NOTAS DEL DISCURSO TERCERO
1.- presto presto: Frase adverbial de superlativo por repetición. Volver
2.- pareciendo más que hombre: Clarisio está encendido por el divino furor poético, que eleva a los hombres hasta los dioses. Véase nota 59 en el discurso primero. Volver
3.- tres potencias o facultades del alma: entendimiento, voluntad y memoria. Volver
4.- quien: porquienes. Véase nota 53 en el discurso segundo. Volver
5.- cordón de cabellos y cintas: Para las prendas de la amada, véase nota 93 en el discurso segundo. Volver
6.- Bóreas o Aquilón, viento del Norte, hijo de Eos o la Aurora y de Astreo o el cielo estrellado. Solía ser representado bajo la figura de un hombre alado, muy robusto y con los cabellos sueltos al viento. Ovidio, Metamorfosis I, 65, lo llama "horrifer...Boreas", y trata de él más ampliamente en VI, 682-710, describiéndolo "erizado de la cólera que a ese viento le es acostumbrada y excesivamente familiar" (trad. A. Ruiz de Elvira, ob. cit., p. 46); G. Bocaccio, Genealogía de los dioses paganos, ob. cit., p. 281: "Bóreas, que produce espanto." Véase nota 16 en el discurso primero. Volver
7.- Amaltea: Cabra nodriza de Júpiter. Éste, jugando con Amaltea, le rompió un cuerno que ofreció a las ninfas o a la misma Amaltea, confiriéndole la propiedad de llenarse en lo sucesivo de inagotables dones a impulso del más simple deseo. Es la cornucopia o cuerno de la abundancia, símbolo de la fecundidad y la fortuna. Volver
8.- Los dioses y los hombres convivieron en la tierra durante la Edad de Oro, presidida por la felicidad y la justicia. La raza humana fue degenerando al abandonarse progresivamente a los vicios, y los dioses abandonaron la tierra, excepto la Justicia o Astrea, que fue la última en marchar. No hemos encontrado ninguna referencia acerca de que fuera la Esperanza, ni que ésta o la Justicia estuvieran aborrecidas por los dioses. Véase Ovidio, Metamorfosis I, 149-150; Pedro Sánchez de Viana, Anotaciones sobre los quinze libros de las transformaciones de Ovidio... ob. cit., f. 13r. Volver
9.- la fatiga: Empieza aquí otro de los discursos de La constante Amarilis. Éste, sobre los convenientes de la fatiga, está construido a base de largas enumeraciones paralelísticas y anafóricas.
10.- las colunas de Hércules: Después del décimo trabajo (llevar a Micenas las vacas de Gerión vivas desde los confines del Océano), Hércules construyó dos columnas, una, llamada Abila, en el actual peñón de Ceuta, y la otra, Calpe, en el de Gibraltar, como recuerdo de su paso. Véase A. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, ob. cit., p. 231. Otra leyenda dice que construyó las columnas para impedir que los monstruos del océano pudieran atravesar el estrecho de Gibraltar. Véase Jean Chevalier y Alain Gheerbrand, Diccionario de símbolos, (Barcelona: Herder, 1991), s.v. columna. Volver
11.- Puertas caspias: Estrecho desfiladero que separaba la Hircania de la Partia, al sur del Mar Caspio. Un punto del terreno forma una especie de puerta en el que antiguamente se construyó un muro Volver
12.- huertos en el aire: El pastor debe de referirse a los famosos jardines colgantes de Babilonia, una de las maravillas de la Antigüedad. Volver
13.- colosos que enamoravan al sol: Los más famosos en la Antigüedad fueron el coloso de Rodas, y los de Tebas, Menfis y Abu Simbel, en Egipto. Volver
14.- empresas de Hércules: Después de cometer una serie de asesinatos a causa de su terrible ira y para poder purificarse, Hércules se sometió a las doce pruebas o "trabajos" que le impuso Euristeo, según dictamen del Oráculo de Delfos. Volver
15.- Suárez de Figueroa insertó en Pusilipo, ob. cit., pp. 113-114, el siguiente soneto a una dama tuerta, cuyo último verso es el mismo que el de este soneto de La constante Amarilis: "Renaze Feuo apenas quando baña / el monte y llano, ¡o Fili!, de esplendores. / Visten gozo las plantas y las flores, / flagrante guarnición de la campaña. / El arroyo entre juncia y espadaña / ríe; canoros son despertadores / silguerillos, calandrias, ruiseñores. / Dexa el pastor el sueño y la cabaña. / Todo lo alegran, pues, los arreboles / del sol, vfano, porque ser diuisa / profundo en luz, como en virtud profundo. / Mas en tu hermoso cielo ve dos soles, / y de equidad o embidia, el vno eclisa / porque con ambos no se abrasse el mundo." Volver
16.- La fuente o el río que detiene la corriente para escuchar las penas de amor es también recuerdo del mito de Orfeo, tópico en los Siglos de Oro. Quizás hay que buscar su origen en Virgilio, Bucólica VIII, 4: "et mutata suos requierunt flumina cursus. Volver
