio de recursos como el hipérbaton y la incorporación de neologismos y calcos sintácticos y morfológicos de aquella lengua.
El soporte es papel, de buena calidad, sin marcas por lo que he podido ver. Las tintas son negra para el texto, roja para calderones y azul en adornos marginales en algunos folios, alguna vez junto con el rojo y el negro en letras capitulares. Es de reseñar que el Siervo libre de amor se cierra a mitad de página y con dos puntos y un guión rojos, que pueden indicar finalización.
En su estado actual, las obras de Juan Rodríguez del Padrón ocupan aproximadamente la segunda mitad del manuscrito. Entre los folios clxxxviiv y xxlxir (f. 55v a f. 129r en la paginación moderna) se encuentra copiado el Bursario. En el folio xxlxiv (f. 129v) comienza el Siervo libre de amor y acaba en el xxlxxiiiv (f. 141v). En el folio siguiente, numerado en la paginación antigua cclxxxv, no sé si por error, pues no aparece ningún tipo de desgarro, y 142, muy borroso, a lápiz, en la moderna, el recto no presenta texto, aunque se encuentra preparado, con las líneas trazadas en la caja. Al verso, ya sin preparación, hay unas anotaciones de carácter privado, con letra posterior. Siguen tres folios más, en blanco, que parecen de la misma calidad y época que los anteriores. Al final, otro folio, éste de papel reciente.
El manuscrito comienza en la actualidad
en el folio cxxxivr. Su epígrafe es: ‘Nouella / que diego de canizares
de latyn en rromançe declaro y translado/ de vn libro llamado
Scala Çeli’. Acaba en el folio cxliiiv con las palabras: ‘a vos/
y a mj de tanto mal’. En el folio cxlvr empieza una epístola de
Diego Enríquez: ‘eſta carta embio el liçençiado y coronista diego enrriquez
de Castillo. a la muy eſclareçida y bien aventurada reyna de Castilla.
donna Ysabel nuestra ſennora/. para ſatiſfazer/
a ſu altesa de algunas quexas y enojos. que del tenja injuſtamente’.
Acaba en el folio cxlviiiv (20 en la nueva paginación), con las
palabras: ‘syn temer aduerſſidat/∙ Amen’. En el manuscrito
hay después un salto de cinco folios numerados pero en blanco. Se retoma la
escritura en el folio cliiir (21), cuyo epígrafe es: ‘Epistola
de conſolaçion embiada al licenciado e ſennor
prothonotario de Çiguença. Con ſu reſpueſta traſladaddas
de latyn en rromançe por dyegº de cannjzares/∙’,
y acaba enfolio clviv con las palabras: ‘quando el tiempo
conuenj/ ble lo padeſçiesse/∙’. En el folio clviir
comienza la traducción de la versión latina de
La letra usada en la versión de
Ángel González García, en su edición de las Versiones castellanas del ‘Sendebar’ (1946: xv-xviii) hace la siguiente descripción del manuscrito, que transcribo:
Don Antonio Paz y Melia publicó
en 1892, en el tomo xxix de
El manuscrito comienza, como señala
Ángel González García, en el folio 134. ¿Qué obras pudo contener, ahora perdidas?
De las que antecedieron a la ‘Novella’ de Diego de Cañizares nada se sabe.
No ocurre lo mismo sin embargo con los últimos folios, separados también del
ms. BNM
Antonio Paz y Melia utilizó el
manuscrito BNM Q-224, que conservaba aún la parte perdida y posteriormente
vuelta a encontrar por el profesor Gómez Moreno, para editar, primero en el
Zeitschrift für Romanische Philologie y en 1892 en sus Sales españolas,
un Libro de cetrería y
Estos folios fueron arrancados después del 9 de abril de 1890, la fecha en que Antonio Paz y Melia firma el artículo que publica en el Zeitschrift für Romanische Philologie en el que analiza y comenta el opúsculo. [7] No deja de ser curioso que esas obras fueran de carácter burlesco, y al menos la profecía relacionable con los excesos –hipócritas- de la espiritualidad franciscana y la ‘devotio moderna’, con las que Juan Rodríguez del Padrón mantiene lazos, o al menos muestra concomitancias que para mí resultan bastante evidentes.
Para valorar el Siervo libre de amor en su contexto de recepción es importante saber cuáles son los textos que lo acompañan y también a qué lectores se dirigen. Queda claro por lo descrito hasta ahora que algunas de las obras tienen como destinatario explícito, bien Juan ii, bien Isabel i, lo cual nos sitúa más allá de toda duda en el ambiente de la corte de Castilla durante gran parte del siglo xv. También nos informa de que las producciones padronescas seguían gozando de popularidad, al menos la suficiente para que dos de sus obras fueran incluidas en el ejemplar, en el último cuarto del siglo, reinando ya Isabel en el trono de Castilla.
