Hortensia


Capítulo lxxxiiij: De Hortensia, dueña romana, fija de Quinto Hortensio, claro orador, la qual tanto ygualó la virtud y costumbres del padre que parecía otro Hortensio.

Hortensia, fija de Quinto Hortensio, egregio orador, deve ser muy enxalçada, como no solamente abarcó la eloquencia de Hortensio, su padre, con vivo coraçón, mas ahun guardó y conservó aquel vigor de pronunciar, que la oportunidad busca, el qual suele falleçer en los hombres doctos. Ésta, en el tiempo de los tres varones, como fuesse la muchedumbre de las dueñas -demandando y requiriéndolo la necessidad de la cosa pública- agraviada del cargo de haver y sacar dineros, y no se fallasse hombre que osasse ayudar en la tal cosa, ella sola osó con ánimo y coraçón muy constante delante de los Tres Varones tomar cargo de las mujeres, y rogándolas tan afincadamente las atraxo con su eloquencia que con gran maravilla de los oydores parecía mudado el sexo, haver Hortensio resuscitado. E no con mal agüero obra tan egregia fue emprendida por esta mujer o executada, ca assí como en ninguna parte quebrantada la oración, o en loable demostración de su drecho havía fallescido, assí agora por desseo algo fue diminuido por los Tres Varones, antes otorgado libremente, que mucho mayor parte del dinero que les havía estado impuesto les fuesse quitado, pensando que quanto es de loar en público el callar, según la scuela de las dueñas, tanto la oportunidad requiriéndolo se a de enxalçar el fablar arreado de su mismo ornamiento; por el qual fecho, no sin grande honra de Hortensia, el restante -que era mínimo- fue por las dueñas rafezmente pagado.

Qué diré después de haver visto el spíritu de la vieja prosapia haver infundido tanta eloquencia en esta mujer, sino que ella méritamente y con gran razón alcançó el nombre de Hortensia.


Johan Boccaccio, De las mujeres illustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus, Alemán de Constancia, 1494, fo. 85 v y ss.