17.- representa la imagen: Suárez de Figueroa incluye en Pusilipo, ob. cit., pp. 150-151, un discurso sobre el agua que, entre otras coincidencias con éste, dice también: "deshaze la tierra [...] mata el deuorador fuego [...] enternece las cosas duras [...] representa las imágines." Volver
18.- Sobre las aguas era llevado el espíritu de Dios: Referencia al momento en que Jesús se acercó caminando sobre las aguas a la barca de sus discípulos, ya distante de la tierra, tras la primera multiplicación de los panes y los peces. Véase Mateo 14, 25-33. Obsérvese cómo en las siguientes líneas es más notable el aprovechamiento de esta digresión en Pusilipo, ob. cit., pp. 150-151: "Sobre las aguas era lleuado el Espíritu de Dios. A éstas tiene Él mismo encerradas en sus cielos como riquíssimos tesoros. Es admirable antídoto contra toda ponçoña. Po (sic) esso los cisnes y elefantes, tras qualquier venenosa comida, corren luego a lauarse. Assí el cieruo, para purgarse del tósigo que tragó quando comió las serpientes, visita las ondas en que se purifica y sana. El agua alienta y viuifica, siendo ornamento y vida de la tierra, de sus hierbas y flores..." Volver
19.- Boecia: Seguramente se refiere a Beocia, antiguo país de Grecia, entre los golfos de Corinto y Eubea, con capital en Tebas. Volver
20.- garamantas: Pueblo antiguo de la Libia interior, descendientes de Garamante, hijo de Apolo. Véase Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, ob. cit., p. 318. Volver
21.- Idumea: País al sur de Palestina, que se extendía desde el mar Muerto al mar Rojo. Volver
22.- Maqueronte: Antigua fortaleza judía en el Mar Muerto, la más inexpugnable después de Jerusalén. Volver
23.- una de los quatro: Los cuatro elementos de Empédocles, principio de todas las cosas, agua, aire, tierra y fuego. En Pusilipo, ob. cit., p. 150, Suárez de Figueroa dice que el agua "tiene imperio sobre los otros elementos, porque deshaze la tierra, se leuanta sobre el ayre y mata el deuorador fuego." Volver
24.- Las grandiosas palabras de Adán están en Génesis 2, 23-24. Volver
25.- Es el mundo...: Clarisio comienza otro discurso, éste sobre las maravillas creadas por Dios, entre las que destaca la mujer por su perfección y superioridad sobre el hombre. Es general en los escritores de los Siglos de Oro el afán por leer la perfección de Dios en la contemplación del universo, ante el cual quedan estupefactos. Véase C. Suárez de Figueroa, El pasajero, ed. cit., p. 121; Varias noticias importantes a la humana comunicación, (Madrid: Tomás Iunti, 1621), ff. 4v-5r: "Queda atónito quien escala la alteza de los cielos con las alas de la contemplación, al descubrirlos tan inmensos y en sus contrarios movimientos tan sin reposo. Suspende toda imaginación la viua claridad, rara hermosura y fuerça incomparable de sol y luna, reconociendo ser, con su inuariable curso, causa ya de la luz, ya de la sombra. Volver
26.- incomprehensible motor de todos los movimientos: Dios. Véase León Hebreo, Diálogos de amor, ob. cit., pp. 311-312: "Averroes y quienes después han comentado a Aristóteles consideran [...] que el primer motor es el sumo Dios. Volver
27.- los concertados movimientos de las esferas: También son motivo de comentario en El pasajero, ed. cit., p. 318: "Recréame ver la consonancia del uniforme movimiento divino con los movimientos oblicuos de los planetas." Véase León Hebreo, Diálogos de amor, ob. cit., p. 214: "Pitágoras decía que cuando los cuerpos celestes se movían, generaban excelentes voces que se correspondían la una con la otra en armónica concordancia; y decía que tal música celeste era la causa del sostenimiento de todo el universo en cuanto a su peso, número y medida." Volver
28.- el Criador...uno de dos. Véase Efesios 5, 31: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Volver
29.- Véase el canto del matrimonio que Suárez de Figueroa inserta también en Pusilipo, ob. cit., p. 180: "¡Casa, antes paraíso, donde habitan dos almas en cada vno de dos cuerpos, tan concordes y vnidas!" Volver
30.- tortolillas: Tópico del XVI es el dolor del amante (aquí Felicio) que, alejado de su amada, siente envidia al contemplar los arrullos de dos tórtolas (o palomas). A continuación, Felicio mismo compone un soneto, en el que contrasta la felicidad de las aves y su propia desdicha. Volver
31.- Marte y Venus: Fueron sorprendidos por Vulcano, esposo de la diosa, y expuestos a la burla de los demás dioses, al ser atrapados en una red muy tenue pero fuerte, que Vulcano colocó sobre el lecho. Véase Ovidio, Metamorfosis IV, 171-89 y Arte de amar II, 561-588.