VARIANTES EDITORIALES
Como es bien sabido, del Siervo
libre de amor existe un único manuscrito, el ms. 6052, que se guarda en
En tales condiciones no parece factible proponer un aparato crítico. Sin embargo, la misma precariedad de la lectura y la imposibilidad de acceder a otros ejemplares han tenido como consecuencia que los editores que se han ocupado de esta obra hayan interpretado de manera diversa en ocasiones los grafemas del texto, o bien hayan enmendado, señalándola o no, la lección del manuscrito, para tratar de dotar así de sentido a enunciados confusos, ambiguos, o de difícil explicación.
La mencionada diversidad me ha sugerido la oportunidad de elaborar una tabla de variantes mediante la cual el lector pueda comparar las soluciones que se proponen, entre ellas y con el original, de modo que le sea posible tanto tomar conciencia de los nodos de dificultad y escoger ponderadamente en determinadas instancias la solución más acorde con su propia interpretación, o al menos la que entienda más tolerable. Como el lector observará y han señalado en los últimos años algunos críticos, si bien las diferencias no afectan en general a la comprensión del texto, no siempre es así. En el folio 130v, línea 12, por ejemplo, mientras unos editores transcriben ‘salvo’, otros optan por ‘salud’, cuyo sentido es radicalmente diferente; en el folio 132r, línea 20, la discrepancia se encuentra entre ‘son’ y ‘sol’; de manera similar ocurre en el folio 139r, línea 27, entre visa, vista y ursa. No es necesario continuar pues el lector puede hacer uso de la lista que se expone a continuación para cotejar las distintas interpretaciones. El Siervo libre de amor seguirá siendo, en mayor medida que otras y mientras no aparezcan nuevos manuscritos, una obra en construcción, sometida a reformas y ajustes constantes.
He consignado aquellas lecciones que no coinciden con la del manuscrito, incluyendo aquellos casos que parecen errores del copista. He respetado el criterio de los editores, de modo que no he anotado las divergencias con la que entiendo lección del manuscrito en aquellos casos en los que los editores modernizan el texto original, y me refiero especialmente a César Hernández Alonso y Carla de Nigris. Teniendo en cuenta que Antonio Paz y Melia y Francisco Serrano Puente son más conservadores, he apuntado las diferencias entre sus ediciones y el manuscrito, en los casos en los que parecen no ajustarse a sus propias normas de transcripción y edición.
Cuando el editor recoge la lección del manuscrito, en las notas o en el aparato, lo hago constar mediante asterisco. Utilizo los mismos recursos tipográficos que en la transcripción paleográfica, además de una barra vertical para marcar el salto de línea cuando no hay marcas de puntuación en el texto.
Indico folio y línea, según el manuscrito. Doy el número total de líneas de cada folio, como orientación al lector. En los casos en los que el texto aparece a dos columnas asigno -a- a la primera y -b- a la segunda.
Transcribo en negrita la que considero lección del manuscrito. Incluyo determinadas palabras en su contexto, cuando entiendo que su localización o comprensión quedarían afectadas de no hacerse así. Cito de acuerdo con mi transcripción paleográfica, aunque no sea ésa la solución que adopto, evidentemente, en la edición crítica. La razón para ello, que puede resultar extemporáneea, ya que las ediciones que se reseñan son todas ellas críticas, es la de permitir al lector contrastar la pertinencia de las transcripciones realizadas por los editores con la mayor libertad, para lo cual entiendo necesario partir de la lección original.
Ediciones (cito por las iniciales del editor):
PM: Antonio Paz y Melia; SP: Antonio Prieto [que no realizó la edición sino el estudio preliminar] & Francisco Serrano Puente; HA: César Hernández Alonso; CN: Carla de Nigris.
CRITERIOS DE EDICIÓN
Para la elaboración de esta edición
he seguido el único manuscrito existente, ms. 6052, que se encuentra en
Se han tenido presentes las ediciones anteriores de Antonio Paz y Melia, Antonio Prieto y Fernando Serrano Puente, César Hernández Alonso y Carla de Nigris.
Mis criterios de edición son en general conservadores. Procuro no enmendar la lección del manuscrito. Las muy escasas ocasiones en que lo hago, ofrezco las razones que a mi entender justifican tal decisión y dejo constancia de la lectura original.
- Para la regularización de las grafías, la acentuación y la puntuación, utilizo los siguientes criterios:
- Regularizo el uso de u, i con valor vocálico frente a v, j, con valor consonántico.
- Respeto el uso de ç, incluso a principio de palabra, según la lección del manuscrito (Çíçero, çercos).
- Mantengo el uso de qu- para la velar sorda inicial de palabra (quarto)
- Respeto las consonantes dobles ss (deessas); rr (honrrador), cç (ficçiones) ff (afferes) en interior de palabra, pero no cuando se trata de inicial (reinos)
- Conservo la consonante h actualmente muda, en interior de palabra (traher). Asimismo mantengo la h etimológica a principio de palabra (hedifiçios)
- Desarrollo los casos abundantes en los que aparece tilde sobre vocal anterior a nasal m/n guiándome por los criterios actuales que suelen ser por otro lado los que utiliza el copista cuando no aparece abreviatura. Así tiēpo da tiempo.
