Hortensia, fija de Quinto Hortensio, egregio orador, deve ser muy enxalçada,
como no solamente abarcó la eloquencia de Hortensio, su padre, con vivo
coraçón, mas ahun guardó y conservó aquel vigor de pronunciar, que la
oportunidad busca, el qual suele falleçer en los hombres doctos. Ésta, en
el tiempo de los tres varones, como fuesse la muchedumbre de las dueñas
-demandando y requiriéndolo la necessidad de la cosa pública- agraviada
del cargo de haver y sacar dineros, y no se fallasse hombre que osasse
ayudar en la tal cosa, ella sola osó con ánimo y coraçón muy constante
delante de los Tres Varones tomar cargo de las mujeres, y rogándolas tan
afincadamente las atraxo con su eloquencia que con gran maravilla de los
oydores parecía mudado el sexo, haver Hortensio resuscitado. E no con mal
agüero obra tan egregia fue emprendida por esta mujer o executada, ca assí
como en ninguna parte quebrantada la oración, o en loable demostración de
su drecho havía fallescido, assí agora por desseo algo fue diminuido por
los Tres Varones, antes otorgado libremente, que mucho mayor parte del
dinero que les havía estado impuesto les fuesse quitado, pensando que
quanto es de loar en público el callar, según la scuela de las dueñas,
tanto la oportunidad requiriéndolo se a de enxalçar el fablar arreado de
su mismo ornamiento; por el qual fecho, no sin grande honra de Hortensia,
el restante -que era mínimo- fue por las dueñas rafezmente pagado.