32.- Anaxarte o Anaxárete: Doncella insensible que vio sin dolor cómo enterraban a Ifis, que se ahorcó de desesperación ante su casa, por lo que Venus castigó su dureza convirtiéndola en estatua de piedra. Véase Ovidio, Metamorfosis XIV, 698-761. Volver
33.- domador de Libia: Hércules. Probablemente llama así al héroe porque es fama que Hércules libró a Libia (nombre que en la Antigüedad se daba a África) de un gran número de monstruos en su viaje de ida al Occidente extremo para robar los bueyes de Gerión. Más abajo, en esta misma composición, lo mencionará con el nombre de Alcides. Volver
34.- valiente anciano: El gigante Atlante o Atlas. La estrofa refiere el momento en que Hércules, aconsejado por Prometeo, sustituye a Atlante en el trabajo de sostener la bóveda celeste sobre los hombros, para que el gigante coja las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, robo que constituye el undécimo trabajo de Hércules. Volver
35.- Hércules, después de presentar el león de Nemea, que él había estrangulado, a Euristeo, realizando así su primer trabajo, se vistió con la piel invulnerable del león, y de su cabeza se hizo un yelmo. El "vencido generoso" es, pues, el león, por ser hijo de Equidna y, probablemente, del gigante Tifoeo. Volver
36.- Onfale: Léase Onfale, con acentuación llana, para guardar el ritmo. Reina de Lidia, compró a Hércules en un mercado de esclavos. Volver
37.- su honrra y opinión está perdiendo: Véase lo que Silverio dice en Pusilipo, ob. cit., p. 34, sobre el trueque de vestimenta entre hombres y mujeres: "¿Mi muger en mi lugar? [...] Iamás en los matrimonios se han de trocar los vestidos. Ella faldas y yo calçones, que se ofende mucho el varonil valor de semejantes disfrazes. Volver
38.- en águila por Arterie: Júpiter quiso seducir a Arterie o Asterie, hija del Titán Ceo y de la Titánide Febe, y hermana (no hija) de Latona, en forma de águila, pero Asterie, transformándose en codorniz, se arrojó al mar y se convirtió en la isla Ortigia, lugar en donde su hermana Latona daría a luz a Apolo y a Diana. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 108; Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, ob. cit., p. 250-252. Volver
39.- en cisne por Leda: Leda, esposa de Tindáreo, fue seducida por Júpiter transformado en cisne, mientras se bañaba en un estanque. Por la noche, Leda se unió a su esposo y a su tiempo puso dos huevos; de uno de ellos nacieron Pólux y Helena, cuyo padre era Júpiter, y del otro Cástor y Clitemnestra, hijos de Tindáreo. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 109. Volver
40.-en sátiro por Antíopa: Hija de Nicteo, Antíope fue sorprendida por Júpiter en forma de sátiro mientras dormía. Al saber que estaba en cinta, Antíope huyó de su padre y se casó con el rey Epopeo. Desesperado, Nicteo se suicidó, no sin antes pedir a su hermano Lico la venganza. Con el tiempo, Lico mató a Epopeo y se llevó a Antíope prisionera, quien dio a luz a dos gemelos, Anfíon y Ceto. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 110-111. Volver
41.- en Amfitrión por Alcumena: Júpiter aprovechó la ausencia de Anfitrión para presentarse ante Alcumena o Alcmena con la falsa apariencia de su marido. Ella lo aceptó como si fuera su esposo realmente, y cuando horas más tarde llegó el verdadero Anfitrión, éste quedó sorprendido por el poco entusiasmo de su mujer, y ella, a su vez, extrañada de que su marido no recordase nada de lo que había ocurrido entre ambos hacía poco. De esta doble unión nacieron dos gemelos: Hércules, hijo de Júpiter, e Ificles, hijo de Anfitrión. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 112; A. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, ob. cit., pp. 207-210; Volver