- Cuando la conjunción copulativa e / y aparece como tal en el texto, se transcribe. El signo tironiano lo transcribo como e.
- Resuelvo todas las abreviaturas como χgōçado, vergonçado; entēdimjēº, entendimiento, ven9 Venus, etc., acogiéndome a los criterios actuales.
- En las formas aglutinadas distingo cada miembro mediante apóstrofo. Así, quel: qu’ el.
- Cuando las formas aglutinadas están compuestas por preposición o relativo más artículo, como dela, delos, quela, se separan según norma actual: de la, de los, que la.
- Regularizo la acentuación según las normas actuales. Acentúo nós / vós tónicos para diferenciarlos de las formas átonas.
- Regularizo el uso de mayúsculas y minúsculas de acuerdo con los criterios actuales.
- La puntuación supone un grave problema porque afecta a menudo de manera radical a la comprensión del texto. Cuando es posible me atengo a la lección del manuscrito, pero es más una guía que una norma. Los criterios de los editores anteriores no son, fundamentalmente por las razones antedichas, siempre fiables, aunque los tengo presentes. El ritmo de la prosa (y del verso) no constituyen tampoco una regla segura. En último extremo, como imagino que han resuelto los demás editores, he buscado atenerme al sentido del discurso para despejar mediante la acentuación algunas de las ambigüedades, fundamentalmente sintácticas, que presenta el texto.
- A diferencia de los anteriores editores, pagino la edición crítica de acuerdo con la lección del manuscrito. Las citas al texto, en la edición y el estudio, se hacen siempre de acuerdo con dicha foliación.
- Numero también los versos de las distintas composiciones poéticas que aparecen en el texto para facilitar las citas.
- En el aparato de notas al pie no suelo dar razón, salvo excepcionalmente, de la interpretación de los vocablos oscuros o cuyo sentido puede no responder a las expectativas del lector actual. Dichas aclaraciones, de importancia indudable para la recta comprensión del sentido del texto, se resuelven en el ‘Glosario’ que se encuentra al final de las ediciones. En las notas al pie comento las soluciones dadas por los editores y por mí mismo a diversos problemas de lectura e interpretación tan frecuentes en el texto. Para cuestiones de tipo retórico o genéricamente culturales, remito al lector al aparato de notas al final, claramente distinguibles de las notas al pie por aparecer la referencia en negrita cursiva.
- También tras las ediciones se ofrece un aparato de variantes editoriales. Como ya explico en el estudio, es ésa una de las razones que me movieron, con el acuerdo de mi director, el profesor Josep Lluís Canet Vallés, a preparar la edición del Siervo libre de amor.
- Se incorpora asimismo un índice de nombres propios para facilitar la consulta de aspectos concretos del texto (por ejemplo, la frecuencia de uso nombres del acervo mitológico en los diversos momentos de la obra).
[1]
En Orígenes de la novela,
ii: ‘es lástima que libro tan peregrino haya llegado a nuestros días en
una sola e incorrectísima copia, la contenida en el códice Q-224 de
[2]
Hay edición crítica moderna:
1996, González Rolán, Tomás, María F. del Barrio Vega & A. López Fonseca,
ed., Juan de Mena,
[3] José María Viña Liste da como datación aproximada de composición 1450 (1991: 121).
[4] ‘Profecía de Evangelista: al rescate de un autor medieval’. Pluteus, 3: 111-29.
[5]
Dice así: ‘Godoy “la
hizo por ciertos capones y gallinas que los hombres buenos de la barca de
Fuentedueña le presentaron, y enviáronla a su Señor el Conde de Osorno,
sobre una cuestión que ovieron un día de una confradía”. Muy intrinseco
señor: Vuestro diverso vassallo, Juan Fernández Callejón, ocupador del servicio
de Dios, e nigligente de toda buena concordia, beso vuestras inorantes manos,
y me encomiendo en vuestra alta arismética. A la cual plega saber que los
vuestros muy imposibles vasallos dela Barca de Fuente dueña han habido entre
sí una tan grande digistión, que les duró desde la mañana hasta la noche.
E bien fuera esto, mas quedaron tan geométricos, que si vuestra ignorancia
no socorre con alguna zizaña, pienso que todos serán remunerados. Por ende,
a vuestra homecida persona soplico les quiera dar permissión, de tal manera
que Dios sea ofensado, y ellos queden bien vituperados, que desde abernunçio
acá un hecho tan gramático no ha conteçido en estas partes. Nuestro señor
acreçiente vuestra idolátrica persona con mayor superfluidad de vuestro
matemático logar,
[6]
En España
y
[7]
‘Los últimos folios
de este ms. que contenían: Libro de cetrería, profecía de Evangelista y
carta burlesca de Godoy, han sido cortados después de la publicación que
hizo de estas obras A. Paz y Melia en Sales españolas (BAE n. 176)
en