42.- en fuego por Egina: Egina, hija del río Asopo, fue raptada por Júpiter en forma de llama o fuego y llevada a la isla Enopia, en donde nació su hijo. Asopo, informado del rapto por Sísifo, se lanzó furioso en rescate de su hija, pero Júpiter lo fulminó y obligó a volver a su cauce. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 113; Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, ob. cit., pp. 470-471. Volver
43.- en pastor por Mnemósine: La Titánide Mnemósine ('Memoria'), hija del Cielo y de la Tierra, fue madre, con Júpiter, de las nueve Musas. Según el mito, el dios se transformó en pastor para persuadir a Mnemósine. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 114. Volver
44.- en serpiente por Proserpina: Proserpina, hija de Deméter y del mismo Júpiter, dio a luz a Zagreo tras su unión con su padre transformado en serpiente. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 114. Volver
45.- en oro por Dánae: Al predecir un oráculo al rey Acrisio que su nieto lo mataría, Acrisio mandó encerrar a su hija Dánae en una cámara de bronce subterránea. Pero el enamorado Júpiter consiguió penetrar a través del techo en forma de lluvia de oro. Dánae dio a luz a Perseo que, con el tiempo, mató accidentalmente a su abuelo. Véase Ovidio, Metamorfosis VI, 113; A. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, ob. cit., pp. 155-164. Volver
46.- Mercurio: Fue nombrado por Júpiter, su padre, no solo mensajero de los dioses, sino también su propio alcahuete. Mercurio servía a su padre solícitamente en todos sus amoríos. Júpiter lo llama "fide minister" en Ovidio, Metamorfosis II, 837. Volver
47.- luego luego: Frase adverbial superlativa por repetición. Equivale a "en el mismo instante", "inmediatamente". Véase M. de Cervantes, La Galatea, ob. cit., p. 278: "...pareciéndoles ser justo que yo muriese, y luego, luego, la cruel sentencia pronunciaron." Volver
48.- teñido el rostro de color amarillo: El amarillo es también el color del miedo. Véase Lope de Vega, La Arcadia, ob. cit., p. 104: "...los membrillos de las vegas, / que al miedo el color hurtaron..."; F. de Herrera, Anotaciones..., ed. cit., pp. 516: "La causa porque se buelva amarillo i frío quien teme es porque el temor contrae i debilita al coraçón. Por lo cual, queriendo socorrello, envía naturaleza la sangre que tiene en la parte suprema, i no bastando ésta, lleva en su socorro la que está abaxo; i de aquí nace l'amarillez i el ielo i el temblor." Para el simbolismo de los colores, véase nota 57 del discurso segundo. Volver
49.- Agénor, casado con Telefasa, tuvo una única hija, Europa, y tres hijos, Cadmo, Cílix y Fénix. Volver
50.- De la unión de Júpiter con Europa nacieron Minos, Radamantis y Sarpedón. Después Europa se casó con el rey de Creta, Asterio, quien adoptó a sus tres hijos Volver
51.- Era opinión extendida que los cometas traían grandes catástrofes a la humanidad. Véase F. de Herrera, Anotaciones..., ob. cit., p. 919-920: "Mas creer esto firmemente es vanidad i error de gente supersticiosa, por no dezillo de otra suerte, porque se an visto muchos cometas sin muerte o mudança de reyes i sin seguirse en toda Europa alguna mortandad de ombres. I, por el contrario, murieron muchos claríssimos varones i fueron destruidos muchos principados i arruinadas familias ilustríssimas sin algún indicio de cometa." Volver
52.- Procedente de la poesía del amor cortés es esa mezcla e, incluso, identificación, entre "gloria" y "daño", que se convierte en tópico en la literatura de los Siglos de Oro. Véase Petrarca, soneto 205: "Dolci ire, dolci sdegni e dolci paci"; J. de Montemayor, Cancionero, (Madrid: SBE, 1932), p. 44: "Si es mi mal tan soberano, / quien dize que en perderme no me gano, / no sabe que es plazer estar penando"; B. López de Enciso, Desengaño de celos, ob. cit., f 313v: "Nació mi mal de miraros, / Luceria, y mi bien de veros, / mi tormento de quereros / y mi gloria de adoraros." Volver
53.- un Etna hecho: La imagen de este volcán se utiliza frecuentemente para acentuar la exaltación del amor o del ánimo. Véase Ovidio, Remedios contra el amor, 491-492; Calderón, La vida es sueño, vv. 163-166: "En llegando a esta pasión, / un volcán, un Etna hecho, / quisiera sacar del pecho / pedazos del corazón." Volver
54.- Para el tópico de la mujer que desdeña a quien le sirve, véase nota 39 del discurso primero. Ya aparece en Teócrito, Idilios VI, trad. A. González Laso, (Madrid: Aguilar, 1937), p. 87: "Como las resecas hojuelas que se desprenden del cardo cuando quema el bello estío, también ella te huye cuando la amas, y si no la amas te persigue y agota la última esperanza"; Lope de Vega, La Dorotea, ob. cit., p. 312: "Advierte que las mujeres siguen a quien las huye." Volver
55.- qu'en dificultades / la gloria consiste: En el discurso segundo, Damón ha dicho: "La fabulosa Antigüedad dezía nacer la verdadera deidad de largo sufrir y padecer. Volver
56.- Vease nota 52 en este mismo discurso. Volver
57.- El motivo del amante desdeñado que ve su figura reflejada en las aguas, se encuentra hermoso y, por eso, incomprensiblemente menospreciado, es un lugar común en muchos libros de pastores. Suárez de Figueroa lo toma del Aminta de Tasso-Jáuregui (vv. 708-715), pero las fuentes son más antiguas. Véase Teócrito, Idilio VI, ob. cit., p. 88; Virgilio, Bucólica II, 25-27; Ovidio, Metamorfosis XIII, 840-852; G. Boccaccio, Ameto, égloga II, 85-105. Volver
58.- El poder del dinero es un tópico literario. Véase C. Suárez de Figueroa, El pasajero, ob. cit., p. 326: "No hay cosa que tanto valga como esta criatura irracional, ésta que llaman dinero." Volver
59.- El motivo de los desasosiegos en el mundo por la muerte de la amada es frecuente en los poetas pastoriles, (como Garcilaso, en la Égloga I, 296-307), quienes podrían haberse inspirado en la Bucólica V, 34-39 de Virgilio; en ella Mopso llora la muerte del pastor Dafnis, lo que causa efectos desastrosos en la tierra. Volver
60.- Elisios Campos: Lugar de ultratumba reservado en un principio a los dioses y, más tarde, también a las almas de los justos. Suaves brisas refrescaban los Campos Elíseos, donde se vivía una dicha perpetua. Véase Homero, Odisea IV; Virgilio, Eneida VI, 635 y ss. Volver
61.- Alma cándida y pura: Marie Adele Z. Wellington, "La constante Amarilis and its italian pastoral sources", PhQ, 34 (1955), p. 84, indica la filiación de la cuarta estrofa de la elegía de Danteo con la estrofa inicial de Ergasto en la Égloga V de la Arcadia de Sannazaro. Véase también Joseph G. Fucilla, Relaciones hispanoitalianas, en RFE, anejo 59 (1953), pp. 93-94. Volver
62.- pisando vas el esquadrón de estrellas: Al dolor por la muerte de la amada, el pastor opone la alegría de pensar en su apoteosis "pisando" las regiones celestiales. Un poco más abajo, Arsindo alude a la felicidad de "los que pisan los serenos campos de los cielos." Sobre este tema, véase Eduardo Camacho Guizado, La elegía funeral en la poesía española, (Madrid: Gredos, 1969), pp. 170-171. Volver
63.- Sobre esta paradoja, véase el soneto "¡Ay, Floralba! Soñé que te... ¿Direlo?" de Quevedo, cuyos últimos versos dicen: "y vi que estuve vivo con la muerte, / y vi que con la vida estaba muerto." Volver
64.- Arsindo muestra la actitud del estoico que se conforma con su mediana suerte. Volver
65.- cuyos colores significavan sus pensamientos: Al no indicar el color de las flores no podemos conocer su simbología. Sin embargo, Tirso de Molina, en su comedia El amor y el amistad, (BAE, 5, Madrid, 1944), p. 329a, escribe unos versos que expresan esos significados: "Las flores, cuyos matices / Labran planteles perfetos, / De amor imitan afetos, / Ya prósperos, ya infelices; / Y siendo sus semejanzas, / Pintan con varios colores, / En lo amarillo temores, / Como en lo verde esperanzas. / Si lo azul me causa celos, / Lo morado me asegura; / Lo blanco es voluntad pura, / Si lo leonado desvelos." Para el simbolismo de los colores, véase nota 57 en el discurso segundo Volver
66.- quien: por quienes. Véase nota 53 en el discurso segundo. Volver
67.- Febo, en quien t'adoro: Menandro identifica a Febo con su amada Amarilis. A partir de aquí hablará de Amarilis atribuyéndole las cualidades del sol, como a partir de la decimosexta estrofa lo hará con los atributos del planeta Venus. Volver
68.- como la vid en álamo enlazada: Sobre los abrazos de vides y álamos, véase nota 134 en el discurso primero. Volver
69.- Leandros: Se refiere, por antonomasia, a los enamorados que aman sin pensar en las consecuencias adversas, como Leandro, que quiso cruzar el Helesponto, como hacía todas las noches, para ver a su amada Hero, sin pensar que la tormenta apagaría el candil de la muchacha que le servía de guía, por lo que perdió la vida. Véase Ovidio, Amores II 16, 31-33, y Heroidas XVIII y XIX. Anaxartes: Por antonomasia, mujeres duras e insensibles, incapaces de amar. Véase nota 32 en este mismo discurso. Volver
70.- Desde el comienzo del discurso tercero hasta este momento, parece que Menandro estaba ausente. Sin embargo, el narrador no ha mencionado su llegada. Volver
71.- Aquí comienza el relato biográfico de Clarisio, anunciado anteriormente, construido por medio de diversas enumeraciones paralelísticas y anafóricas. Volver
72.- el premio que pretendía merecer: Después de haber servido en Flandes, Nápoles o Milán, los soldados volvían a la corte con la pretensión de recibir una compensación económica por los servicios prestados, aunque pocas veces la conseguían. Volver
73.- me retiré al amparo desta quietud: El desprecio de la corte y la alabanza de la aldea es lugar común en la literatura pastoril. Véase Desengaño de celos, de B. López de Enciso, ob. cit., f. 46r, en donde Florista habla de un viejo pastor "del qual muchas vezes he oydo dezir que no siempre ha sido pastor, sino que, siendo cortesano, paresciéndole mal el trato de los ambiciosos y, finalmente, de todos los ciudadanos, desamparando las ciudades, se quiso apartar y viuir entre la llaneza pastoril." Volver
74.- vna fuente de Narciso: Narciso, enamorado de sí mismo al contemplar su imagen reflejada en una fuente, languideció allí mismo y se transformó en la flor que lleva su nombre. Ovidio, Metamorfosis III, 341-510. Volver
75.- Scila y Caribdis: Aterradores monstruos para los navegantes, situados en el estrecho de Mesina. La primera se transformó en un horrendo monstruo, de cuya cintura salían perros feroces, a causa de las artes mágicas de Circe. Véase Ovidio, Metamorfosis XIV, 1-74. Caribdis, hija de Neptuno y de la Tierra, fue castigada por Júpiter por haber robado los bueyes de Mercurio y transformada en remolino que apresaba y engullía los barcos. Vivía al abrigo de una roca frente a Escila. Véase Homero, Odisea XII, 73 y ss. Volver
76.- Circe: Célebre por sus hechizos y maleficios con los que transformaba en animales a cuantos llegaban a su isla. Metamorfoseó a los compañeros de Ulises en cerdos. Véase Homero, Odisea X, 237-260; Ovidio, Metamorfosis XIV, 248-307. Volver
77.- Medusa: La más conocida de las Gorgonas, monstruos que tenían serpientes por cabelleras, cuyo rostro tenía el poder de petrificar a quien lo miraba de frente. Perseo mató a Medusa, la única de las tres que era mortal. Véase Ovidio, Metamorfosis IV, 779-803. Volver
78.- hijas de Dánao: Las Danaides, cuarenta y nueve de las cincuenta hijas de Dánao, están ocupadas eternamente en llenar de agua un tonel sin fondo por haber matado a sus maridos. Sólo una, Hipermestra, se libró del castigo. Véase Ovidio, Metamorfosis IV, 462-463; Horacio, Odas III 11, 25-52. Volver
79.- vna piedra de Sísifo: A causa de sus muchas astucias y burlas a los dioses, fue condenado a arrastrar eternamente por la pendiente de una montaña un enorme peñasco que, al llegar a la cumbre, caía de nuevo. Véase Ovidio, Metamorfosis IV, 460. Volver
80.- Es su ídolo la nobleza...: El tema de la nobleza adquirida o heredada preocupó a los escritores de los Siglos de Oro, hasta el punto de convertirse en lugar común en muchas obras. Suárez de Figueroa es defensor de la nobleza obtenida por propio esfuerzo personal, ya que la heredada, como Clarisio dice un poco más abajo, "acaba en el común paradero de la muerte." Recuérdense las opiniones que a este respecto expresan Guzmán de Alfarache, I, 1: "La sangre se hereda y el vicio se apega. Quien fuese cual debe, será como tal premiado y no purgará las culpas de sus padres"; o Don Quijote, II, 42: "La sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale." En Varias noticias importantes a la humana comunicación, ob. cit., f. 113r, Suárez de Figueroa vuelve a tratar el mismo tema: "Siempre he juzgado por verdadera nobleza la que se adquiere, no la que se hereda, y assí propongo se deua hazer poco caso de la sangre, quando mejor si el sugeto la estraga degenerando." Véase Javier Salazar Rincón, El mundo social del "Quijote", (Madrid: Gredos, 1986), pp. 282 y ss. Volver
81.- ostias: J. Corominas y J.A. Pascual, Dicc. crít. etim. cast. e hisp., s.v. ostra: "tomado del port. ostra, que viene del lat. OSTREA; la forma propia castellana es la antigua ostria u ostia." Volver
82.- castas tórtolas: Símbolo de la fidelidad conyugal, la tórtola viuda lo es también de la castidad. Véase C. Suárez de Figueroa, El pasajero, ob. cit., p. 536: "La tortolilla siente / La falta del esposo, / Por quien se aflige y se lamenta en vano." simples palomas: El símbolo de pureza y sencillez representado por la paloma tiene origen bíblico. Véase Mateo 10, 16. Volver
83.- Examinan sus vidas por sus títulos, no por sus obras: Problema muy debatido en la época y que hace decir a Don Quijote del rico Juan Haldudo: "...que Haldudos puede haber caballeros; cuanto más que cada uno es hijo de sus obras" (I, 4). Véase nota 80 en este mismo discurso. Volver
84.- Dionysio y Falaris: Tiranos de Siracusa y Agrigento, respectivamente. Volver
85.- Eliogávalo: Emperador romano (204-222 d. C.), primo Caracalla, a quien sucedió en calidad de hijo. Se hizo llamar Heliogábalo, como el dios solar. Fue llamado monstruo de la naturaleza a causa de sus grandes vicios. Murió a manos de la guardia pretoriana. Volver
86.- Cayo Calígula: Emperador romano (12-41 d. C.), famoso también por su vida corrompida y depravada. Suetonio escribió su vida en Vida de los doce césares IV. Volver
87.- Quánta felicidad...: Rosanio presenta aquí una visión idealizada de la vida en los campos, en la que destaca el tópico de la aurea mediocritas. Volver
88.- menosprecia la honra: Compárese lo que dice C. Suárez de Figueroa en Pusilipo, ob. cit., pp. 170-171: "Demás que si se nota y repara en esta voz pomposa del honor, no ay en todo el mundo tan inútil cosa. Por ella se padece necessidad y por ella improperios y menoscabos. «Tengo honra dize el hidalgo, en cosa me puedo ocupar que no le venga a ser dañosa, saluo en seruir a grandes señores o en mandar gouernando muchedumbre, de quien salga el luzimiento del vestido y el regalo de la comida. De arte, ¡Iesús!, no se trate. Ni la exercitaron mis abuelos ni me la dexaron por herencia mis padres, embidiando por otra parte bien a menudo las comodidades que dellas resultan.» [...] En fin, estas negras honrillas son grillos de muchos hombres, de quien sueltos y desembaraçados passaran más dichosamente sin apurar por tantos caminos la paciencia, viéndose con mucho honor, empero muy impossibilitados." Aunque un poco más abajo, otro personaje apostilla: "Siempre fue grande error estimar poco la honra." Volver
89.- Compárese El pasajero, ed. cit., p. 121: "Tal hubo que del arado fue conducido al cetro, sin tener jamás reposo hasta del cetro volver al arado." Volver
90.- Desde el Pseudodionisio Aeropagita [500], la jerarquía angélica establece nueve categorías: ángeles, arcángeles, principados, virtudes, potestades, dominaciones, serafines, querubines y tronos, a partir del Antiguo Testamento, en el que sólo se menciona a los ángeles, "mensajeros" o "enviados" de Dios (Tobías 5, 4; Job 1, 6; 5, 1; Salmos 103, 21, etc.); querubines (Éxodo 25,18); serafines, los "ardientes" (Isaías 6, 2-6), y del Nuevo Testamento, en el que San Pablo (1 Tesalonicenses 1, 16; Colosenses 1, 16; Efesios 1, 21) añade las restantes categorías. Volver
91.- primer móbil: Véase nota 25 en el discurso segundo. Volver
92.- el empíreo: Es la úndécima y última esfera o cielo planetario, situada más allá de la naturaleza, morada de Dios. Allí los ángeles y los bienaventurados gozan de la contemplación divina. Véase Otis H. Green, España y la tradición occidental, ob. cit., II, pp. 58-60. Volver
93.- Noé...artífice: Para este episodio, véase Génesis 6, 5 y ss. Volver
94.- Éber o Héber: Figura como uno de los descendientes de Sem, en una genealogía de patriarcas postdiluvianos. Véase Génesis 10, 21, y 11, 14-17. Su relación y posterior conducta con respecto a la torre de Babel (Génesis 11, 1-9) no aparece especificada. Volver
95.- Abraham...parientes: Para este episodio, véase Génesis 12 Volver
96.- Lot...en estatua: Este episodio se encuentra en Génesis 19, 1-26. Las cinco ciudades que formaban la Pentápolis del Jordán eran Sodoma, Gomorra, Admá, Serboím y Bela (Soar). Fueron destruidas todas, a excepción de la última, pues en ella se refugió Lot y su familia del cataclismo. Volver
97.- los hebreos...Arabia: Para este episodio, véase Éxodo 13, 17-18. Volver
98.- Moisén...Sinaí: Para este episodio, véase Éxodo, 19 y 20. Volver
99.- Elías...páramos: Después de pasar a cuchillo a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, Elías fue amenazado por Jezabel, "la maligna adversaria", a sufrir la misma suerte que aquéllos. Elías tuvo miedo, huyó y se internó en el desierto. Véase 1 Reyes 19, 1-3. Volver
100.- Ezechiel...Babilonia: Por error pone Ezequiel en lugar de Jeremías, quien en nombre de Dios habló contra Babilonia, el país de los caldeos. Véase Jeremías 50, 8 y ss Volver
101.- Demócrito: Filósofo griego (h. 460-370 a. C.) No se sabe exactamente por qué renunció voluntariamente al sentido de la vista. La opinión más extendida dice que lo hizo para poder filosofar más libremente, sin que sus ojos le distrajeran con atractivos sensuales. Cicerón, Tusculanas V, XXXIX, 14, niega que Demócrito se arrancara los ojos. Volver
102.- lo que no se ve ni se toca no se desea: Manifestación del espíritu epicúreo que mueve a Clarisio. Volver
103.- Las competiciones poéticas entre los pastores se encuentran muy a menudo en los libros pastoriles, como en la Bucólica III de Virgilio, en donde rivalizan Menalcas y Dametas ante Palemón, y probablemente de ésta arrancan otras, como la de la Égloga IX de la Arcadia de Sannazaro; la de la sexta parte de El pastor de Fílida de Gálvez de Montalvo, o ésta de La constante Amarilis, y la que empieza un poco más adelante, al principio del discurso cuarto. Volver
104.- vidro: Véase J. Corominas y J.A. Pascual, Dicc. crít. etim. cast. e hisp., s.v. vidro: "Una forma vulgar vidro tiene gran extensión y estuvo a punto de generalizarse en la Edad de Oro: ya Nebrija vacila entre ella y vidrio, y la emplearon Cervantes, Espinel, Lope, M. Alemán y otros." Véase Carmen Fontecha, Glosario de voces comentadas en ediciones de textos clásicos, (Madrid: CSIC, 1941), s.v. vidro. En La constante Amarilis también aparece la forma vidrio. Volver
105.- Aunque no hay una mención explícita del mito, pudiera ser que en esta estrofa Partenio se identifique con Ícaro, pues, animado por "su osadía", se remonta hasta el sol y, como consecuencia, "se despeña". Volver
106.- El soneto que sigue recrea la historia de José, el hijo de Jacob, en el tiempo en que fue esclavo del egipcio Putifar. Véase Génesis 39, 7-15. Volver